Capítulo 23

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— ¿Puedes respirar, por favor?  —cuestionó Cameron tomando mi mano

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— ¿Puedes respirar, por favor? —cuestionó Cameron tomando mi mano.

Yo negué una y otra vez sintiendo mi pecho oprimido por la incertidumbre del momento. La situación me estaba superando y el hecho de que solo faltaran minutos para estar frente a la casa del que era mi padre, hacía que un hoyo negro se abriese en mi pecho.

—Estoy demasiado nerviosa —susurré apretando su mano.

—Todo saldrá bien —aseguró y yo asentí intentando creerle.

Habíamos tomado el helicóptero a la hora pautada y en cuanto aterrizamos un auto se encontraba esperándonos en el helipuerto. La ciudad a la que habíamos ido no era muy grande y se encontraba en una zona montañosa, por lo que el auto en el que íbamos era un jeep cuatro por cuatro de un color negro reluciente.

Ashton conducía por la empinada carretera, mientras que Cameron y yo nos encontrábamos en la parte trasera. No había empacado ni una sola prenda y considerando que ya eran las tres de la tarde suponía que nos quedaríamos en la ciudad.

Yo solté la mano de Cameron para pegarme a la ventanilla cuando las casas se hicieron presente. El lugar estaba nublado, con las calles mojadas debido a una reciente lluvia, pero aun así personas se encontraban caminando por las calles y dirigían sus miradas al auto en el que iba, pero gracias a los cristales polarizados nadie nos veía.

Las casas tenían bonitos jardines delanteros y cercas de diversos colores y formas. El lugar parecía sacado de una película estadounidense promedio. Simplemente hermoso. Y de una forma u otra esas casas me recordaron a la mía. El parecido era tanto que podría decirse que mi madre se inspiró en estas mismas casas a la hora de arreglar la suya.

Ashton estacionó el auto frente a una casa de color azul cielo, con una cerca blanca y jardín con flores de todos los colores.

Yo tragué saliva pausadamente cuando bajó y abrió la puerta junto a mí. Mirando hacia la casa pude notar la pequeña abertura en las cortinas de la ventana dejándome saber que alguien observaba.

Bajé del auto y seguido de mi lo hizo Cameron. Luego de cerrar ambos se posicionaron a ambos lados míos y esperaron a que estuviese lista. Mi cuerpo seguía cubierto por las mismas prendas de la mañana, pero Cameron y Ashton se habían cambiado de ropa optando por chaquetas de cuero, Cameron con una camiseta blanca y Ashton con una camisa del mismo color debajo, pantalones jeans negros y sus cabellos despeinados.

Armándome con el valor que no poseía comencé a caminar hacia la casa y abrí la puerta de la pequeña cerca para recorrer el corto camino hasta la entrada. Al estar frente a la puerta toqué un par de veces y casi de inmediato esta se abrió dejándome ver a un hombre no muy mayor de cabello castaño oscuro casi igual al mío y de ojos que había visto muchas veces en el espejo.

Su mandíbula estaba cubierta por una cuidada barba y su cuerpo se encontraba cubierto por pantalones de tela color crema y un suéter verde claro.

T H O R N SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora