Capítulo 27: Realidad alterna

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    "Ya no intentaba evocar su recuerdo. Ella volvía cuando quería, en sueños, en mentiras y en vagas sensaciones de algo ya vivido".

ELEANOR & PARK

Abro la boca expulsando el aire que tengo acumulado en los pulmones, lo cual termina en un largo bostezo

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Abro la boca expulsando el aire que tengo acumulado en los pulmones, lo cual termina en un largo bostezo.

Las ganas de dormir siguen latentes al igual que la sensación de estar soñando, así que levanto mis brazos que yacen lánguidos a mis costados y los estiro hacia adelante, respirando hondo.

Me decido a observar a mi alrededor, entrecerrando la mirada y consigo una vista borrosa que me permite tan solo identificar una luz titilante en medio del cuarto. Paso las manos por mis ojos, aclarando el campo de visión y de este modo logro analizar el espacio en el cual me encuentro.

Estoy sentada en una silla plástica de color azul pegada al suelo y se encuentra unida a otras dos, por medio de una barra metálica. Mi ropa está igual de rota y mojada, aunque no encuentro ni un grano de arena lo cual es algo raro porque se supone que dormí encima del lugar en donde está enterrada mi madre, y no tengo unas esposas o tan siquiera un policía a mi lado si es que descubrieron lo del asesinato.

Intuyo que de nuevo me encuentro en el hospital y analizo la habitación, la cual es enorme comparada con las demás que he visitado. Hay un termo de agua junto a unos vasos, estoy en el área de visitas y una cortina blanca divide en dos el espacio, impidiéndome descubrir lo que sea que haya del otro lado. La curiosidad hace estragos en mi cuerpo obligándome a ponerme en pie y abrirla, pero me percato de que a mi lado derecho está la puerta con un aviso de Vuelva pronto, que hace que mi cerebro funcione de modo correcto y decida salir de aquí antes de que algo malo me suceda, ya que, últimamente soy un imán de los problemas.

Camino hacia la salida intentando no hacer ruido y al girar la perilla, esta cede al instante. Abro la puerta dejando atrás el espacio en el que estaba antes y me sorprendo con que solo hay un corto pasillo que al finalizar da paso a una negrura arrolladora e interminable.

Una figura sale de entre la oscuridad como una sombra, escondiendo su cabello en una capucha, con un traje negro muy ancho y un pasamontañas cubriendo su rostro, acompañado de unas gafas del mismo color. Me escondo de nuevo en el cuarto del que acabé de salir, atravesando esta vez la división y al sentirme segura por un momento, me estrello con Christian, el hermano de Chris, acostado con los ojos cerrados, los cables y aparatos conectados a su cuerpo y sus latidos todavía estables, están marcados en el monitor.

No puedo evitar sorprenderme y esbozar una sonrisa de alivio y en esa misma distracción, acerco mi mano a su mejilla dándome cuenta de que su piel es cálida y no ha perdido el color del todo.

«Estás vivo, ¡estás vivo!» Me encuentro gritando mentalmente, mientras la puerta se abre muy rápido, apartándome de inmediato del enfermo.

Mi vida con Laura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora