Capítulo # 9

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El abrazo entre Hermione y Draco no pasó desapercibido ante dos mini serpientes que estaban presentes en la reunión, quienes se miraron cómplices y sonrieron por lo bajo.

Luego de unos minutos de ensoñación Draco salió de su letargo, carraspeo nervioso y posando sus ojos en los 3 adolescentes les dijo - Pueden retirarse.

- Gracias - dijo Rose colgada del brazo de Scorpius, mientras su hijo le regalaba una sonrisa genuina de felicidad hacia su padre.

- ¿Puedo quedarme un poco más? - pidió Alexander con ojos suplicantes - necesito que me ayudes con la lista de las tareas atrasadas.

- ¡Está bien! - susurró Draco como respuesta ya que quería disfrutar de la soledad de su oficina para rememorar el corto tiempo junto a su amor imposible.

Rose y Scorpius salieron de la oficina directo a los jardines del colegio... Necesitaban un tiempo a solas. Ya en su árbol favorito, el pequeño rubio pegó el cuerpo de Rose al tronco con delicadeza para robarle varios besos que iban subiendo de intensidad.

La Pelirroja soltó después de unos minutos a su novio, y aún con los labios inchados seguía repartiendole besos en el rostro hasta llegar al lóbulo de su oreja, pero ambos se detuvieron a tiempo, Scorpius la tomó de la mano para sentar la en medio de sus piernas sobre las raíces del viejo árbol.

- Ya se de donde heredó las pecas y el rostro angelical, Rose - dijo Alexander con segundas intenciones mirando a Draco - su madre es muy bonita, ¿verdad tío?

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- Ya se de donde heredó las pecas y el rostro angelical, Rose - dijo Alexander con segundas intenciones mirando a Draco - su madre es muy bonita, ¿verdad tío?

Draco salió de su ensoñación y sin decir palabra alguna, movió su cabeza para confirmar sus palabras. Buscó entre sus apuntes los temas que le faltaban entregar a su sobrino del corazón para ponerse al día en sus tareas. Mientras lo hacía preguntó - ¿Qué tan indulgente fue Ginny contigo?

Alexander suspiró - no entiende que me hace falta ella - respondió cansado el moreno - tomó mis palabras como excusas y me quitó todo lo que me gusta para que respondiera por las tareas atrasadas, ahora seré un monje encerrado.

- Jajaja - rio Draco por el comentario exagerado del muchacho... - no exageres, por favor eres tan dramático como tu padre y conociéndolo como es apenas tu madre le cuente sobre tus castigos vendrá el mismo a llevarte de paseo a espaldas de ella.

- Por eso mi padre es tan especial - susurró Alex apenado - como quisiera que fuera ella quien me visitará seguido.

- Veré que puedo hacer, Alex - respondió Draco enternecido, ya que el sabia lo que era ese sentimiento.

- ¡Amore mío! - exclamó Blaise al ver entrar en su despacho a su esposa con el uniforme de las arpias - ¿Qué te parece si tomamos un baño juntos para relajarnos ?

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- ¡Amore mío! - exclamó Blaise al ver entrar en su despacho a su esposa con el uniforme de las arpias - ¿Qué te parece si tomamos un baño juntos para relajarnos ?

Ginny suspiró moviendo la cabeza de arriba a abajo para desestresarse, estaba cansada y las quejas de su hijo le retumbaban en la cabeza, definitivamente el baño era la solución y más si era en compañía de su bombón.

Blaise se acercó a ella, tomándola del brazo los apareció en su recámara, más específicamente en su lujoso baño. Comenzó sacándole la camisa del equipo, quedándose unos minutos mirando sus pezones ya endurecidos dentro de un sexy sujetador verde... Se acercó para besarlos por encima de la prenda, con maestría se la quito para acunar las pequeñas rosas blancas en sus manos, para luego besar uno a conciencia mientras masajeaba el otro pezon con los dedos.

Ginny jadeo mordiéndose el labio para no gritar, cerró sus ojos para disfrutar las caricias de su esposo e iba a sacarse el pantalón, pero Blaise la detuvo, el moreno movió su cabeza de lado a lado para luego arrodillarse frente a ella, así bajo sus pantalones lentamente, beso su vientre e iba repartiendo besos sobre su pequeña braga verde a juego con el sujetador.

Movió la tela hacia un lado, para meter su lengua traviesas entre los pliegues calientes del sexo de su esposa, Ginny no soporto más y para no caerse se sujeto del cabello de su marido, quien disfrutaba de follarla con su lengua áspera.

La Pelirroja no pudo más y se dejó llevar por un fuerte órgasmo, temblaba y respiraba agitada, Blaise la tomó en brazos para meterla en la bañera, se sentó y la colocó encima de sus piernas, con un hechizo verbal abrió el grifo y colocó esencias de lavanda para desestresar a su mujer. Y allí sumergidos en el agua caliente se amaron una vez más.


Eternal FlameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora