10. Charlas de madrugada

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-Matt... espera -me detengo y me separo del beso al fin. –No quiero hacer esto.

Cuando mi mente se aclarara, la conciencia y mi sentido común también. Me alejo recuperando el ritmo de mi respiración.

¿Cómo demonios se supone que te entregues a alguien sin sentimientos de por medio? Sé que si esto avanza alguna vez yo seré quien saldrá herida. Y no sé, pero por muy bello y encantador que sea Matthew, no tengo ganas de tener un corazón roto a costa de él.

Matt me queda mirando confundido, agitado por nuestro pasional beso, y por su expresión, veo que nadie le había dicho que no antes. Su mandíbula se tensa y vuelve a peinar su cabello demostrando su frustración.

-Lo siento Bridget, no sé que estoy haciendo -su mirada cambia y cierra los ojos en un suspiro. -Este no soy yo -empieza a caminar hacia cualquier otro lado, lejos de mí.

Bueno, al parecer también recuperó la cordura.

-Aunque yo también te deseo de una manera en que no puedo explicar, no puedo hacer esto -digo un poco avergonzada de mi misma y vuelvo a sentarme en el sofá. -Ya sabes, hay mucho de por medio -agacho la mirada. -No quiero arriesgarme a salir lastimada.

-Lo sé, yo no debería haber hecho nada de esto -cubre su rostro con las manos. -Lo siento Bridget, no sé qué pasó en mi cabeza, creo que se me olvidó que solo eres una niña –me mira aterrado.

¿Niña? Bueno, sí, tenemos diferencia de edad pero no es para tanto tampoco.

-No soy una niña, tengo veinte años -digo ofendida.

-Lo eres para mí, tengo treinta y siete años –me mira serio.

-No soy una niña, -repito molesta. -Soy una mujer, adulta, madura a veces tal vez, pero consiente de todo esto... Mucho más que tú al parecer -frunzo el ceño.

-Te estás comportando como una niña ahora Bridget –sonríe.

-Claro que no.

-Si.

-Que no -bufo.

-¿Lo ves? -sonríe de nuevo.

Demonios, tiene razón.

-No es mi culpa que a ti te gusten las mujeres más pasaditas -bromeo irónica y él abre su boca gracioso por mis palabras.

-Señorita Presley, le recuerdo que la mujer de la cual está usted hablando es la madre de su mejor amiga -pone su linda sonrisa de lado y me hace reír.

Bueno, la tensión desaparece y podemos volver a hablar con tranquilidad.

-Y bien, ya que no hablaremos de trabajo, creo que es mejor que me vaya a casa -digo incómoda mirando la hora en mi teléfono. 

-¿Puedes quedarte solo para hablar de lo demás? –me mira tierno y toma asiento a mi lado.

¿En serio quiere que me quede? ¿Quiero quedarme?

Si... necesito quedarme al menos un rato. De todos modos, ya aclaramos el resto.

-Bien –sonrío. -Pero solo a conversar -le advierto con mi dedo índice.

-Lo prometo -sonríe y me da un pequeño beso en la mejilla que quema mi piel... dios cálmate Bridget.

Matt va a la cocina luego de ofrecerme una copa de vino blanco. Le dije que no puedo beber porque estoy tomando unos medicamentos para el resfriado así que me ofreció una taza de café.

Al volver él pone un poco de música ambiental y compartimos una taza de un delicioso capuchino y galletas con chips de chocolate.

-¿Así son tus reuniones de trabajo? –levanto una ceja y lo observo divertida.

Prohibido enamorarse [Matt Bomer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora