34. De mil maneras

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Holiwi. ¿Cómo están mis bellezas? 🤩 Espero que mejor que yo. 🥰

Como lo prometido es deuda (y después de tantos contratiempos y trabas de la plataforma —lean «EL SOLILOQUIO DE YUKIHIME si desean saber de qué va esto—, contra viento y marea), al fin les dejo el capítulo 34.

Espero que lo disfruten. ❤️

PD: presten mucha atención.

PD de la PD: si este capítulo supera los 150 votos y 350 comentarios para el 12 de agosto a la medianoche, me comprometo a actualizar una semana después. ☺️❤️

De uno a uno, y como si hubiesen acordado acomodarse desde el más alto al más bajo, Doflamingo, Rosinante, Enel, Kid, Penguin y Shachi, se asomaron a la puerta entornada de la habitación de Law

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De uno a uno, y como si hubiesen acordado acomodarse desde el más alto al más bajo, Doflamingo, Rosinante, Enel, Kid, Penguin y Shachi, se asomaron a la puerta entornada de la habitación de Law.

El primero estaba erguido, el segundo inclinado y el tercero un poco más; el quinto se hallaba casi agachado mientras que el cuarto había adoptado tal postura, en tanto el último se encontraba de cuclillas.

Ninguno de los espías daba crédito a lo que con sus propios ojos atestiguaba. Se trataba de un Law que sonreía y tarareaba mientras veía su reflejo en el amplio y alargado espejo de marco dorado que sobresalía de la blanca pared, en tanto se desanudaba una corbata de color azul cobalto.

Las gesticulaciones de los mencionados no se hicieron esperar. Doflamingo parpadeó, anonadado; Rosinante poco a poco fue esbozando una sonrisa de agrado y maravilla paternal, en tanto Kid abría los ojos de par en par, perplejo. En el ínterin, Enel ladeaba el rostro alzando las oscuras cejas, casi al tiempo que se talló los ojos para comprobar lo que estos percibían. Mientras, Penguin y Shachi mantenían la boca abierta, puesto que habían dejado caer la mandíbula tras el primer atisbo de lo que continuaban mirando.

Vaya, «el señor amarguras» sí que rezumaba de felicidad.

Como si sus mentes estuviesen en sincronía, pensaban que Trafalgar Law nunca fue un hombre risueño, y mucho menos alguien a quien se le escuchase tararear ninguna canción mientras se deshacía el nudo de la corbata.

«El amor es una cosa peligrosa...», pensó Doflamingo, estremeciéndose debido a su filofobia.

Aunque, de manera inesperada, el mayor de los Donquixote comenzó a rememorar el rostro de Lizzie y las conversaciones que con ella había tenido en Moreno Valley, también en el departamento de Law y cuando se hallaban en la playa.

Doflamingo sacudió la cabeza para descartar los pensamientos, pero lograr su propósito no le fue del todo posible. Esa mujer estaba a años luz de él. Y Luke tampoco la merecía.

Volvió a sonreír determinando que, (Tn) había heredado y quizá aprendido mucho de la mujer que él tanto admiraba; pero... No. Nadie como Lizzie. Luke simplemente no sabía la suerte que tenía.

El sobredicho, pese a su filofobia, pensaba de manera objetiva y esperaba que Law tuviera esto mismo en cuenta, y que de igual forma, nunca olvidara que era un hombre afortunado.

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⏰ Última actualización: Aug 05 ⏰

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