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Antonia

Nina: Y entonces... Decidí venir a probar suerte aquí a México, ver si logro encontrar algún trabajo y si es así, mudarme por completo –sonríe– Te preguntaría qué hay de ti, pero no es necesario, es muy fácil seguirte el rastro, amo tu música.

Nina había sido mi amiga por muchos años, sus padres decidieron mudarse a Canadá cuando terminamos en segundo grado, desde ahí nunca mas volvimos a vernos o a saber de la otra. Bueno, yo de ella. Yo la quería muchísimo, era como mi hermana.

Antonia: Ha sido toda una locura desde la última vez que nos vimos –dejo salir una risa– Realmente hubieras sido de gran ayuda para mí.
Nina: Pero ya estoy aquí, y si tengo suerte, no te desharas de mi en un largo rato –me codea ligeramente–

Recuerdo algunas cosas de ella. Amaba el color rosa, los perros le daban miedo, Hannah Montana era nuestra serie favorita, Joe era su Jonas favorito, el chocolates le da alergias y estaba muy enamorada de Martin, aunque todo esto claro está es de cuando éramos unas niñas.
Mis amigas siempre resultaban enamoradas de alguno de mis hermanos, estaba acostumbrada a eso.

Antonia: ¿Que es lo que buscas? –pregunto interesada–
Nina: Bueno, vengo de ser asistente de un abogado muy importante en Toronto, así que, busco a alguien que necesite de mi ayuda –se encoge de hombros–
Antonia: ¡Angie puede ayudarte! –digo con emoción– Angie es mi manager, llegando podemos ir a verla.
Nina: ¿De verdad harías eso por mi? –pregunta con emoción– ¡Gracias Nini!

“Nini”, ella me llamaba así todo el tiempo, al principio me llamaba “Nia” pero no le gustó, y de repente un día llegó me dijo “Nini” y así quedó. Además de que Nina+Nini, goals.

Antonia: ¿Tienes donde quedarte? –me acomodo de manera en que pueda verla–
Nina: Si, pague una semana en un hotel, se supone que mi plan es buscar trabajo toda una semana, y si cae algo, vuelvo a Toronto por el resto de mis cosas.
Antonia: estoy segura de que Angie tendrá algo para ti, ella conoce a muchas personas, y en el estudio debe haber alguien que necesite ayuda –miro la hora en mi celular–

Ya habían pasado dos horas, y nos faltaban dos más, pero teníamos tiempo para ponernos al día. Eran las 8:30 am.

Nina: ¿Ese es tu novio verdad? –pregunta tomando mi celular–
Antonia: Si, ese es mi novio –sonrío mirando la pantalla–

Una imagen que yo había tomado de Joel mientras manejaba, concentrado, con algunos rizos cayendo sobre su frente y una pequeña sonrisa. La imagen con la que soñaba todas las noches.

Nina: ¿Cómo se llama?, cuéntame de el –sonríe con emoción–
Antonia: Se llama Joel, el también es cantante, está en una banda, es muy talentoso, baila y canta increíblemente bien, llega en unas semanas a México por mi cumpleaños, ojalá puedas conocerlo –le doy una sonrisa bloqueando el teléfono nuevamente–

Pasamos otras dos horas platicando, y sin darme cuenta ya habíamos llegado a México.
Bajamos del avión y nos encaminamos por nuestras maletas.

Antonia: ¿Te parece si nos vemos ahí antes de que me vaya a grabar? –pregunto encaminandome a tomar un taxi–
Nina: ¡Claro! –acomoda su mochila sobre su hombro– Acomodare todo en mi cuarto del hotel. Y tomaré un taxi.

Me despedí de ella y subí al taxi. Unos minutos después llegué a casa dónde rápidamente tome una ducha y me puse algo cómodo. Subí al auto y conduje al estudio, específicamente a la oficina de Angie. Entré después de tocar encontrándome a Angie en una especie de junta virtual. Se le veía muy feliz, así que me causaba mucha intriga, no podía escuchar por qué llevaba audífonos.
Un mensaje de Nina llegó a mi bandeja, le indiqué el piso, escuché los toques y la abrí encontrándome con ella. Entró y nos sentamos.

Mas De Lo Que Aposté. -Juan Pablo Villamil.- LDA #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora