Capítulo # 40

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Agradezco a mi amiga, DracoVulturi36 por este hermoso lemon.

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Sus bocas se encontraron de manera desenfrenada, como siempre cada vez que se besaban el uno al otro, era imposible ser paciente sobretodo para Draco, el deseo irrefrenable que por años mantuvo escondido hacía Hermione por fin sería saciado.

Las manos de ambos trabajaron arduamente para deshacerse de todas las prendas que les separaban y que eran su único impedimento para llegar al anhelado contacto físico.

Cuando toda la ropa cayó al suelo Draco la atrajo de espaldas hacia él y aprovechando la postura enterró la cara en el arco de su cuello y comenzó a esparcir ardientes besos, mientras sus manos acariciaban sus pechos y su abdomen.

— Eres tan preciosa... Tan increíblemente deliciosa —susurró en su oído sacándole un profundo gemido—. No me canso de admirarte.

Hermione con los ojos cerrados mientras gemía entregada a la pasión que el rubio le ofrecía restregaba descaradamente su trasero contra la imponente erección.

Draco con un gemido ronco le acarició entre las piernas deleitándose con su húmeda calidez.

— Draco... Por... Por favor —respondió con voz entrecortada a causa del placer.

— ¿No eras tú quién hace rato me torturabas? —respondió introduciendo un dedo en su interior—. ¿Qué quieres Hermione?.

Sin poder responder soltó un respingo y se colocó una mano sobre la de él que se encontraba entre sus piernas.

— Draco... — gimió su nombre.

Otro dedo ingresó en su interior intensificando cada deliciosa sensación.

— Dímelo, mi amor.

—A ti, te quiero a ti... Tómame, soy tuya.

Draco la volteó asegurándose de que lo viera ingresar sus dedos en su boca para deleitarse con su sabor. Amaba todo de ella, cada parte de su cuerpo, cada olor, cada sabor... Para él no había nada mejor.

Él la beso de nuevo y la tomó por la cintura para guiarla hacia la cama en donde ambos se arrastraron sobre la colcha sin separarse.

Hermione metió la mano entre sus cuerpos y tocó su duro miembro, Draco siseó y le mordió el labio.

— ¡Eres mala! — le dijo y ella rió.

— Eres mío, solo mío Draco Malfoy.

Él ni siquiera tuvo fuerzas para contestar aquello, la sensación de placer mientras ella arrastraba sus dedos sobre él tenía su cabeza volando lejos.

Hermione besó y lamió su cuello ansiosa por ser poseída.

—Hazme tuya.

Solo por ello pudo salir de su placentero trance.

Las piernas de Hermione se abrieron como una prometedora invitación y él sin dudar se posicionó en su entrada gimiendo como un perro.

Esa mujer era su perdición.

Con una firme y fuerte estocada entró hasta llegar a su interior causando un fuerte gemido de ambos.

Fuerte, firme y pasional así fue como se entregaron en su primera vez el uno al otro. Él chocando dentro de su interior, mientras ella movía sus caderas con desesperación para encontrarse con las suyas.

El placer del clímax se asomaba cerca y la corriente eléctrica se hizo presente en el ambiente. La primera en llegar fue Hermione con un grito y aferrándose a los fuertes brazos de su amante.

Por su parte Draco llegó en cuatro estocadas más gruñendo y pegando su frente a la de ella. Su cuerpo colapsó sobre el cuerpo caliente y sudoroso de Hermione.

— Eso fue... —susurró Hermione.

— Increíble —terminó Draco por ella.

— ¡Gracias amor! — susurró Hermione cansada, pero con un brillo de felicidad en sus marrones ojos enamorados.

Draco suspiró sorprendido ya que no entendía el porque de su agradecimiento — no, mi amor no me agradezcas — tú eres la mujer perfecta para mí, yo doy gracias a Merlín, porque ahora eres mía.

La castaña sonrió mientras era jalada por Draco para que descanse en su niveo pecho, para luego quedarse dormidos por el cansancio de su primera vez.

Eternal FlameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora