Capitulo 11: Sin testigos

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"Pon distancia y trata de mantener la sonrisa. Sintoniza un rock and roll en la radio y ve hacia toda la vida que existe con todo el valor que puedas reunir y toda la fe que logres invocar. Sé leal, sé valiente, aguanta. El resto es oscuridad."

STEPHEN KING (IT)

—¿Cuál es tu nombre? —pregunta el señor de barba grisácea y ojos saltones

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—¿Cuál es tu nombre? —pregunta el señor de barba grisácea y ojos saltones. Sostiene un libro cuadriculado en una mano y con la otra escribe todas mis palabras.

—Laura... Laura Blair. —La habitación en la que me encuentro es demasiado uniforme para ser real. Estoy sentada en una silla blanca, lo suficientemente pequeña como para que solo yo pueda ubicarme; cuando pedí algo de comer, me trajeron un vaso de leche con un panecillo del mismo color; el suelo y todas las paredes de la sala son iguales, y mi ropa fue remplazada por un enterizo también blanco, que me asusta de un modo inexplicable. Todo es una tortura construida especialmente para mí.

Mi madre apoya su cabeza en el vidrio templado que me separa de todas las demás personas y yo correspondo su gesto, poniéndome en pie y posando mis dos manos en un intento de alcanzarla.

Es hora de marcharnos —Leo sus labios color cereza. Asiento levemente y susurro:

«Quiero irme de aquí».

—Ya es suficiente. —Su aguda voz rompe la fría tensión del momento. El doctor suelta el bolígrafo y posa su mano en el hombro de la mujer y ella se limita a suspirar, sin apartar la mirada de mi escuálida silueta.

El viejo arrastra sus ojos plateados, hasta alcanzar los míos y presiona el botón del comunicador.

—Solo espera un poco más ¿sí? No falta mucho. —Su grave y un poco entrecortada voz es amenazante. Como si deseara asustarme y llenarme de ira en partes iguales; hiriéndome, pero al mismo tiempo culpándome de todo. 

He conocido muchos métodos como el suyo: Intentan sonar atentos, pero su objetivo es ganarse mi confianza y aprovecharla para lastimarme. Otros son directos y los prefiero mucho más que los hipócritas como el que tengo al frente; desde el principio son cortantes, mostrando sus verdaderas intenciones y siempre tienen el mismo fin; la diferencia es que no aparentan ser algo que no son.

Tiene una gran ventaja sobre mí porque puede controlarme, pero lo supero en creces ya que sé lo que hará, así que no me tomará por sorpresa. Aparentemos que es mi primera vez en un lugar como estos.

Sonríe con pesar, como si le doliera un poco mi expresión abatida, y le indica a todos a su alrededor que se marchen con un movimiento de su cabeza. No lo dudan un poco y se alejan del vidrio hasta salir por una puerta oscura y después de presionar un botón blanco en el panel que controla mi celda; toma a mi madre que se encontraba estática, fundiéndose en la negrura con la intención de que no notara su presencia y la arrastra de los brazos hasta que ambos desaparecen de mi vista.

Mi vida con Laura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora