6. Un día antes de la catástrofe

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Había pasado una semana desde que Christa se presentó en casa de Law. En todo ese tiempo, (Tn) preparó sin falta la bebida que acostumbraba dejarle a quien comenzó a llamar secretamente: «Mr. Grey», y no..., nada tenía que ver el aclamado film con el sobrenombre, todo se debía a los bellos ojos grises que a ella tanto le encantaban.

Todo marchaba bien en los dos trabajos de medio tiempo de (Tn), e inclusive había conseguido un tercer empleo para los fines de semana, pero no empezaría en ese sino hasta fin de mes. Estaba dispuesta a darlo todo sin importar su agotamiento físico. Le demostraría a su familia que podía lograr aquello que se había propuesto.

En esos días, sus padres le llamaban casi a diario, tratando de "sutilmente" convencerla de regresar a North Carolina, puesto que la extrañaban demasiado.

Su padre la cuestionaba por la distancia, estaba arrepentido de haberla dejado ir. ¿Qué tenían de malo las universidades no tan lejos de casa? ¿Por qué irse hasta California? La quería de regreso, y se lo dejaba saber cada que la saludaba.

(Tn) había desarrollado cierto miedo de hablar con sus papás, ya que no sabía qué excusas seguir dándoles para justificar su estadía en Los Angeles. No podía solo decirles que quería hacer su vida como le pareciera, ¿o sí? No. No deseaba causarles enfados innecesarios, ya vería qué hacer. Lo único que les podía decir era que las clases empezaban dentro de unas pocas semanas, que ya todo estaba listo y que no quería desperdiciar la oportunidad que había obtenido, gracias a esfuerzos propios.

Law por su parte; toda esa semana lidió con las constantes llamadas y mensajes de texto de la obsesionada mujer, que había retornado para amargarle la vida. Lo peor de todo, y lo que en sí lamentaba de la situación causada por Christa..., es que no pudo hablar con (Tn) sobre lo sucedido, puesto que esta se encerró en su habitación después de aquel desayuno que él preparó con la ayuda de Shachi y Penguin..., y vaya que ella no dio señales de vida sino a hasta la mañana del domingo, cuando le preparó el café y lo dejó sobre el desayunador, donde él siempre lo encontraba. El resto del día, volvió a encerrarse.

Se sentía culpable por la manera en la que (Tn) demostró tener ansiedad ante la posibilidad, de que sus padres se dieran cuenta del embrollo en la que fríamente la había incluido, pero ya habría algo que pudiera hacer para compensarle el mal sabor de boca, o al menos eso esperaba.

Día sábado por la tarde...

—(Tn)-ya —habló al verla ir del pasillo del baño a la sala. Él salía de la cocina, había ido por un vaso de jugo de arándanos.

—He-ey... pensé que no estabas en casa —respondió un poco sorprendida de verlo. Ya que Penguin y Shachi habían salido, dio por sentado que Law les acompañaba—, por eso no hice tu café el día de hoy.

—No negaré que lo extrañé —dijo sonriendo de medio lado con el ceño semi fruncido—. Olvidaste que paso la noche del viernes y los fines de semana en casa.

—N-no, lo siento no estaba pensando. —contestó al juntar ambas manos frente a su vientre—. ¿Quieres que te prepare uno?

«¿De nuevo ese comportamiento? ¿Qué le pasa a esta niña?»

—No te preocupes, ya me serví jugo —le mostró el vaso de cristal, el cuál ya casi no contenía bebida—. ¿Cómo sigue tu tobillo? Pareces cojear todavía.

—Es que ayer usé un par de tacones y me lastim... —dejó de hablar al notar que Law le daba una mirada llena de desaprobación.

—¿Tacones? ¿Cuando aun no terminabas de sanar?

—Es que...

—¿Encima de que lo forzaste al trabajar toda la semana?

—Pero...

ROOMIES ━━  [En curso] 《13》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora