Cap. 46 El Monte De Las Animas Es Destruido

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-Tardaron mucho en llegar, los estaba esperando... - escucharon su voz, pero por más que intentaron ver de donde provenía no lo encontraron - ¿Tuvieron muchos problemas para encontrarme? Vaya que son lentos.

-Miko, no te alejes de mí. - la azabache asintió y se posicionó a un lado del peliplateado cuando el rostro de Naraku se pudo ver en lo más alto de lo que parecía ser el interior de la montaña.

-Oh mi estimado Lord Sesshomaru, no es de mí de quien tiene que cuidarla. - soltó el híbrido sonriendo con malicia viendo directamente a Bankotsu. - Tengo que admitir que es una mujer hermosa, pero ¿en verdad vale tanto la pena Bankotsu? Le diste la espalda a tus compañeros por una mujer a la que conociste ayer. - Bankotsu apretó el agarre de su alabarda y soltó un bufido.

-Ahome lo vale todo - respondió sin dudar ni un momento.

- Con que así lo crees. Bueno pues tus palabras solamente alimentan más mi interés sobre la mujer aquí presente. Cada vez me intrigas más Ahome, voy a averiguar qué es lo que tienes que a todos los tienes comiendo de tu mano.

-¡Tú no te acercaras a ella! - gritó Bankotsu colérico.

-Chicos miren - dijo Sango viendo entre las paredes a su amigo Inuyasha - ¿Está... Está muerto?

-¡No! - gritó Ahome y quiso salir corriendo para alcanzarlo pero Sesshomaru la tomó del brazo impidiendo que se alejara - ¡INUYASHA! ¡déjame tengo que ver que está bien! - se soltó y corrió hasta donde se encontraba su amigo y comenzó a golpear suavemente su rostro. - Inu por favor reacciona, por favor no me hagas esto. - en su voz se podía escuchar la angustia que sentía.

Poco a poco Inuyasha abrió los ojos con pesadez. - Ahome... ¡Por Dios Ahome estas bien! Estábamos preocupados por ti.

-Yo no importo en este momento, concéntrate ¿Puedes liberarte? - respondió más tranquila. Inuyasha intentaba zafarse pero le resultó imposible.

-No. Maldito ¿tanto es tu miedo que tienes que inmovilizarme para evitar enfrentarme? - está vez se dirigió a Naraku.

-No me hagas reír Inuyasha, ni tú ni tu espada son rivales para mí. - respondió con burla.

-Miko, muévete. - dijo Sesshomaru acercándose para cortar esas extrañas paredes y liberar a Inuyasha, al hacerlo salió de ellas un líquido amarillo.

-Jajajaja no pueden destruirme mientras se encuentren dentro de mí cuerpo. - Todos abrieron los ojos con sorpresa. - ¿No se habían dado cuenta? Bueno pues le explicaré, mientras ustedes perdían el tiempo yo utilice ese mismo tiempo para evolucionar a una mejor versión de mí mismo, para eso utilicé toda la energía de este lugar, por lo tanto yo soy el monte mismo. Cada vez que intenten cortar una parte de mí saldrá más veneno y ustedes morirán.

Los insectos de Naraku se acercaron a él llevando consigo los fragmentos de Shikon que mantenían vivos a los guerreros que habían sido derrotados por Inuyasha y Koga. Al recibirlos su cuerpo fue tomando su nueva apariencia rodeado de un campo de energía que impedía ser atacado.

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El olor de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora