"𝐖𝐈𝐍𝐃 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐗𝐈𝐍𝐆 ۞ 𝑉𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝐷𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑋𝑖𝑛𝑔"
|»Eres como un viento...
Un viento tranquilo y reconfortante , uno que logra despejar el cielo con tan solo unas palabras . Pero ese viento se podría convertir en una tormenta en cualqu...
“Las palabras en negro son pensamientos...” __________________________________________
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POV Narrador.
Alphonse escuchó unos gritos a la lejanía , dentro de toda la oscuridad de su cabeza , la voz de su hermano lo iluminó tras oír a su voz llamándolo desesperadamente , la armadura reaccionó rápidamente , se le notaba sobresaltado.
— ¡¡AL!! , ¡vamos , contesta , Al!. — Exclamó Edward con preocupación , casi llegando al borde del pánico , pues ver a su hermano así solo lo hacía sentirse culpable por haberlo dejado sólo.
— ¿Ed...?. — Murmuró el menor con confusión , aún reponiéndose por haber estado fuera de si mismo durante una hora.
— ¡Hermano! , ¿¡estás bien?!. — Preguntó el de coleta de manera desasosegada , sintiendo como sus manos temblaban antes de agarrar el hombro del menor.
Desde unos metros , Xìalìng los observaba con culpabilidad en sus cansados ojos , mientras sentía como el comandante Armstrong vendaba la profunda herida de su mano . La pelinegra podía curar su propia herida , pero habían dos problemas.
Xìalìng estaba tan paralizada en el momento en el que Martel fue asesinada delante de sus ojos , que ni siquiera se atrevió a gritar de dolor por sentir el filo de la espada del Führer desgarrar la palma de su mano , luego de eso , se sentía sin ganas de utilizar su propia alquimia médica en ella , fue un bajón emocional y físico . Así que el comandante decidió curarla él.
Y su guante de Alkahestria se había roto gracias al corte , así que no tenían de otra.
— Señorita Far Ground , ¿realmente se siente bien?. — Preguntó el mayor con intranquilidad , pues Xìalìng estaba más callada de lo normal , y la entendía , Alex Armstrong también había pasado por lo mismo , entendía el sentimiento de Xìalìng en esos momentos.
— Estoy bien...— Intervino la pelinegra en voz baja , volteando a ver su lastimada mano , el guante se había roto , por lo que decidió guardarlo en uno de sus bolsillos.
El de bigote la observó durante un tiempo , para luego comenzar a hablar.
— No tienes que disculparte , Xìalìng , no fue tu culpa...— Comenzó el mayor con tranquilidad , habiendo notado las intenciones de la de Xing.
— Tengo que hacerlo. — Sentenció Xìalìng , poniéndose de pie con lentitud. — “Si no lo hago...no seré capaz de mirarlos al rostro”. — Pensó , acercándose a los hermanos a ritmo lento.
Antes de que pudiera llegar completamente , Edward giró su vista hacia ella , quedando en silencio durante unos segundos.
— Xìalìng...¿cómo está tu herida?. — Preguntó el rubio de manera tranquila , pero aún así , la pelinegra se mantuvo en su sitio , quieta.
