Han pasado 20 años desde que la vio por última vez, ahora como profesor de Pociones en Hogwarts, requiere la presencia de las representantes de 2 de sus estudiantes, por una falta que a pesar de no
considerarse tan grave para los jóvenes, requiere i...
Harry llegaba a su casa, apareciendo por las llamas verdes, bostezando sin ningún pudor.
Como pudo se quitó la chaqueta y la corbata para subir a su habitación, pero al tocar el suave sofa del salón cayó rendido.
Pansy que había escuchado extraños ruidos, bajo con varita en mano encontrándose a su amado roncando a pierna suelta.
Utilizando un hechizo lo levito para llevarlo a su habitación, terminó de desnudarlo y lo acomodo en su lado de la cama.
La pelinegra cerró la puerta, no quería escuchar las quejas de la Mini copia de su marido. Una vez solos, Potter abrió los ojos y jalandola por el brazo la acomodo sobre su pecho, para dormir abrazados.
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James aguardaba a su tía afuera de la puerta del baño para asegurarse que estuviera bien.
A los pocos minutos subía Hanna con una pequeña maleta, donde guardaba ropa limpia para Hermione.
- ¿Cómo está? - preguntó preocupada
- Bien, solo son los malestares normales de la aparición - respondió James
Hanna se acercó a James y acariciando su mejilla le preguntó ¿tienes hambre, corazón? ¿Quieres algo de comer?
- Sí, tía Hanna ¡gracias! - susurró y si no es mucha molestia podrías traer un vaso de leche tibia para Hermione.
- Sí, por supuesto, ya te lo envío con Neville -
James golpeó la puerta del baño para entregarle la maleta a Hermione, así ella podía tomar un baño y cambiarse de ropa.
El lo haría después.
Neville golpeó la puerta de la suite, entró llevando alimentos para ambos y dos grandes vasos de leche tibia. James sonrió complacido.
- Buenas noches, tío ¡gracias por todo!
Hermione salió a los pocos minutos, tomó asiento frente al muchacho, para cenar. Debía descansar mañana tenía varias reuniones que atender.
Luego de cenar, Hermione acarició la mano de James y con una sonrisa le dijo - ¡Gracias, no sé que haría sin ti!
-Tranquila tía Herms, sabes que yo siempre estaré a tu lado - susurró el castaño - mi padre me recomendó que este pendiente de ti en todo momento, más ahora después del atentado ¿Sospechas de alguien en particular?
Hermione levantó su barbilla y la acarició pensativa... Uhmm la única persona que me ha amenazado es Ron, pero se que es incapaz de atacarme.
- No digas eso tía, tú no lo conoces como es él en realidad - refutó James dudoso - después de como te humilló para irse con la zorra esa, yo lo creo capaz de lo peor.
- James no te expreses así, respetala es una mujer - lo reprendió la castaña - o te gustaría que otro hombre hable así de tu mamá.
James suspiró mirando de reojo a su tía mientras se ponía de pie, quedando ella atrás... Se muy bien como era mi madre en Hogwarts y la fama que tenía, pero era soltera. Ahora es una dama respetable, la mejor madre y esposa.
- No, James no lo tomes a mal - respondió la castaña, no me refería a eso.
- Tranquila tía, no te preocupes.
James abrió la puerta de la suite saliendo sin despedirse, necesitaba calmarse antes de prepararse para dormir.