Vino Escarlata.
Arco II.
Extra.
[...]
La experiencia es el reflejo de las cicatrices que evita repetir errores del pasado, y la cautela el arma con la cuál la recuperada esperanza es protegida.
[...]
—¿Cómo te diste cuenta que era él?—Indagó, con su voz en un tono bastante bajo, temiendo de su cuestión y de la estructura de la misma. A lo que respiró profundo y dio un leve giro con sus tobillos enterrados sobre la gélida tierra.
Harry no dejó de acariciar sus flores, al contrario, se concentró en apreciar una de las tan pocas que estaban sobreviviendo al gélido clima. Sintiendo orgullo por las que se ocultaban y cerraban, estando seguras y protegidas. Brindando calor a las valientes que optaban por ser bellas tanto como las vida les permitiera, para él, ambas eran formas de vidas que se debían apreciar.
El viento era su fiel pincel con textura rojiza, opacando su rostro, y concentrando el calor en sus adorables mejillas. Los rizos irreverentes y rebeldes se deslizaban al son de la melodía que sus labios tarareaban, jugueteando con su rostro, de ves en cuando tomando el protagonismo de su vista.
Obstaculizaban la admiración hacía el perfecto oasis de sus fanales, en definitiva la única muerte que se podría denominar hermosa era la de las hojas, se cubrían de caramelo, adornaban el suelo, caían con gracia y elegancia, de vez en cuando siendo arrastrada por dulces melodías, mientras que en otras ocasiones eran barridas con violencia por sonidos instrumentales del mismo viento.
—¿Hablamos de mi Lou o de quién? Me siento un poco perdido, pero adoraría que me hicieras entender.—El pensar en los labios de su alfa lo estaba ayuda en mantener esa cálida sonrisa que provocaba mariposas en quien lo viera, pero en esta ocasión, quizá lo hacía perder la realidad.
La chica le dio un asentimiento y continuó.—Sí...¿Cómo te diste cuenta que era él...a quien amabas?
De entre sus inertes labios blancos se escapó una fina melodía: su más dulce risa. Una tierna y dulce sinfonía.
—Lo sentí.—No le demoró ni un segundo cuando su boca ya se había delatado, su corazón palpito acelerado del fantasma de un recuerdo. Dulce y vivo entre su memoria.
Eliza mordió su labio entre la incertidumbre de su respuesta, necesitaba algo mas explicitó. Aunque muy en el fondo, sabía que se sentía, de todas formas, física, un lazó, una conexión. En ese momento omitió saber del sentimiento, borro cada rastró de amor que alguna vez recibió, siendo sorda y muda del pasado, con el dolor ocultó entre sus inquebrantables fanales dulces como la miel que baña los arboles durante el indescifrable otoño.
—¿Tú omega lo sintió?—Volvió a preguntar.
Negó con la cabeza y tocó su corazón con su palma izquierda. Ruborizándose al recordar con nítida puntualidad lo ocurrido ese día. Mentiría si en el momento idóneo que lo sostuvo entre sus brazos sus corazones no sincronizaron, que sus almas se volvieron una sola y que su prioridad se convirtió en quien era su única debilidad.
—¿En tú corazón?—aunque Harry no lo notó, ella tartamudeo entre caos desafinado y líos olvidados.
El interrogado volvió a negar. Los rizos achocolatados caían con gracia sobre sus hombros ante los delicados movimientos de su cuello. Sus fanales tintineaban por la mención de su amado, tal vez no podía expresar el sentimiento que sobresalía de su pecho, pero para eso tenía las acciones de día a día.
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Vino Escarlata
FanfictionHarry Styles, omega, príncipe de las tinieblas. Louis Tomlinson, alfa, rey del fuego y el renacer. Un omega y un alfa en busca del más precioso imperio. 🥀🥀🥀 La muerte del jefe, la nota roja de los periódicos, la oportunidad de oro para las famili...