Cap. 15 Baño Compartido

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Ella soltó un bufido molesta y sin tener opción se quitó el short y la blusa quedando sólo en su diminuta ropa interior, pensando en que la decisión que había tomado en la mañana a la hora de escoger su ropa interior no había sido la mejor

Ella soltó un bufido molesta y sin tener opción se quitó el short y la blusa quedando sólo en su diminuta ropa interior, pensando en que la decisión que había tomado en la mañana a la hora de escoger su ropa interior no había sido la mejor

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Pero era eso o nada, así que se metió lo mas rápido que pudo al agua. El Lord dio una fugaz mirada y pudo ver la estrecha espalda y las bien formadas nalgas de la sacerdotisa, con el uniforme y la ropa que traía habitualmente no se alcanzaba a notar bien, pero Ahome tenía un trasero de infarto, caderas amplias, glúteos redondos que con su cintura pequeña casi se formaba un corazón. Sesshomaru tuvo que acomodar su ropa de manera que no se notará la gran erección que estaba teniendo, era casi un milagro que no se diera cuenta hace unas horas atrás de su miembro despierto.

Ahome estaba sumergida en el agua casi en su totalidad cohibirda por el Lord, después de algún tiempo de observarlo y ver que no abría los ojos para nada, pensó que quizás estaba dormido así que con más confianza comenzó a bañarse y jugar con el agua en su cuerpo. Salía a la superficie lo suficiente para que se le vieran la mitad de los glúteos, estaba disfrutándolo tanto el agua fresca del lago que hasta el aire le parecía maravilloso, estaba de perfil al Lord sin prestarle más atención. Sin embargo el Lord al notar el ritmo cardíaco de la azabache más relajado, se permitió entreabrir los ojos y su mirada se perdió de nuevo en la figura femenina, desde su ángulo a pesar del sostén de la chica se alcanzaban a ver perfectamente bien los pezones erectos producto del aire frío que pegaba directamente en su piel mojada. Sin percatarse de los ojos dorados que la observaban, se giró dándole la espalda, de momento él maldijo internamente esa acción hasta que la azabache dio un brinco levantando agua con sus manos en un jugueteo, al dar ese brinquito salió a relucir su hermoso trasero que hizo babear al Lord fantaseando en verlo brincar de nuevo pero está vez sobre él. Con esos pensamientos impropios para alguien como lo es el Señor Sesshomaru, se vio obligado a volver a cerrar los ojos cuando vio las intenciones de la Miko de salir por fin del agua. Él deseaba seguir viendo el gran espectáculo que Ahome le brindaba y quitarle esas prendas que aunque atractivas, la prefería deanuda.

-Sessh, hora de irnos - dijo ella tocando su mejilla para "despertarlo" - ¿Estas bien? Te siento muy caliente - sonaba preocupada, mientras el Lord pensaba "¿caliente? Estoy que hiervo" lo que en realidad era extraño, él no era una persona que se dejara manejar por los instintos, no era virgen obviamente pero el único momento en que saciaba su libido era en algunas temporadas de celo y cuando sucedía jamás se había interesado en el placer de la acompañante, simplemente era él y punto. Pero con ella era diferente, quería hacerla gemir, quería hacerla gritar su nombre y que suplicara por más, quería darle "su final feliz" como decía la canción que ella cantaba.

Haciendo a un lado esos pensamientos, se percató que la ropa interior de la chica estaba mojada sobre la canasta. La había visto, había visto lo que contenía la canasta y no traía más de esas prendas extrañas, así que eso solamente significaba una cosa "Ahome no traía ropa interior" y con el atuendo que ahora traía puesto, no perdería la oportunidad.

 La había visto, había visto lo que contenía la canasta y no traía más de esas prendas extrañas, así que eso solamente significaba una cosa "Ahome no traía ropa interior" y con el atuendo que ahora traía puesto, no perdería la oportunidad

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-Es tu turno de esperarme - dijo levantándose y comenzando a desvestirse.

-¿Q... Qué haces? - dijo ella roja como un tomate.

-Darme un baño, ya lo hiciste tú, ahora me toca a mí.

-Creo que entonces yo me voy.

-No, es tu turno de esperarme. - dijo con voz firme. Ella tragó saliva y se sentó en el mismo sitio que él. Se volvió a poner los auriculares de su reproductor e intentó distraerse con las plantas medicinales que había recolectado.

Se desnudó sin pudor alguno y se adentró al agua mucho más que la chica, ya que si se quedaba únicamente a las piernas, se aseguró de taparse exactamente lo necesario. Estuvo mojandose durante un tiempo, sin que la azabache lo mirará así que decidió hacer algo al respecto. Lanzó una pequeña piedrita que pegó en las manos de la chica.

-¡Oye! - dijo quitándose los auriculares y elevando su vista a él, de inmediato sus mejillas tomaron un color rosa que para el Lord era hermoso.

-Regalame un poco de tus aceites para asearme correctamente, por favor. - dijo sin expresión alguna. Ella tomó sus cosas de baño se acercó tímidamente a él, después de todo dijo "por favor".

-No son aceites, sin embargo sirven para lo mismo. Solamente vierte un poco de líquido de esta botella y podrás lavarte el cabello. - dijo estando a la orilla del lago, lanzando el envase del shampoo. - la otra botella es para lavar el cuerpo, pero primero desocupa aquella.

-Date la vuelta niña. - ordenó el Lord.

-¿Disculpa? Ok no te veré, no te preocupes y no soy una niña. - dijo dándose la vuelta intentando marcharse pero fue detenida por la misma voz.

-Dije que te dieras la vuelta, no que te marcharás. - ella se quedó quieta, las piernas le temblaban.

-Ahora sí, voltea. - ella como siempre obedeció y se encontró con un Lord sentado a la orilla del lago extendiendole la misma botella que ella había lanzado. - Hazme el favor.

No fue necesario decir más, ella como si de hipnotismo se tratará se arrodilló a espaldas de él y comenzó a lavar el sedoso cabello del Inuyokai a sus pies. Él se propuso aprovechar y disfrutar cada oportunidad de tenerla cerca y eso estaba haciendo, cerró los ojos al sentir el suave tacto de los dedos de la chica, al cabo de unos minutos tomó sus manos.

-Es suficiente, me dormiré si sigues. - dijo volteando a verla con el mismo color rosa en sus mejillas, y era verdad, estaba más que relajado.- dame del otro líquido para lavarme el cuerpo, a menos que quieras... - No fue necesario terminar la frase, ella entendió perfectamente y de inmediato su cara se puso del color de un tomate maduro.

-Eres un grosero - dijo indignada, el Lord solamente sonrió levemente. La chica le colocó jabón suficiente en la palma de la mano y se retiró al mismo lugar con el corazón acelerado. Pero no pudo evitar imaginar hacer lo que él había insinuado.

Al Lord le llegó el aroma de la chica más delicioso que antes, está vez estaba mezclado con el olor de su excitación, para él ese aroma era la gloria, se preguntaba ¿a qué sabrá? La miró de reojo y pudo notar que lo miraba a momentos disimuladamente, "muy pronto lo sabré" se dijo internamente.

El olor de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora