Prohibido enamorarse [Matt Bomer]

29. Deseo y éxtasis [+18]

Narra Matt...

Después de unos minutos besando a Bridget en el sofá, la tomo en mis brazos y la llevo hasta mi habitación.

Rápidamente me deshago de toda su ropa y ella de la mía, los dos desesperados como si no nos hubiéramos tocado en años.

El deseo que sentía ha vuelto a encender todo mi cuerpo como si estuviera en el mismísimo infierno. Sé que hacer esto después de que me convencí a mi mismo sobre ir lento puede llegar a ser una mala idea, pero en estos momentos no pienso.

Solo quiero tener a Bridget para mi. Nada me importa otra vez.

Al tenerla desnuda en mi cama, la lleno de besos por todos lados. Ella gime cuando mi barba roza su sexo y mi lengua traza un camino hasta su ombligo y luego entre sus pechos.

Quiero lamer cada espacio de su cuerpo. Quiero tener el sabor de su sexo en mi boca de nuevo. Drogarme con su esencia y su dulce olor con leves toques de vainilla.

-Matt... por favor... -gime mi nombre y eso solo me hace querer más. Desearla más.

Volver a entregar todo de mí solo para hacerla feliz. Para verla extasiada en deseo.

-Te necesito -digo con mi voz ronca y me deshago al fin del resto de mi ropa. -¿Sigues tomando las píldoras? -pregunto mientras me vuelvo a acomodar entre sus piernas. Bridget asiente.

-Conmigo no usas condón ¿Eso me hace especial para ti? -bromea, seguramente recordando lo que le dije más temprano respecto a Barbara.

-¿Tienes alguna ETS? -pregunto bromeando igual que ella y rueda los ojos riendo.

-No -bufa.

-Yo tampoco -rió otra vez. -Además... -tomo mi pene y lo pongo en su entrada. -Así es más placentero -la penetro sin más preámbulos y gruño al sentir lo apretada que está.

-Oh Dios... -chilla en mis brazos y muerde mi cuello.

-¡Oh fuck! -gimo cerrando los ojos con fuerza y Bridget rasguña mi espalda mientras me hundo dentro de ella.

Este es mi lugar adorado en la vida. Este lugar es mi calma. Mi éxtasis total.

Ella y yo en mi cama, calzando nuestros cuerpos a la perfección, uniéndonos como uno solo mientras el deseo nos consume a ambos. Es simplemente perfecto. El sexo perfecto.

Los besos necesitados nos cortan la respiración. Las caricias se hacen intensas. Bridget se ha convertido en mi droga y dudo poder dejarla alguna vez.

La necesito por siempre en mi vida.

-Me voy a correr -lloriquea al ritmo de mis bruscas embestidas y decido girar sobre la cama.

-Ven aquí hermosa -la ayudo a ponerse encima de mí y le entrego todo el control de la situación. Dejo que ella guíe su orgasmo y me use como más le acomode hacerlo.

Pronto todo se vuelve salvaje.

Muy similar a nuestra vez anterior.

Bridget y yo estamos cerca, y el orgasmo se empieza a formar como una avalancha de nieve dentro de mí.

Gimo sin aguantar, acaricio sus pechos, sus caderas y gruño cuando me corro con fuerza dentro de su sexo. Oleadas de semen se liberan y siento que toco el cielo al menos por unos segundos.

Ni siquiera noto cuando el cuerpo de Bridget, cansado por su propio orgasmo, reposa agitado sobre el mío. Ambos estamos bañados en sudor.

-Oh joder -río despacio mientras beso su cabello y acaricio su espalda al sentirla temblar. -¿Estás bien?