Capítulo 8: La confianza te hace débil

743 209 68
                                    

El amor es complicado, pero no imposible. Sereno como un amanecer y a la vez inquieto como una lluvia tormentosa. Tan perfecto como un cielo claro, e imperfecto como una cruel verdad. Pero sobre todas las cosas es difícil de encontrar, y si lo logras, sabrás al instante que nada volverá a ser igual, tu mundo ha cambiado y no hay manera de repararlo.

LUNA V

—Y Josh está mucho más alto, abuela

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Y Josh está mucho más alto, abuela. Antes me ponía de puntillas y podía alcanzarlo, ¿recuerdas? —Arranco una flor amarilla que creció a un costado de su tumba y sonrío—. Ahora debo jalar su brazo para que se agache y estemos iguales; me gusta hacerlo, es como una muestra de que sigo teniendo el control.

Mi abuela respondería con una gran carcajada y me acariciaría la cabeza, pidiéndome que hablara más. Siempre fue muy amante de mis historias por más estúpidas que fueran y mucho más si eran de Josh. Según ella: "él es una buena influencia que te ayudará a mejorar un poco tu vida y tú te encargaras de causar estragos en la suya"

Él es todo lo bueno, yo soy todo lo malo y al juntarnos somos todo lo incorrecto y a la vez perfecto que dos personas pueden llegar a ser.

—Y a veces parece que le gustara que lo golpeara —continúo—, en lugar de protestar, se limita a sonreír y observarme con los ojos chispeantes. Es como si esa simple conexión solucionara todos sus problemas. Solo puedo describirlo como una sensación diferente, nueva y... estoy segura de que lo quiero; esto va en serio.

Remplazo las marchitas flores que había puesto un mes antes, por unas esplendorosas margaritas que le hacen justicia a su espíritu alocado. Beso mi mano y después la poso en la piedra en la que tallaron su nombre y con una fuerza de voluntad que he adquirido con los duros golpes que me ha tocado recibir a lo largo de mi vida, me alejo sin mirar atrás.

El cuerpo de mi mamá está bajo tierra unos pocos metros más allá, pero no la visito porque no me siento capaz.

Algún día lo haré... o eso espero.

• • •

Esta vez el bus llega al instante en el que empiezo a esperar. Me siento en uno de los puestos traseros en la ventana e ignorando a todo el mundo, observo el paisaje. Consta de los pocos edificios que hay en Handtown y las miles de hectáreas de hermosa vegetación con colores exorbitantes y mariposas revoloteando por todo el lugar. Por eso me gusta aquí, el clima siempre es templado y las estaciones son perfectas, al contrario de la ciudad más cercana; y la tranquilidad junto a la soledad lo hacen un pueblo muy acogedor. No creo que en mis planes a futuro deba mudarme de este sitio.

Mi celular empieza a vibrar en mi bolsillo y sabiendo quién está llamando, aparto la vista de la ventanilla, contesto y sin esperar que pronuncie alguna palabra, empiezo la conversación.

Mi vida con Laura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora