Capítulo 5

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Habían pasado ya dos semanas desde que descubrí que mi madre me había escrito algo en vida para después de su muerte

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Habían pasado ya dos semanas desde que descubrí que mi madre me había escrito algo en vida para después de su muerte. Mientras los días pasaban las agallas que tenía para abrir el sobre disminuían, hacía todo lo posible por sacar valor y abrirlo, pero en el momento preciso siempre me detenía.

Sin ánimos me levanté de la cama para luego colocarme un suéter y salir de la habitación mientras arreglaba mi coleta. No había vuelto a ir a ninguna actividad, porque ellos no habían organizado ninguna. Tampoco había salido de la casa y me pasaba casi las veinticuatro horas del día en la habitación mirando el sobre.

Ashton y Cameron no sabían mucho a cerca de mí, además de la muerte de mi madre, como los primeros días solo nos limitábamos a saludos simples y solo dos veces tuve la oportunidad de cenar con ellos, cenas muy incómodas debido a que ninguno de nosotros habló, solo se la pasaron mirando cada uno de mis movimientos. Casi no comí esa noche.

Al bajar las escaleras me sorprendí al encontrarlos a ambos sentados en la sala, pues acostumbraban a llegar a eso de las cinco y media cada día y apenas eran las tres de la tarde. Susurraban y parecían discutir más que nada.

—Buenas tardes —saludé al pasar por la sala, iba a seguir hasta la cocina, pero la voz de Cameron me detuvo.

—Necesito tu ayuda, Alisha —detuve mis pasos y me acerqué a ellos para sentarme en el sofá de en frente.

—¿Mande? —él sonrió levemente ante mis palabras.

—¿Qué más sabes hacer además de cantar y arreglar vestidos? —me quedé pensando unos segundos en las cosas que podía hacer, pero nada llegó a mi mente —necesito una secretaría y quiero saber si tienes alguna cualidad para ocupar el puesto.

—Se español y francés —comenté —soy muy organizada, trabajé en varias cafeterías así que se servir unos excelentes cafés, tengo excelente ortografía —admití.

—Nos vamos mañana a las siete y cuarenta, sé puntual —asentí una y otra vez.

—¿Cómo se supone que deba vestirme?—cuestioné.

—Como tú quieras —dicho esto miró de mala manera a Ashton y se levantó de su lugar para irse por uno de los tantos pasillos de la casa.

Me levanté de mi lugar y retomé mi camino hasta la cocina.

El ambiente estaba tenso entre ambos, nunca lo había sentido así, de hecho, siempre se sentía tranquilidad alrededor de ellos, o bueno, entre ellos.

La curiosidad afloró una vez más, pero como siempre me tragué mis preguntas y me enfoqué en el sándwich que había ido a buscar.

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El día de ayer había pasado muy rápido igual que los otros días, pero hoy estaba segura de que no sería así. Me encontraba ya duchada y peinada con un moño bajo mirando que era lo más adecuado para vestirme, yo no tenía ropa elegante, pues mi madre y yo no íbamos a sitios que lo ameritaban, ahora me arrepentía de no haber comprado alguna falda de tubo.

T H O R N SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora