Prohibido enamorarse [Matt Bomer]

15. Renuncio

Narra Matt...

-¿Amoooor?

Me muevo en la cama despertando poco a poco cuando la voz de Barbara termina con mi descanso.

-¿Mmm? -abro los ojos a regañadientes y ella me observa sonriente.

-Ya son las 6:30am, debes levantarte para ir al trabajo -besa mi cuello. -No quiero que llegues tarde por mi culpa.

-Mmm... cinco minutos más -me quejo cansado enrollándome en las sabanas.

-Matt, vamos... quiero otra dosis de tu amor -susurra en mi oído.

No sé por qué siento escalofríos en la espalda y no de los buenos.

-Barbara ¿No fue suficiente con lo de anoche? –la miro de reojo. Aún estoy cansado y adolorido, debo decir que ella es una mujer insaciable.

-Pero Matt -hace puchero y me mira tierna.

-Ok -digo derrotado mientras la abrazo y volvemos a empezar.

***

Salgo de la ducha y gracias a Dios Barbara ya se ha ido al trabajo.

Me visto rápidamente y tomo mis cosas. No hay tiempo de desayunar ni de ver las noticias. 

Aún me siento mal por haber tratado mal a Bridget ayer. Sé que los rumores se esparcen solos y que su intensión seguramente no fue que todos hablaran de nosotros, además... no es su culpa tampoco haber confiado en Diana que tiene fama de ser chismosa.

Tomo mi celular y decido mandarle un mensaje de voz.

-Bridget, perdóname por favor, lo de ayer fue totalmente inadecuado –hago una pausa. –No quise tratarte así, no pude controlarme. Necesito que estés en mi oficina lo más temprano posible cuando salgas de tus clases hoy. Quiero hablar contigo. Nos vemos señorita Presley.

Termino de hablar y envío el mensaje.

De seguro pensará que tengo problemas de bipolaridad o inestabilidad emocional. No sé que tanto se equivoque al respecto de todas formas. Ni yo estoy seguro de mi actual estado mental. Obsesionado con una chica que apenas conozco.

Sintiéndome muy similar a aquella vez...

No.

No es igual.

Tomo las llaves de mi auto y me dirijo rápido al trabajo. Estar en mi oficina es lo único que puede despejar mi mente ahora.

***

Narra Bridget...

Salgo de la ducha y veo que mi celular está prendido. Lo tomo y veo que tengo un mensaje de voz en la contestadora.

Cuando termino de escucharlo casi me desmayo de la impresión. Caigo sentada en la cama mirando perdida a todas partes... o sea, ¿¡Qué le pasa a este hombre!? ¿Algún día podré entenderlo?

¿Está jugando conmigo?

¿Está de verdad afectado por su reacción de ayer?

No he dejado de sentirme culpable por hablar con Diana y contarle mis asuntos, pero tampoco he dejado de pensar en lo hiriente que fue Matt conmigo por algo tan simple como un rumor esparcido en el trabajo.