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Nath
Habíamos convencido a Juan Pablo de ir a pedir disculpas por lo que había pasado anoche, íbamos a aprovechar que Antonia estaría en el aeropuerto con Joel, pues ella se iría de vuelta a casa. De paso, nosotros nos iríamos igual.

Nath: Bien. Entonces vas a ir a ella, y le dirás qué lo sientes, y harás lo mismo con Joel.
Villlamil: ¿Por qué?, ¿No es suficiente con que le pida disculpas a ella?
Nath: Yo no recuerdo haber visto que la golpees a ella -me cruzo de brazos-
Villamil: Disculpa, pero yo no tire el primer golpe, te recuerdo. -dice claramente fastidiado-
Nath: ¡Claro que no!, pero llevabas rato molestandolo, era obvio que en cualquier momento iba a reaccionar.
Villlamil: ¡Deja de justificarlo y deja de tratarme como un niño!
Nath: ¡Entonces deja de portarte como uno!

Estoy a dos de ahora yo golpear a Villamil, ¿estaría mal eso?

Antonia

Antonia: ¡No me quiero ir! -hago un puchero aferrandome a Joel quien intentaba caminar-
Joel: No quiero que te vayas, pero debes trabajar, y no puedo hacer que pierdas tu empleo -ríe besando mi cabeza- Prometo ir a verte.
Antonia: Yo prometo ir a verte -tomo su mano entrelazando nuestros dedos- Es más interesante que yo vaya contigo

Faltaba poco para que mi vuelo saliera directo a México, estaba ansiosa, se siente como si hace mucho no hubiera estado en casa y solo fueron unos meses, aunque viéndolo bien si fue mucho.
Joel fue a conseguirnos un café hace unos minutos mientras que yo me había quedado en una pequeña tienda, una revista donde salía Morat en portada me hizo sonreír, debía llevarla obvio. Cuando había pagado, salí de ahí hojeando la revista, hasta llegar a la página donde salían los chicos.

-wow, aún me es raro verme en las revistas

Cerré la revista sobresaltada ante la voz que me tomó por sorpresa.

Antonia: ¿Que haces aquí? -ruedo los ojos fastidiada al ver a Villlamil ante mi-
Villlamil: No sabía que eras dueña del aeropuerto -dijo burlonamente, haciendo que lo mire mal ante su comentario- Tranquila, vengo en paz...vengo a pedirte disculpas por lo de anoche.
Antonia: ¿A mi? ¿A mi por qué?, digo, no creo que le estés pidiendo disculpas a la persona correcta.
Villlamil: Okey puedes solo tomar mis disculpas?, si hablaré con tu noviesito si es lo que quieres saber.
Antonia: ¡Que bueno!, por qué está viniendo hacia acá -sonreí burlonamente hacia el mientras ambos volteabamos hacia Joel quien venía con los cafés mientras mantenía una llamada telefónica-
Villlamil: Eres demasiado odiosa cuando quieres, ¿lo sabías? -regresa su mirada a mi-
Antonia: Si. Lo sé -sonrío asintiendo con la cabeza ante su pregunta-

Joel llegó a nosotros, ni siquiera miro a Villamil al llegar, pero lo hizo cuando esté le dijo que no quería tener problemas. Básicamente, podría decirse que ahora había quedado todo atrás, pero vamos, que eso era casi imposible con estos dos. No sé soportaban, ni siquiera podían dirigirse la palabra, lo único que quedaba, era no juntarlos nuevamente.
Mi novio dijo que debía irse, pues, debía ir al estudio a grabar, así que caminé con los demás, quienes estaban sentados, esperando el vuelo, tal cual yo debía hacerlo. Cuando llegó el momento, todos abordamos el avión, y para mí mala suerte, ¿adivinen con quién me había tocado ir?, si, con Juan Pablo. Que viaje me espera.

Antonia: ¿Alguien me cambia el lugar?

Escuche como todos coreaban un "no" sentandose en sus respectivos asientos. Solté un suspiro intentando no entrar en pánico, no se por que me siento tan nerviosa sobre tan solo sentarme a su lado en el vuelo.

Villlamil: Tampoco soy tan mal compañero de asiento -dice algo molesto-
Antonia: Ahora mismo, todo de ti me resulta molesto -me encojo de hombros-
Villlamil: Antonia ya te dije que lo siento.
Antonia: Y ya te dije que te disculpo, pero eso no significa que te voy a tratar bonito -me coloco los audífonos para dar por terminada la conversación-

Me estaba por quedar dormida cuando siento un picoteo en mi brazo, fastidiada abrí los ojos y mire hacia Villlamil quien miraba mi bolso y luego a mi.

Villamil: ¿Me das un chocolate?
Antonia: ¿Por qué?
Villamil: ¿Por favor?
Antonia: No baboso, ¿por qué quieres de mis chocolates?, compra algo del carrito.
Villamil: ¿Bromeas?, aquí no venden de esos...

Suspiré apunto de soltarle un golpe, pero me relaje y metí la mano al bolso dónde seguidamente deje uno en su mano.

Villamil: ¿Uno?, ¡Antonia tienes dos cajas enteras ahí dentro!, no seas envidiosa -dijo señalando mi bolso-
Antonia: Discúlpame, olvide que soy una máquina expendedora de chocolates, Juan Pablo -derrotada, deposite cuatro chocolates más en su mano-

Este felizmente los tomó. A veces podía ser todo un niño y eso era como una patada en el culo.

Villamil: oye, ¿me prestas la revista que compraste? -ruedo los ojos casi aventandole la revista en la cara- Gracias, que amable.

Vamos que puede ser todo un cabron cuando quiere pero siempre era capaz de matarme de ternura y también era capaz de sacarme de mis casillas. Y el disfruta eso.
Después de un viaje, estaba de vuelta en casa, nos encontramos con los demás en dónde debíamos recoger los equipajes, iba a seguir caminando, hasta que una mano en mi brazo me detuvo, era Villamil, seguido de eso bajo su mano a la mía.

Villamil: No te puedo dejar ir sin volverte a pedir disculpas por como me comporte anoche, sé que estuve mal y lo que menos quiero es que tengas problemas por mi culpa o algo así. Te quiero, Antonia y sé que no lo demuestro y que tal vez todo entre tu y yo jamás será igual, pero me conformo teniéndote a mi lado, como amigos, como todo lo que éramos antes...
Antonia: No puedo -murmuro- Esto es muy difícil, por un lado está Gabriela y su maldita locura, Juan Pablo ella simplemente podría arruinar lo único bueno que me queda, no quiero eso -bajo la mirada a nuestras manos. Aún estábamos tomados de las manos-
Villlamil: Sé eso, entiendo tu punto, pero igual, si el se llegara a enterar, no tendría por qué molestarse contigo. Fue antes de que volvieran -dice dejando caricias sobre mi mano-

Y pensándolo bien, era cierto, Joel y yo no estábamos juntos aún. No tendría por qué haber un problema.

Antonia: Está bien -susurro con una sonrisa- Seamos amigos y dejemos que todo fluya -asiento acomodando mi bolso-

Una chica llegó a nuestro lado, y eso hizo que reaccionaramos, ella quería tomarse una foto con Juan Pablo, así que lo solté y caminé hacia por mi equipaje.
¿Que podría salir mal?, tan solo íbamos a ser amigos, y Gabriela no estaba aquí, así que un problema menos en mi vida.

Mas De Lo Que Aposté. -Juan Pablo Villamil.- LDA #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora