43. A salvo en sus brazos

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Narra Bridget...

La música retumba en mis oídos, Nate me ha traído al mejor sitio de Seattle y el alcohol ya está haciendo su efecto en mí.

Dejo que mi cuerpo se mueva al ritmo de la música y al fin mi mente se siente aliviada. Es bueno sentirme así de nuevo.

-¡Yey! —grito feliz. —¡Hace tanto no salíamos!

-¡Lo sé! ¡Extrañaba tanto a la Bridget fiestera! —Nate me abraza y saltamos al ritmo de la música electrónica procurando no botar nuestros tragos.

Bailamos y bailamos, una copa viene, otra se va y así llego a mi quinto vaso de vodka limón.

La cabeza me da vueltas pero me siento tan bien por dentro que no me permito ponerme triste. Cada vez que pienso en Matt, reprimo la tristeza y tomo otro trago celebrando que lo nuestro ya es solo una mala historia de amor.

En un momento Nate se pierde de mi vista debido a que se pone a bailar con unas gemelas. Mujeriego, pienso mientras camino hasta la barra por otro trago.

-Hola —un tipo guapo de pelo negro y ojos azules me saluda mientras espera en la barra.

-Hola —contesto educadamente.

-¿Quieres tomar algo? —me ofrece una vaso relleno de un líquido púrpura y sonríe.

 -No gracias —digo tratando de ignorarlo. Estaré borracha pero mi sentido común no se ha ido tan lejos.

-Es solo una bebida, nada de alcohol —sonríe divertido. —Solo un poco de drogas —susurra y ríe malicioso.

Ok, alerta de tipo raro encendida.

-No quiero gracias, prefiero el vodka con limón —digo sin darle importancia al asunto y le pido al bartender mi trago.

Mientras espero, siento la atenta mirada del tipo raro a mi lado. Esto es incómodo.

-¿Quieres bailar entonces? —insiste otra vez y cuando me giro a verlo me guiña un ojo.

Es bastante guapo, pero no quiero bailar con nadie. Menos con alguien que bromea con meterle drogas a los tragos.

O sea, ¿Que nadie le enseñó a coquetear sin sonar como un psicópata encubierto?

-No, gracias —respondo educada otra vez y me alejo rápidamente cuando mi trago está listo.

Cuando al fin pierdo de vista al tipo, siento que en mi bolso vibra mi celular. Como ya lo había supuesto, en la pantalla dice Matt.

-Dios, que quiere ahora —suspiro cabreada mirando mi teléfono.

Rápidamente decido cortar la llamada. Guardo el teléfono en mi bolso nuevamente y me tomo mi vaso de un solo trago. Mi garganta duele, pero no quiero saber más de Matt y su jodido juego. Mi mente debe seguir ocupada.

Sigo bailando sola en medio de la pista al no encontrar a Nate. Bailo junto a otras personas que también bailan como yo. Nada me importa esta noche en realidad, mucho menos hacer el ridículo.

Luego de un rato, al fin veo a Nate y corro para acercarme a él. Pésimo compañero de fiestas.

-¡Oye! Te estaba buscando tonto —lo golpeo en el hombro y lo miro enojada.

-Lo siento, estaba en mi cita doble —ríe. —¡Yo también te estaba buscando! ¿Ya te quieres ir? Ellas me invitaron a su casa —señala a las gemelas que sonríen coquetamente. —Tengo una invitación a un trío —me grita para que lo escuche a través de la música.

Dios, este muchacho no cambia, pienso mientras me río.

-También tienen un amigo, por si quieres irte con él -mueve sus cejas arriba y abajo haciéndome reír.

Prohibido enamorarse [Matt Bomer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora