Capítulo 4: Siempre hay distintos modos de conocer a tu asesino

1K 299 170
                                    

"Lo que distingue lo real de lo irreal, está en el corazón"

JOHN FORBES NASH

Hay momentos en los que el tiempo empieza a andar un poco más lento, para poder disfrutarlos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hay momentos en los que el tiempo empieza a andar un poco más lento, para poder disfrutarlos...

Y otros, que se vuelven más largos, para hacer sufrir a quien los está viviendo...

En mi vida he estado en ambas situaciones, pero el recuerdo a continuación es el más feliz y pasó como un simple destello.

• • •

HACE 4 AÑOS

Camino lo más lento posible, intentando aplazar ese horrible momento en el cual deberé entrar a mi instituto. El cielo está tan perfecto y el ambiente bastante cálido, así que, considero muy seriamente tomarme el día libre.

Presiono el botón en mi MP3 para cambiar esta canción. La debió descargar mi abuela, porque es una pieza clásica que es todo menos agradable. El amargo que deja ese ritmo es remplazado de inmediato por mi canción favorita, Hotel California de los Eagles.

Voy haciendo el ritmo con los pies y con las manos, mientras pateo con fuerza la piedrecita que me ha acompañado en todo el camino; cuando la música termina, me apresuro a devolverla, pero soy interrumpida por alguien que toca mi hombro con insistencia.

—¿Qué? —pregunto al desconocido con la cabeza abajo, mientras guardo los auriculares en mi bolso.

Pues... quería pedirte que estés más pendiente de lo que haces, la piedra apuntaba más arriba y daba en el blanco... —dice una voz masculina un poco ronca. Subo la cabeza y me topo con la mirada inquisitiva de un chico que parece de mi edad y con una vestimenta que no puede ser menos que de un rockero —. Entonces...

—Cierto, gracias por avisarme, pero si no te hice daño no debo disculparme —explico, como si fuera lo más obvio posible.

—Si tú lo dices —sonríe de medio lado, mostrando un hoyuelo.

Tiene el cabello castaño, ondulado y, además, está largo hasta los hombros. Se ve bastante alto, pero sólo un poco más que yo y de lejos se nota que hace algún deporte. Posee unos de esos ojos que por más que los mires no logras entenderlos, son una tormenta peligrosa que quiere atraparte y a la vez un rayo de luz en medio de una noche oscura.

Está bien, lo acepto, no he visto en mi vida a alguien como él —Este pueblo está plagado de adolescentes que creen que por ponerse un aro en la nariz se ven más interesantes, pero no es así.

Mi vida con Laura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora