Cap. 38 Camino Al Monte De Las Animas

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-Descansaremos aquí, de aquél lado hay un pequeño río para que puedan asearse y pescar para cenar- Dijo Sesshomaru cuando notó que faltaba poco tiempo para que la luz del día los abandonara.

-Muy bien, Inuyasha y Koga traigan la leña por favor, la señorita Sango y yo trataremos de pescar lo suficiente para todos, usted señorita Ahome por favor quédese en el campamento con las cosas y supongo que el señor Sesshomaru se quedará con usted a cuidarla. - expuso el monje Miroku.

-Supones bien monje - fue su corta respuesta.

-No me parece justo, nosotros no somos tus sirvientes Sesshomaru - dijo un inconforme híbrido ganándose una mirada dura por parte del mencionado.

-No hay porque pelear chicos, monje Miroku, usted quédese con Sango y Sesshomaru y yo iremos a pescar.

-No hay ninguna necesidad Ahome, Miroku y yo iremos, no le hagas caso a Inuyasha.

-¿Estas segura Sango? Por mí no hay ningún problema.

-Segura amiga, vamos su excelencia. Y ustedes dos vayan por lo que les toca.

-Vamos bestia, deja de holgazanear.

-Ay! Tú cállate lobo sarnoso.

Todos se dirigieron a realizar sus diferentes tareas mientras en el campamento improvisado se quedaron una azabache y un peliplateado agradecido de poder pasar un momento a solas con su futura compañera.

-Todo el camino has estado muy callado Sessh ¿ocurre algo? - preguntó la chica haciendo que el Lord volteara a verla.

-Es solo que no tenía ninguna razón para hablar. Por lo menos no con ellos. ¿Cómo te sientes?

-¿Yo? Pues me siento bien gracias, ¿a qué viene tu pregunta? - contestó la chica desconcertada mientras lo veía sentarse a los pies del árbol más frondoso que había al rededor.

-¿No te sientes nerviosa? - volvió a preguntar mientras le hacía una señal para que se acercara a él.

-La verdad sí, un poco pero te prometo que no te decepcionaré- dijo llegando a su lado, lo que no esperaba fue que la tomará del brazo y la jalara hacia él, cayendo en su regazo. Ella lo miró confundida y él comenzó con pequeñas caricias sobre su rostro provocando que cerrara los ojos al contacto.

-Escuchame bien Ahome y espero que no sea necesario volver a repetirlo, sea cuál sea el resultado de la próxima batalla tú nunca vas a decepcionarme. Estoy muy orgulloso de la mujer en la que te has convertido. Desde que te conozco siempre te he considerado valiente y lo supe desde ese día cuando sacaste la Tessaiga de su lugar de reposo y te enfrentaste a mí sin ningún temor, me desconcertaste demasiado y pude ver que en ti existía un gran poder que aún no era descubierto. Llegué a preguntarme muchas veces si en realidad eras humana, gracias a ti y a Rin ha cambiado mi perspectiva respecto a tu especie. La exterminadora y el monje no me son desagradables, pero no sé comparan a ti. Tú eres única y especial, todos lo pueden ver por eso me cuesta trabajo alejar a esas alimañas de ti- dijo refiriéndose a Koga e Inuyasha.

-No les digas así cariño, aparte yo soy mujer de un solo hombre, en este caso de un sólo yokai. - acunó entre sus manos el rostro del Lord. - y no cualquiera, sino de él daiyokai más fuerte y apuesto de todos. - lo dijo con un tono pícaro, sabiendo que no haría mal elevar el ego del Inu.

Sesshomaru la besó, Ahome terminó de girar su cuerpo por encima del de él sentada a horcajadas sobre su regazo para tener una mejor posición. Ella pasó un brazo completamente al rededor de su cuello y con la otra mano lo sujetó de la cabeza y metió los dedos entre las hebras plateadas de su cabellera. Él paseaba su mano delineando el cuerpo femenino, desde la espalda hasta las piernas y de regreso deteniéndose un poco más entre el hermoso y bien formado trasero de la chica. El beso era tan apasionado y demandante que fue para Sesshomaru casi inevitable tomar una de sus nalgas y clavarla hacia su cuerpo haciendo contacto ambos sexos, Ahome abrió un poco más la boca soltando un pequeño gemido sobre los labios del ambarino al sentir el firme miembro de él haciendo presión sobre su humedecido coño, que estaba segura que si no fuera por las prendas de ambos que hacían de barrera la penetración hubiera sido sumamente fácil, Sesshomaru aprovechando el gemido de Ahome y comenzó a explorar con más facilidad la boca de ella, a la joven le estaba resultado difícil seguir el ritmo del beso por culpa de las sensaciones tan placenteras que estaba sintiendo en su sexo, comenzó a moverse simulando el coito provocando que de la boca del Lord salieran sensuales gruñidos. Ahome se sentía tan mojada que el cambio de sus bragas sería completamente necesario, para Sesshomaru los movimientos de Ahome era algo tan sensual, sobre todo cuando en su vaivén comenzó a realizar círculos sobre su pene. La fricción entre ambos era tan jodidamente deliciosa que le fue sumamente difícil controlarse y parar los sexys movimientos de su mujer.

-¿Sucede algo amor? - preguntó ella sin saber que había ocurrido para que él la detuviera.

-Se acercan tus amigos- la miró y lo que vio le parecía de lo más bello, tenía la boca entreabierta con los labios rojos e hinchados, las mejillas hermosamente sonrojadas, la respiración agitada y los ojos cristalinos en los que se podía ver el deseo, era una mirada lasciva que él amaba porque todo ese sentimiento lo había provocado él mismo. Maldijo mil veces la inoportuna llegada de la exterminadora y el monje. Ella estaba por levantarse pero él se lo impidió, solamente la acomodó de espaldas a él y la abrazó queriendo que ella no se separara de él en ningún momento.

La noche llegó, la cena pasó tranquila y sin problemas mayores, ya todos se habían acostumbrado a las constantes peleas entre Inuyasha y Koga, Ahome pensaba que si otras fueran las circunstancias seguramente ellos dos serían muy buenos amigos, quizás ya lo eran aunque de todo se contradecían y peleaban en realidad nunca se lastimaban, a todos les parecía gracioso, el único que no reía era Sesshomaru pero nadie esperaba realmente verlo o escucharlo reír. Ahome y Miroku crearon un campo de energía para evitar molestias durante la noche causadas por algún diablillo que pudiera andar rondando el lugar, y así poder descansar tranquilamente.

La joven Miko había comprado dos sacos de dormir de más para sus amigos humanos, aunque en cada saco cabían dos personas sabía que Sango no permitiría que Miroku durmiera en ella en una distancia tan nula como lo es ambos dentro de un solo saco. A Inuyasha no le había traído ninguno porque sabía perfectamente bien que no lo aceptaría y sería cargar en vano, a Koga en realidad no lo había considerado ya que no sabía que comenzarían a viajar juntos, pero tampoco lo hubiera aceptado. A diferencia de lo que cualquiera pensaría, Sesshomaru sí, de hecho sin que la azabache se lo ofreciera él se metió al saco de dormir con ella en su brazo, la acurrucó entre su pecho y se dispuso a dormir completamente tranquilo al saber que el campo de energía los protegía y que la pequeña Rin también estaba fuera de peligro en su castillo, el respirar su aroma favorito de naranja dulce, néctar de pera, orquídea y caramelo lo mandaban directo al paraíso como sí nada más en el mundo importara aparte de su bella mujer y él, pasaron pocos minutos para que pudieran perderse en los brazos de Morfeo.

El olor de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora