Cap. 48 ¿Un Rompimiento?

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Ahome sabía que Sesshomaru estaba molesto con ella. Desde que se reencontraron en el Monte de las Animas después del secuestro, le hablaba diferente y la veía diferente, había vuelto a ser ese hombre frío, la trataba como a los demás, como antes de empezar los entrenamientos, ya no la hacía sentir especial. No entendía del todo, ya le había explicado sobre Bankotsu que lo único que sentía por él era agradecimiento. No era tonta, sabía que Bankotsu no buscaba solamente su amistad y admitía que se trataba de un hombre sumamente guapo y sexy hasta la punta de su larga y negra trenza, en otras circunstancias en las que ella no estuviera con Sesshomaru, quizás hubiera perdido la cabeza por un hombre como Bankotsu. Pero no era el caso, ella sabía que amaba a Sesshomaru y eso le impedía sentir algo por cualquier otro hombre.

Sin embargo estaba molesta con él, se había atrevido a ordenarle y a tratarla como si el amor y deseo que le había demostrado más de un mes atrás, no hubiera sido más que una cruel mentira. Necesitaba saber si en realidad la trataba así por herir a su medio hermano, y ahora que se había encontrado con Kikyo y sabía que Inuyasha saldría tras ella, Sesshomaru podría dejarle al fin. Porque después de todo, él tenía los sentidos más desarrollados que ninguno de ellos, para Sesshomaru podría ser relativamente fácil saber que se encontrarían con Kikyo.

Ahome salió de su enmismamiento cuando sintió que tocaron tierra firme, habían aterrizado a los pies del río que ella había escuchado al despertar.

-Pensé que quizás querrías darte un baño. - habló el Lord, bajando a la chica y la mochila.

-Sí, te lo agradezco. - fue lo único que atinó a decir.

Comenzó a sacar sus cosas de aseo personal y prosiguió a desvestirse. Estaba por quitarse la ropa interior cuando vio a Sesshomaru adentrarse entre los árboles dándole la espalda. No sabía a dónde iría, pero eso le daba a saber a la joven que quizás el Lord ya se había cansado de ella, ya no tenía que fingir sentirse atraído por ella. Con un nudo en la garganta y los ojos húmedos por las lágrimas que amenazaban con salir, ella se metió al río, se sumergió toda intentando que la corriente se llevara sus lágrimas y con ellas su tristeza.

Terminó de asearse y se disponía a salir, fue en ese momento que lo vio salir de entre los árboles con ¿un conejo? Efectivamente era un conejo previamente listo para ser cocinado. Mientras Sesshomaru prendía una fogata y comenzaba a cocinar su pequeña presa, la joven tomó su ropa y se vistió rápido aprovechando que él estaba distraído y no la veía, o por lo menos eso pensaba ella.

-¿Puedes encargarte? - dijo señalando la fogata cuando la ojiazul se acercó- Yo también quiero darme un baño.

Ahome solamente asintió, "ni siquiera quería estar lo suficientemente cerca de mí sin que le cause malestar" era el pensamiento de la sacerdotisa al ver que en cuanto se acercó, él buscó la manera de alejarse de ella. No quiso incomodarlo más así que se mantuvo de espaldas al río para darle la privacidad que probablemente deseaba.

Lo que no sabía la joven era que ese mismo pensamiento de rechazo lo sentía el mismo Sesshomaru pero por parte de ella. Después de todo lo había retado, contradecido y lo peor de todo es que había defendido a otro hombre, no perdón, lo peor era que ambos sabían qué intenciones tenía dicho hombre para con ella. No lo toleraba, los Inus se caracterizan por su gran sentido de posesividad, sobreprotección y celos con su pareja en especial. Él tenía claro una cosa Ahome es y será por siempre solamente de él y era algo que estaba dispuesto a hacerle entender a como diera lugar. A nadie tenía que quedarle duda de que Ahome era suya, solamente suya y de nadie más, pero a quien más tenía que quedarle claro era a ella. Sesshomaru creía que SU pequeña Ahome necesitaba una pequeña reprimenda, por eso el trato diferente, era la primera forma de hacerle saber su disgusto, al estar frente a tanta gente no podía hacerle saber a nadie sus problemas de pareja, pero ahora no estaban siendo observados por nadie así que ahora venían las nalgadas por haber sido una niña mala.

