Cap. 42 Renkotsu ataca a Ahome

2.9K 285 4
                                    

Pov. Sesshomaru

Inuyasha, el lobo y yo seguimos el rastro del aroma de Ahome y llegamos al pie del monte de las ánimas, al intentar pasar sentí una descarga eléctrica por todo el cuerpo así que hemos pasado la noche entera buscando una entrada que nos permita ingresar sin ser purificados en el intento. Si no lo encuentro pronto entraré aunque sea purificado, mi compañera está ahí adentro y solamente Dios sabe en qué condiciones. No aguanto más, siento una desesperación que no había sentido jamás en los mil años de vida que tengo.

-Sesshomaru ¿qué haremos? - preguntó Inuyasha. - ya intentamos entrar, Koga no lo logró y a mí me duele y me pesa mucho el cuerpo, no podré ni blandir a Colmillo de Acero.

-Ustedes quédense aquí, entraré yo por Ahome...

-¡No! Entraremos nosotros, trataremos de averiguar en dónde está Ahome y si es posible buscar la manera de romper el campo de energía. - habló la exterminadora llegando montada sobre Kirara, junto a ella venía el monje sobre Ah-Un y la enorme mochila de mi mujer.

-Esperen por favor, si llegando la noche no hemos salido, entonces usted señor Sesshomaru hace lo que tenía pensado.

-No esperaré hasta el anochecer monje - respondo molesto, ¿no ve mi desesperación?

-Tiene que hacerlo, es la mejor opción. Si existe la posibilidad de romper este campo de energía sagrada para poder entrar y pelear libremente con esos malditos, lo tenemos que intentar. Sería arriesgado si entra usted solo en contra de 5 guerreros aunque humanos, ellos cuentan con los fragmentos de la perla y es muy seguro que los poderes, velocidad y fuerza que usted posee se vean afectados ahí dentro.

Por mucho que odie admitirlo, el monje tiene razón. Detesto la simple idea de quedarme aquí esperando a que logren destruir el campo de energía sagrada. Juro que mataré a todos y cada uno de los bastardos que han puesto la vida de mi Ahome en peligro.

Pov. Ahome

Me dejaron sola de nuevo aquí en la cueva. No tengo idea de que hora es, supongo que es más de medio día, eso creo porque mi estómago de nuevo pide algo de comida.

Esta posición es muy cansada, siento los brazos dormidos y me duelen las muñecas, le pediré a Bankotsu que afloje un poco las ataduras, quizás lo convenza de atarlas ahora por delante. No parece ser tan malo después de todo, ahora entiendo a mamá cuando me decía que no podemos juzgar un libro por su portada, eso lo comprobé con mi Sessh. ¿Cómo estará? ¿Estará preocupado?

-Por favor amor mío, ven por mí.

-¿Sigues esperando a que vengan por ti? No seas patética - es el hombre con aspecto de monje, si no mal recuerdo su nombre es Renkotsu. No lo vi llegar y sus palabras me llenan de ira y tristeza al mismo tiempo.

-Tú no sabes nada - mis palabras salen con odio.

-Te equivocas chiquilla tonta, sé que tus compañeros están afuera y que no pueden pasar por temor a ser purificados, los únicos que han logrado pasar son el monje y la taijiya pero a ellos ya los espera Kagura - me quedo helada ante sus palabras, amigos cuídense por favor.

-Ellos estarán bien, confío en ellos. - lo digo más para mí misma.

-Jajajajaja no me hagas reír, apuesto a que no durarán ni cinco minutos con Kagura. - solamente puedo verlo con desprecio - Quita esa cara, el hermano Mukotsu tenía buen gusto, me pregunto si para él valdría la pena morir por tu culpa. - comenzó a verme de manera diferente, en su mirada había morbo, "estoy en peligro" pensé. - pero aquí no vendrá tu perro a salvarte, mis hermanos están patrullando la zona para asegurarse de que nadie indeseable aparezca. Tendremos un buen rato a solas tú y yo primor.

-¡Aléjate de mí! - grité con terror cuando él se acercó y comenzó con caricias sobre mis piernas.

-Tranquilizate, yo sé que te va a gustar - puso sus manos sobre mi pechos y los apretó con fuerza, no pude evitar gritar de dolor.

-¡DÉJAME! ¡AUXILIO! ¡SESSHOMARU! - lágrimas comenzaron a rodar sin control por mi rostro y no pude seguir gritando porque me volvió a colocar la mordaza en la boca.

-¡Ya cállate! Eres una escándalosa, yo te haré gritar pero de placer, eso te lo aseguro - Trataba con todas mis fuerzas de patalear pero al estar atada era solamente un esfuerzo inútil. Con el mismo cuchillo que Bankotsu utilizó para cortar la manzana por la mañana, Renkotsu abrió mi blusa justo desde la mitad y rompió mis pantalones de ambas piernas.

Intentaba gritar, de verdad lo intentaba. Me revolvía con desesperación tratando de quitarme a ese hombre de encima.

-¡QUE TE ESTÉS QUIETA PERRA! - me soltó una bofetada que dejó mi mejilla ardiendo. No podía dejar de llorar. Sentí su asquerosa boca sobre mi cuello bajando hasta mis senos.

Se levantó solo lo suficiente para quitarse la parte superior de su ropa, volvió a bajar sus manos a mis pechos y los estrujo con la suficiente fuerza para hacerme soltar otro chiquillido de dolor. Me giro y se posicionó sobre mí restregando su asqueroso pene entre mis nalgas aún con parte de mi pantalón puesto. Yo no dejaba de llorar y por mi mente solamente pasó una persona "Sesshomaru, sálvame por favor, sálvame cariño" cerré los ojos con fuerza deseando que llegara y evitará lo que esta mierda de persona quería hacerme. Cuando dejé de sentir su peso sobre mí pensé que estaba por terminar de quitarme la ropa que le estorbaba para su perverso cometido. En mi pánico dejé de escuchar lo que sucedía a mi alrededor, al pasar los segundos y ver que no ocurría nada, abrí los ojos y cuando escuché golpes intenté girar mi cuerpo para ver lo que sucedía, pero me fue imposible aparte de estar atada mi cuerpo aun temblaba. Me sentí un poco aliviada al saber que alguien había venido a salvarme.

-Sessh... - intente pronunciar su nombre pero el llanto aún no me dejaba. De repente escuché la voz de mi salvador...

El olor de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora