Mis ojos se abrieron con algo de pesar cuando Pamela ingresó en la habitación azotando la puerta contra la pared. Sin detenerse a explicarme que sucedía metió una fresa en mi boca la cual mastiqué despacio, luego me levantó ambos brazos rociando desodorante en aerosol y un poco de perfume en mis orejas.
Por último, soltó mi cabello que estaba seco y lo acomodó un poco antes de correr fuera de la habitación cerrando detrás de ella. Yo fruncí el ceño algo confundida y cerré mis ojos para volver a dormir, pero ni bien los cerré cuando la puerta volvió a ser abierta.
— ¿Has dormido todo el día? —cuestionó uno de mis novios y yo le sonreí casi por inercia.
Algo en mi pecho se removió al verlos a ambos entrar luciendo relajados y con sus ojos brillando.
—Si —susurré incorporándome para besar a Cameron quien llegó a mi primero.
Él retiró las sábanas que me cubrían y me levantó en brazos para dejarme sobre Ashton que se había sentado en el sofá de mi habitación.
Mi espalda quedó contra su pecho y él abrió mis piernas dejándolas a ambos lados de las suyas. Cameron tomó mi ropa interior y la bajó lentamente y yo me removí nerviosa al quedar expuesta frente a sus ojos.
—Tranquila —susurró Ashton en mi oído antes de mover sus dedos en toda mi zona intimida esparciendo una crema algo fría.
—Mientras más rápido te recuperes más rápido lo repetimos —susurró el castaño sobre mis labios antes de besarme.
—Gracias —dijo Ashton separando su mano para que Cameron subiera la ropa interior nuevamente.
—Por permitirnos ser parte de tu vida —habló Cameron.
—Y por dejar que te demostráramos todo lo que significas para nosotros —finalizó Ashton.
—Gracias por dejarnos quererte, Alisha —dijeron al unísono logrando que mi corazón comenzara a latir con fuerza por la emoción.
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—Corre que se te hará tarde —me presionó Pamela y yo me bebí todo el jugo dejando escapar unas gotitas por la comisura de mi labio.
Ella las secó con una servilleta y mientras lo hacía yo tomé mi cartera para correr hacia la entrada en donde Ashton me esperaba para llevarme a mi taller con Donatella Versace.
El sábado había llegado rápido, ya que no había vuelto a la empresa después de aquella noche. Ambos estuvieron de acuerdo en dejarme en casa y lo agradecía, pues esos días no estuve en condiciones de engancharme a unos tacones.
Por suerte ya estaba mejor, ninguna parte de mi cuerpo dolía y aunque mi cuerpo seguía marcado no me importó en lo absoluto colocarme unos pantalones negros de cintura alta y un top rojo con escote redondo combinado con unas botas de tacón ancho.
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T H O R N S
RomanceMe resistí a enamorarme de ellos, pues estaba rota y aferrarme a alguien nuevamente no estaba dentro de mis planes. Pero fallé, fue imposible no hacerlo tras aparecer como raíces que me mantuvieron en pie cuando solo quería caer. Dos hombres dispue...