Salió de bañarse, se colocó solamente la parte inferior de su traje y se acercó a la azabache.

-Ya está listo - dijo la chica que al sentir que se acercaba se levantó dispuesta a poner distancia física entre ellos dos. Con lo que no contaba era que iba a ser detenida, Sesshomaru tomó su brazo y ella se giró a verlo, le dolió encontrarse con esos ojos dorados tan fríos que le costaba pensar que eran los mismos ojos que la veían con tanta pasión y calidez apenas días antes.

-Tenemos que hablar - dijo con el mismo tono frío.

-Bien, hablemos - dijo la chica volviendo a su lugar pero ahora frente a él.

-¿Cuándo será la ceremonia de emparejamiento? - preguntó Sesshomaru consiguiendo qué Ahome abriera grandemente los ojos muy confundida.

-¿Perdón? - fue lo único que salió de su boca, quizás había escuchado mal.

-Tú dijiste que pondríamos fecha para la ceremonia después de ir al Monte de las Animas. - era cierto, ese plazo lo había puesto ella.

-S... Sí pero... - no pudo terminar la frase.

-¿Pero? ¿Estas arrepentida Miko? ¿Tus planes cambiaron? ¿Ya no deseas permanecer a mí lado? - preguntó tan serio que más que pregunta, parecía acusación.

-¡YA DEJA DE LLAMARME MIKO! Hace días yo era "Ahome", "cariño", "Nena", "pequeña" y hasta "mi amor". Ahora no dejas de llamarme Miko ¡ya me tienes harta maldito demonio engreído! - explotó, sin embargo Sesshomaru ni se inmutó.

-No respondiste a ninguna de mis preguntas Ah-o-me - pronunció su nombre en sílabas, ella lo tomó como burla pero ya era ventaja que dejara de llamarla Miko.

-Mis deseos no han cambiado Sesshomaru, sin embargo necesito primero saber ¿qué es lo que piensas tú?

-Yo deseo tomarte ahora mismo como mía - Respondió inmediatamente lanzándose sobre ella y lamiendo su clavícula que es en donde debería encontrarse su marca.

-Sessh... Pensé... - de nuevo no pudo terminar la frase.

-Pensaste que te dejaría, pensaste que no te amaba, pensaste que no te deseaba - succionó el nacimiento de uno de sus senos dejando una marca roja - pensaste que te dejaría libre para irte con ese cadáver.

Ahome primero se encontraba aunque algo confundida, con los ojos cerrados disfrutando del toque de Sesshomaru, le excitaba sentir sus labios y su lengua recorrer su cuerpo. Excitación que se fue al caño al escuchar esas últimas palabras, liberó un poco de reiky con el fin de quitárselo de encima, sabía que con su fuerza no lo movería.

-¿Qué estupidez acabas de decir? - dijo mucho más que furiosa.

-Cuidado como me hablas Miko

-¡Que soy Ahome! ¡Entiende que soy Ahome! Repite la tontería que acabas de decir.

-¿Me vas a negar ahora que no era lo que esperabas? - ahora en su tono frío se podía escuchar la indignación.

-Esperaba que me dejaras, pero no por esa razón. Esperaba que ahora que Inuyasha había encontrado a Kikyo te desharias de mí, que ya no te servía como venganza, que me desecharías simplemente porque ya no tenía ningun caso seguir fingiendo conmigo solamente por herir a tu hermano. Y sobre Bankotsu yo no siento otra cosa por él más que agradecimiento y estimación. Veo que es muy fácil que tú pienses mal de mí, lo mejor es terminar con esta situación. Te agradezco todo lo que haz hecho tanto por mis amigos como por mí pero lo mejor es que sigamos nuestros propios caminos. Te devolveré las armas que me diste, no puedo conservarlas...

El olor de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora