Boda

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Vino Escarlata.

Arco II.

Capitulo 33.

[...]

El destino era entallado, y despiadado, irrumpiendo la afinidad que el escritor tiene sobre su vida, disfrutando de romper con el circulo trazado, así terminando con esperanzas, trayendo consigo nuevas venganzas.

[...]

Inglaterra, Londres, 31 de Octubre.

9:28.p.m.

Por extraño que fuera, la boda se demoró una hora en comenzar. La excelente organización de Niall hundiéndose al igual que su perfeccionismo, la puntualidad ya no formaría parte de su personalidad después de lo sucedido. Trayendo consigo disputas entre los presentes, hilos de peleas físicas, los golpes estaban al roce al igual que sus puños. Aún no comenzaba, pero el final cada vez más se acercaba, uno caótico, demasiado burdo para ser el de tan esperada unión.

Ante el caos y demencia de los invitados, los cuatro herederos de la mafia Italiana abrieron las cortinas que representaban la puerta principal, lugar donde supuesta mente entraría la novia. El elegante y clásico negro domino la vista de quien tuviera pulso.

El poder tan reluciente y perteneciente a las joyas de la corona, cada una tan única e inigualable, sublime a su forma. Simplemente no había comparación digna que les hiciera justicia. 

Negro invadiendo espacio perteneciente del bondadoso blanco. Sin duda era una magnifica representación del dominio de las casas hacía los simples mundanos, del control sobre lo correcto. Y que sin importar que, al tomar el mismo sendero terminarían caminando sobre suelo escarlata.

Sus pasos iniciaron en el talón para terminar en la punta de los finos zapatos pulidos que abrazaban sus pies. No había ni un sólo cabello fuera de sus elegantes peinados. El producto sobre sus cabelleras cumplía una misión casi imposible, sobre todo al tratarse de la melena indomable del rubio. Lo contuvo, firme y liso, cuál modelo en pasarela.

El novio debía expresar tranquilidad e independencia: una camisa blanca como la nieve con cuello puntiagudo, una cadena de oro maciza, un traje negro clásico y gafas oscuras serían una excelente opción. Los amigos tenían emparejar al novio para que juntos parezcan una agrupación conjunta.

El look de los participantes estaba a la altura del acontecimiento. Todos llevan rigurosamente ropa de diseñador o marcas muy costosas. Como siempre, cumpliendo las normas que ellos mismos imponían. El orgullo les pesaba demasiado, al grado que realizaban con sumo cuidado cada una de las indicaciones que constituían su riguroso  código de honor. 

Los señores Paynes y Niall eran cubiertos por un negro profundo, mientras que ,Louis, vestía un traje azul. Un traje que resaltaba el azul de sus fanales, luciendo radiante y a su vez tan profundo.

Ser uno mas de entre la multitud jamás formó parte de su personalidad, apenas entraron y fueron el centro de atención, el arte del mundo terrenal. El poder en sus trajes, la soberbia destilada de sus poros con amabilidad intangible.

Al final, era el juego de Louis, sus reglas. Nunca las obedeció, si bien, estaba por casarse por puro compromiso social y político necesario para la mafia. Así que poco le importaría las represe arias sobre su vestimenta.

Vino EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora