39. Fantasmas del pasado

14K 785 27
                                    

-Mamá –sonrío mientras trato de mantener la calma.

Mamá sostiene unas bolsas de papel que contienen sus compras del supermercado y está paralizada frente a la entrada de la casa de Matt.

Sabía que esto pasaría alguna vez, ¡Viven en el mismo jodido barrio!

-Hola Alena –dice Matt igual de nervioso que yo soltándome de la mano rápidamente. Ni siquiera me había dado cuenta que aún estábamos así.

Oh Dios.

-Matt, estás de vuelta –mamá sonríe incómoda por la rara situación y se nota que no sabe que decir o hacer.

Solo espero que no nos haya visto besándonos.

-Si, llegué hoy –Matt sonríe y yo hago lo mismo.

Esta situación es tan ridícula. Tengo 20 años pero me comporto como una chica de 15 ocultando a su novio no novio de sus padres.

-Y ustedes... ammm... ¿Están saliendo juntos? –mamá me mira asustada pero tratando de controlarse.

-Claro que no –dice Matt antes de que yo pueda decir algo. –Bridget me está ayudando con unos proyectos de la empresa.

-Si –respondo algo idiota.

Sé que Matt hace lo correcto, pero por dentro igual me molesta el hecho de que oculte lo nuestro.

Recuerda el trato Brid.

-Vaya, me llevé un gran susto –dice mamá un poco más relajada. –No es nada en contra tuyo –le sonríe avergonzada a Matt que está a mí lado. –Es solo que mi niña aún es muy joven para una relación –sonríe de nuevo pero ahora mirándome a mí.

¿Es en serio? ¡No tengo 10 años!

-No te preocupes Alena –Matt suena más calmado, pero sé que está sudando por la adrenalina. –Bridget es como una sobrina para mí –pone su perfecta sonrisa.

¿Sobrina?

-Idiota –susurro entre dientes.

¿Qué les pasa a todos tratándome como una niña?

-¡Entonces sigan en lo suyo! –mi mamá se despide con la mano. –¡Ven a vernos más tarde Brid!

-Ok, mamá –digo entredientes y nos quedamos viendo hasta que ella se aleja por la calle.

Cuando ella ya se va, Matt me mira impaciente.

-Lo siento –besa mi frente. –Pero tenía que inventar algo.

-¿En serio me ves como a una sobrina? –digo espantada.

-¿Crees que sería tan pervertido de acostarme con una sobrina? –levanta una ceja y me mira divertido.

-No lo sé, tío –digo divertida.

Rápidamente él abre la puerta y me hace entrar apresuradamente a su casa. Cierra la puerta y me besa contra la pared de madera.

-¿Quieres terminar lo que empezamos en tu departamento? –besa mi cuello mientras toca mis nalgas con sus manos.

-Solo si prometes algo –digo agitada por sus besos.

-¿Qué? –se aleja y me mira expectante.

-Que me tratarás como a una mujer, no como a una niña –lo miro seria. Él sonríe tiernamente.

-Mi mujer –dice serio y me vuelve a besar.


***


[Días después...]

Narra Matt...

El fin de semana con Bridget fue genial, excepto que ella tuvo que irse el domingo en la mañana a su departamento porque Nate la llamó para hacer las paces y para terminar un trabajo.

Nuestra relación de novios no novios ha sido buena hasta el momento, normal, como si no hubiera un contrato de silencio de por medio, uno que también nos prohibe estrictamente enamorarnos... por más idiota que eso suene. 

Mis sentimientos por ella ya no son simple deseo. Hace bastante que dejó de ser así. La quiero, no imagino mi vida nuevamente sin ella a mi lado. Es extraño lo rápido que vamos. Obviamente sigo con mi miedo irracional de que a Bridget le pase algo malo y toda la historia se repita, pero estoy tratando de controlar mis fuertes emociones. Estoy tratando de disfrutar al máximo estos momentos.

Sé que ella está enamorada de mí, puedo notarlo en su forma de ser conmigo, en como me habla, como me mira, como intenta estar cada vez más cerca de mi corazón, por eso, lo último que quiero hacer es dañarla, ya me cansé de reprimir lo que yo también siento.

Por momentos quiero decirle que dejemos de lado el estúpido contrato, pero aún no estoy tan seguro de eso.

Es difícil.

Toda esta situación es difícil.

-¿Señor Bomer? -levanto la vista y Camille está parada en la puerta de mi despacho. -Tiene una llamada para usted. Una señorita que no quiso identificarse necesita hablar con usted.

Enarco una ceja pensando en Brid pero luego declino ante la idea debido a que ella jamás ha llamado a la empresa, solo a mi celular.

-Bien -digo, -pásame la llamada -tomo el teléfono y Camille se va de nuevo.

-¿Hola? Habla Matthew Bomer –contesto mi teléfono y espero.

-¿Matt eres tú?

-¿Con quién hablo? -frunzo el ceño y dejo a un lado los papeles que toda esta mañana de día Lunes he estado terminando.

-Soy Clarice. 

De pronto siento que mi corazón se detiene por algunos segundos y trago saliva mareado.

-¿Clarice? ¿Clarice Reed? –digo atemorizado.

En estos momentos estoy reviviendo todos mis miedos, y los fantasmas del pasado me invaden la cabeza. Esto no puede ser bueno.

-Sí, soy yo Matt. Disculpa si te molesto a tu trabajo pero no pude conseguir tu número personal. Necesito hablar contigo. Sé que ha pasado un largo tiempo pero... -hace una pausa. -Debo entregarte algo que Becky te dejó, antes de... morir.

Siento que me voy a desmayar. La cabeza me da vueltas y siento como la sangre ha bajado hasta mis pies. Rápidamente me levanto de mi asiento y dejo todo de lado. Clarice era la mejor amiga de Becky y hace años no escuchaba su voz. Han pasado años... Esto se siente muy irreal.

-¿Estás en New York?

-No, estoy en Seattle -titubeo confundido.

-Vaya, ¿Puedes viajar?

-¿Qué es lo que me debes entregar? –pregunto asustado de saber, con un nudo en la garganta.

-Becky me entregó un cuaderno que escribió para ti cuando supo que estaba enferma. Ella me pidió que te lo entregara cuando hubiera pasado mucho tiempo. Sé que ahora es cuando. Solo quiero cumplir mi promesa Matt.

Trago saliva otra vez y debo apoyarme en la mesa. 

–Viajaré mañana mismo.

Hablo sin siquiera pensar bien lo que digo.

-Bien, nos vemos en el Central Park, junto a la laguna, donde estaba el carrito de comida rápida al que íbamos los tres ¿Recuerdas?.

Jamás podría olvidar esos momentos. Se sienten como si solo hubieran sido ayer.

-Si -sonrío un poco más calmado. -Te llamaré cuando llegue.

-Adiós Matt.

-Adiós Clarice. 

Prohibido enamorarse [Matt Bomer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora