Estaba por seguir mi camino cuando percibí el aroma de ella, un aroma inconfundible de naranja dulce, néctar de pera, orquídea y caramelo, era ella sin duda alguna, la sacerdotisa que acompaña a mi detestable medio hermano. No pude evitar quedarme p...
Kagura nos ha guiado lejos de lo acontecido con Tekkei, comienzo a creer que quizás Naraku la envió hacia nosotros a propósito y solamente nos está haciendo perder el tiempo, si es así no seré tan benévolo con ella esta vez. Estaba por reclamar cuando la escuché hablar.
-Aquí en el reino de fuego, existe un portón que comunica los reinos de ambos mundos. Solamente necesitamos bajar. - Dijo Kagura al entran en una cueva.
-No seas impaciente. - le hablé a la espada de mi padre ya que desde que llegamos no había dejado de palpitar, pero ahora lo hacía con más intensidad e incesantemente.
-¿Cómo? Pero si no he dicho nada. - cuestionó Ahome obviamente confundida por mi comentario.
-No te hablaba a ti, es a Colmillo Sagrado que desde que llegamos ha estado palpitando, sin embargo ahora lo hace con mayor intensidad. - traté de explicarle la razón de lo dicho por mi parte. En seguida la tomé de la mano para darle alcance a Kagura. - Vamonos.
Una vez adentro de la cueva, sentí a Ahome tensarse a mi lado mientras recorría con la mirada todo el lugar al caminar.
-La cueva está llena de cadáveres. - me dice en un tono bajo y con un toque de miedo. Y era verdad, había cadáveres convertidos en piedra por todas partes. La apegué más a mí tratando de transmitirle seguridad, empiezo a creer que traerla conmigo no fue una buena idea, quizás debí haberla dejado con la miko de Inuyasha, ahí estaría más segura.
-Lo siento pero solamente puedo acompañarlos hasta aquí. - dice Kagura sacándome de mis pensamientos. - No quiero verme involucrada de nuevo en esto.
-¿Qué quieres decir con eso Kagura? Seguramente es un engaño planeado por Naraku. - dice mi mujer cruzada de brazos, notablemente molesta.
-¡Como fastidias! Ustedes me pidieron que los trajera a este lugar. Les advertí que se trataba de un camino muy peligroso. Yo no traje con engaños a nadie.
-Pues no te creo, después de todo Naraku y tú son la misma basura. - soltó Ahome con enojo. Kagura solamente frunció el ceño viéndola con evidente odio. Tomé a mi azabache de la mano nuevamente para seguir nuestro camino.
-Vamos Ahome. - la llamé para seguir el camino pero la voz de Kagura se hizo presente nuevamente.
-Cuando te canses de jugar con niñitas, buscame Sesshomaru. Estoy segura que puedo enseñarte muchas cosas que podrían gustarte. - Dijo en un tono "seductor" que no provocó otra cosa en mí más que irritación y enojo. Y Ahome no estaba mejor, de hecho se encontraba con el ceño totalmente fruncido. Vi las intenciones en mi mujer de contestar, pero era a mí a quién le correspondía hacerlo así que me adelanté.
-Si quisiera entretenerme con algo tan bajo y miserable como lo es la extensión de un asqueroso híbrido, te habría buscado Kagura. Te advierto que no quiero volver a escuchar una insinuación similar de tu parte, no vuelvas a ofrecerte como un trozo de carne barata a este Sesshomaru y mucho menos vuelvas a ofender a mi compañera, a menos que lo que busques sea que acabe con tu existencia. - Kagura apretó con coraje el abanico entre sus manos y se dio media vuelta en dirección a la salida soltando un "malagradecido" que alcancé a escuchar con claridad.
Ahome y yo seguimos el camino en la dirección indicada por la domadora de los vientos hasta encontrarnos con un portón enorme adornado por dos grandes custodios de piedra.
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