Me gustaría decir que me sentía avergonzada por haber besado a Ashton, que me arrepentía de haberle correspondido o algo parecido, pero no era así, yo estaba metafóricamente flotando después de aquello. Pero definitivamente no estaba fantaseando, solo disfrutaba de las sensaciones que me había otorgado su cercanía, pero estaba consciente de que posiblemente no sucedería otra vez.
Cuando el turno del día acabó tomé lo único que siempre llevaba; mi teléfono móvil y salí de la oficina. Me senté en los sofás que se encontraban frente a los ascensores esperándolos.
—No está en su oficina —escuché decir a Cameron.
En vez de decirles en donde estaba me acosté sobre el sofá para que no pudieran verme y seguir escuchando lo que dirían.
—Se fue —dijo Cameron.
—No se fue —aseguró Ashton.
—¿Cómo estas tan seguro? De seguro solo estaba esperando la mejor oportunidad para irse —su voz subió un tono y me hubiese gustado ver las expresiones en su rostro.
—Confío en ella, así que cálmate —Ashton comenzó a caminar hacia los ascensores y yo cerré los ojos aparentando estar dormida.
—Alisha —dijo suavemente, pero no respondí, era obvio que sabría que estaba escuchando si sabía que estaba despierta.
—Oh, aquí está —susurró Cameron.
—Anoche se acostó considerablemente tarde —le informó a Cameron y en ese momento quise saber cómo lo sabía —la vi bajar a la cocina a las una de la mañana.
—¿Y tú que hacías despierto a esa hora? —susurró Cameron de vuelta.
—Estaba fumando en la terraza, Cameron —bufó levemente mientras que yo me estaba arrepintiendo de haber fingido estar dormida.
—Despiértala —propuso Ashton.
—No, claro que no, si está cansada yo mismo la llevaré al auto —mi corazón latió con más fuerza y quise abrir los ojos y fingir que recién despertaba, pero sus susurros no eran suficientes para despertarme si hubiese estado dormida.
Sentí los brazos de uno de ellos pasar por debajo de mis piernas y por detrás de mi espalda para luego levantarme y pegarme a su pecho.
Aspiré suavemente el aroma de la chaqueta que estaba sobre mi mejilla y supe que era Cameron, porque la fragancia era diferente a la de Ashton. De hecho, Cameron tenía un leve aroma a canela que me resultaba embriagador.
Luego de unos segundos detuvo sus pasos y supuse que ya estábamos en el ascensor. Me removí levemente aparentando despertar.
—¿Qué sucede? —susurré intentando que mi voz sonara ronca, como si recién despertara.
—Te quedaste dormida —explicó haciendo que su pecho vibrara levemente.
—Lo siento tanto, puedes bajarme ya —pero no lo hizo.
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T H O R N S
RomanceMe resistí a enamorarme de ellos, pues estaba rota y aferrarme a alguien nuevamente no estaba dentro de mis planes. Pero fallé, fue imposible no hacerlo tras aparecer como raíces que me mantuvieron en pie cuando solo quería caer. Dos hombres dispue...