Eternal Flame

Capitulo # 34

Era un domingo muy hermoso, su aire frío y pequeños copos blancos alertaban el inicio de la nieve y las vacaciones de Navidad, se podían oler en el aire.

Estas fechas gustaban mucho a los chicos, así que el chocolate y los masmellows no se hicieron esperar.

En la torre de Slytherin, Stuart estaba muy ocupado sirviéndoles la dulce cocoa con pastelillos a sus engreídos amos, Scorpius y Alex.

Estos a su vez habían invitado a sus primos del alma, para sentarse todos juntos frente a la chimenea.

Casi todos en pareja, compartiendo frasadas, en una esquina Lili escondida en el pecho musculoso de su moreno bebía su deliciosa cocoa, a su lado Scorpius tenía sentada a Rose en medio de sus largas piernas.

Fred II hacia malabares, con su mano derecha sujetaba la taza de chocolate, para con el otro brazo sujetar por los hombros a su tímida novia, Pandora.

Kassy parecía un pingüino, a pesar de llevar gorro y bufanda no dejaba de temblar, está época no era precisamente la mejor para ella, puesto que era muy friolenta.

Frank no estaba cerca suyo, no porque era tímido, sino porque fue asignado por sus amigos para traer a Huguito Weasley a las mazmorras, debía convencer a su padre de que el tesoro de Hermione estaría en buenas manos con ellos.

Neville era el Jefe de La Casa de los Leones, guardián celoso de sus alumnos, en especial de su amado ahijado, sabía del sufrimiento del niño por la separación nefasta de sus padres. El era la parte más débil de la cadena.

Con su padre ausente, no tenía una figura paterna a quien admirar, así que Neville se encargaba de él, incluyendolo en todas sus actividades.

— ¿Me prometes que lo cuidaras bien? — cuestionó Neville a su copia más joven.

— Sí, papá — respondió seguro Frank — es más con mi vida si fuera necesario.

Neville lo pensó un momento tazando los pro y los contra, se volteo para mirar a Hugo y tomándolo de la mano se lo entrego a su hijo.

Huguito como le solían llamar  todos aquellos que le tomaban cariño, tenía 12 años, apenas si media poco mas de 1.45 cms, de contextura delgada, cabello rojizo y ojos azules, tan inteligente como su madre, curioso y hábil jugador de Ajedrez mágico, no había podido encontrar un oponente a su medida.

Al llegar a la sala común, Hugo buscó a su hermana para acurrucarse en medio de sus piernas y ser acariciado por ella, como cuando era un bebé.

Frank tampoco perdió el tiempo, se acercó a Kassy, abrió su túnica de lana, en donde previamente conjuro un hechizo calentador y la cobijo en sus brazos, la morenita de sonrojo y volteo su rostro hacia un lado, situación que aprovecho el pelinegro para besarle el cuello y embriagarse con su delicioso olor a coco. Kassy estaba feliz.

Stuart miraba desde atrás a su amito y primos felices. Esa era la parte de su trabajo que más le gustaba. Al cabo de unos minutos carraspeo para llamar la atención de Scorpius.

— Adelante Stuart cuéntanos los últimos acontecimientos de los adultos — pidió su amito mientras repartía pequeños besos en el cuello de su novia.

Notando que sus tazas de chocolate estaban vacías, el elfo desapareció todo y limpio el lugar. Luego sacó una pequeña libreta de apuntes para cumplir con lo solicitado.

1.  La ama Narcisa ya está organizando los adornos que usará para la decoración de la Mansion.

2. Ayer fue la primera reunión del Círculo Rojo y Verde, con el ingreso de dos hermosas damas, la Sra. Hermione Granger y mi ama Narcisa Malfoy.

En este punto hubieron algunas risas y vítores por parte de los jóvenes presentes, más en Rose y en Kassy porque sabían que ahora sí podrían compartir su Navidad juntas como las primas reales que eran.

— ¿Mis padres estuvieron presentes? — preguntó Fred II muy curioso.

— Sí, amito — respondió Stuart solemne — no perdían el tiempo para demostrarse su amor en todo momento.

Ese comentario del elfo causó burlas y sonrisas maliciosas, a lo que Fred II susurró — esa última parte no me interesaba conocer.

Pandora en respuesta refutó ¡Qué lindos!... Están buscando un hermanito. Fred miró a su rubia espantado — ¡ni Merlín lo quiera! — refutó. Pues yo si quiero un hermanito — rebatio la rubia.

Este último comentario fue el detonante de que Alex y Scorpius soltaran estruendosas carcajadas de burla hacia su pelirrojo amigo.