Capitulo 1

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Capitulo 1

Poco más de dos semanas habían transcurrido desde la boda de Maximiliano y María.

Victoria fue la más emocionada al recibirlos, ¿Y quién sino? La madre de los recién casados, compartiendo su felicidad con el hombre que amaba profundamente, que ahora formaba parte fundamental de la familia y que escasamente se separaban durante el día.

Por ello no resultaba ilógico que siempre el último en despedirse fuera Heriberto.

11pm Suite de Heriberto

Recamara *

V: No sabes la alegría que me dio ver a mis hijos realizados... (Sentada en la cama quitándose las joyas)

H: claro que lo sé, mi amor... (Deshaciéndose del saco y empezando a desabotonarse la camisa) Tú eres el ejemplo perfecto del amor que una madre puede sentir por sus hijos...

V: Las cosas que me dices...

H: lo que tú me haces sentir... (Quitándole los anillos, pendientes, collar y pulseras que acababa de quitarse para dejarlos sobre la mesita de noche junto a su reloj)

Victoria lo besó, permitiendo que la necesidad que sentía se convirtiera en pasión, la misma que sentía Heriberto. Él la besó más profundamente, poseyendo totalmente su boca.

Y al sentir que la camisa caía tras su espalda, Heriberto empezó la tarea de desvestir a su amada, agradeciendo en silencio el no tener que apagar todas las luces, gracias a que cualquier tipo de pudor entre ellos había desaparecido...

Seguramente porque Victoria lo amaba y lo deseaba tanto que lo mejor de todo era que él le pertenecía totalmente, en cuerpo, alma y espíritu...

Todo era perfecto, sus cuerpos se ajustaban perfectamente el uno al otro...

Tendidos sobre la cama completamente desnudos entre sabanas, Victoria atrajo el rostro de Heriberto, buscando su boca una vez más para besarlo y él le correspondió con la misma pasión, logrando que ambos se abandonaran al placer que iba creciendo en su interior... Dejando de lado la razón para así disfrutar de las sensaciones de sus cuerpos...

H: hmmm... (Estrechándola contra su pecho cuando empezaban a respirar con normalidad) Maravillosa...

V: Afortunada... Sigo creyendo que cualquier mujer estaría feliz con un hombre como tú a su lado... (Abrazándolo tanto como podía)

H: pero la mujer que quiero y me tiene a su lado eres tú, Victoria...

V: no me puedo creer que estemos viviendo esto...

H: pues créelo mi amor... (Manteniendo el contacto visual con ella que no era lo más intimo que ahora compartían)

V: ¿y tú me crees cuando te digo que soy feliz?? (Dándole un beso de esos que roban el aliento)

H: no me lo perdonaría si no lo fueras... Además yo también soy inmensamente feliz contigo... Tanto que no puedo separarme de ti ni para ir a trabajar...

V: Hablando de eso... (Acomodándose mejor en su brazo y pecho) Ya debe ser muy tarde y mañana tenemos que madrugar...

H: ¿Para qué??

V: ¿Cómo que para qué?? ¿Se le olvidan sus responsabilidades Doctor Ríos Bernal??

H: no se me olvidan... Pero si empecé a delegarlas... Así que mañana no iré ni al CRIT ni al hospital... Deberías hacer lo mismo...

V: ¿Me estas pidiendo que no trabaje más? (Muy sorprendida por esa actitud en lo que decía)

H: jamás lo haría... Soy yo el que está bajando el ritmo de trabajo...

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