Capitulo 3

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Capitulo 3


Victoria entreabrió los labios en una clara invitación que él aprovechó para besarla con más intensidad, emitiendo un sonido que causó escalofríos en su esposa... Dejando las copas a un lado, la agarró de cintura para atraerla más a él, acomodando la postura al lugar donde estaban...

Heriberto la envolvió en sus brazos mientras caían entre cojines, ella arriba y él abajo, sin despegar los labios uno del otro, dando un suave y lento giro para quedar sobre Victoria. Cada roce y caricia encendía más los sentidos, anticipando un camino a lo ya conocido pero especial y anhelado.

Trazó con besos la línea del cuello femenino que llevaba hasta el hombro cuando ya estaban sin ropa, en un gesto tan intimo que los hacía estremecerse. Como ella también necesitaba sentir su piel empezó a acariciarlo, tocando lo que estaba a su alcance, deslizando sus manos hacia la espalda de Heriberto.

Él era el hombre que amaba y que la estaba acariciando como siempre soñaba, ambos eran uno y ya nunca estarían solos...

El cuadro resultaba idílico y sensual, iluminados por el fuego de la chimenea, dos copas de vino a medio terminar y una pareja, más que marido y mujer, dos amantes enamorados en un acto sublime de entrega y común unión.


H: Victoria... (Abriendo los ojos con dificultad ya que el sol entraba en todo su esplendor a falta de cortinas en la recamara) ¿Victoria?? (Encontrándose solo en la cama) ¿Estas en el baño mi amor?? (Sin escuchar el mínimo ruido)

V: Buenos días... (Entrando aun en pijama con una bandeja de desayuno)

H: Buenos días... Hmm... Qué bien se ve eso... (Levantándose a ayudarla sin salir de la sorpresa)

V: espero que te guste... No se hace cuanto que no cocinaba... (Dándole el beso de buenos días cuando estuvieron sentados en la cama)

H: ¿Hablas en serio??

V: si, con todo el trabajo en la casa de modas... En fin, tú me entenderás... (Ofreciéndole un bocado)

H: exquisito... (Saboreando con un gran sonrisa en los labios)

V: Es idea mía o desde que viste la comida no dejas de sonreír...
H: (Riendo con fuerza y contagiándola)
V: eso significa que te gustó lo que te preparé...
H: esta delicioso, pero me agradó mucho mas tu detalle... Haciendo algo para mí que no hacías hace mucho... (Comiendo de manos de Victoria)
V: te confieso que contigo sí que estoy haciendo cosas que ni siquiera pensaba poder volver a hacer...
H: y eso me encanta... Que todo sea nuevo y refrescante en nuestro matrimonio... (Respondiendo al beso que ella iniciaba y también al abrazo que vino después)

V: ¿Vas al CRIT hoy? (Sintiendo tiernas caricias en su espalda, sin desprenderse del abrazo)
H: sí, mi amor... Tengo que supervisar las terapias de varios pacientes... ¿Y tú?
V: Iré a la casa de modas y luego de compras... Necesitamos tanto aquí...
H: tómalo con calma ¿sí? No hay prisa...
V: aah... No la hay, ¿Verdad doctor??
H: yo no la veo...


Si de por si el Doctor Ríos Bernal era muy amable y atento con los pacientes y familiares en el CRIT, ahora algo había cambiado según sus colaboradores, de que era un médico dedicado no había duda y que le causaba un placer indescriptible ayudar a los demás tampoco... Pero la diferencia se podía apreciar aquel día en especial.

Área de Terapias

Xx: Doctor Ríos Bernal...
H: (Volteándose al escuchar que lo llamaban) Maestro... (Contento al ver al hombre de quien tanto había aprendido) Que gusto verlo por aquí... Vamos a mi consultorio, por favor...
MA: me gustaría acompañarte mientras terminas la ronda...
H: claro que si... (Abriendo la carpeta con los informes otra vez)
MA: hace mucho que no te veo...
H: sabe perfectamente como es la vida de un médico...
MA: mas la tuya que solo vives para trabajar... Hablando de eso, ¿Sabes algo de la Sra. Sandoval? ¿Te acuerdas de ella? Tuvo cáncer de seno, hubo que operarla y tú hiciste el seguimiento del caso...
H: mas allá de recordarla... Me casé con ella...
MA: ¿Qué te qué??
H: nos casamos...
MA: entonces asumo que el seguimiento fue más allá de lo profesional...
H: cuando el corazón decide enamorarse, hay que hacerle caso... Y así lo hicimos Victoria y yo...
MA: ¡Pues muchas felicitaciones! (Permitiéndose darle un abrazo) Mira que te presenté tantas colegas... Y no tenías tiempo para ninguna... ¿Cómo le vas a hacer ahora??
H: ya lo estoy viendo... Unos arreglos por aquí y por allá... Lo importante es que ya estamos compartiendo nuestras vidas...
MA: y eso me da mucho gusto, ahora puedo decir que veo a mi mejor aprendiz enamorado y feliz... Mis mejores deseos, Heriberto...


CASA DE MODAS
Oficina de Victoria

Max: madre...
V: pasa Max... (Ojeando una revista de decoración desde su silla)
Max: ¿podemos hablar?
V: claro que si hijo... Siéntate... (Prestándole toda su atención)
Max: hablé con mi padre y le comenté los últimos acontecimientos... (Continuando debido al silencio de Victoria) La verdad no lo noté conforme con el asunto de la casa...
V: Maximiliano... (Juntando las manos sobre el escritorio) Cuando nos divorciamos, yo me quedé con la casa y la decisión fue mía, no de Heriberto si lo estás pensando...
Max: no soy yo. Nada más quería que lo supieras... Dijo que en cualquier momento te llama...
V: ¿Para qué? Se puede decir que quedamos como amigos, pero no voy a permitir que se inmiscuya en mis decisiones...
Max: ¿Qué tal tu nueva casa?? Nosotros seremos los primeros en conocerla, eh... Heriberto lo dijo anoche...
V: pero por supuesto mi amor... Siempre son bienvenidos... Y este fin de semana los esperamos sin falta...
Max: no faltaremos...
V: ¿Y ustedes qué tal? María no vino hoy porque sigue desempacando, ¿Verdad?
Max: y esta tarde saldrá con Fer de compras...
V: si, me invitaron y sabes que iré con ellas...
Max: no, eso no quiero verlo... ¿Heriberto ya lo sabe?? (Bromeando con ella) Espérate a que se entere...
V: estaría mejor que tu esposa te deje los 2 niños esta tarde...


CRIT
Consultorio de Heriberto

Ya casi era la hora de comer y antes de hablarle a Victoria, Heriberto estaba terminando de revisar unos expedientes para los candidatos a someterse a cirugías. Cuando sonó el teléfono.

H: ¿Si? (Sumergido entre un papel y otro)
Sec: Doctor, tiene una visita...
H: Creí que no tenía citas a esta hora... (Fijándose en el reloj)
Sec: es la señora Victoria... Sandoval...
H: Un segundo... (Ya en la puerta apenas escuchó ese nombre, colocándose los lentes en el bolsillo de la bata, alisándose el cuello y las mangas de la camisa, sin dejar de pasarse una mano por el cabello para así abrir la puerta) La Señora Ríos Bernal desde ayer en adelante... (Dedicándole a Victoria esa sonrisa seductora sin proponérselo)
Sec: Lo siento Doctor... Yo no sabía que ustedes... (Sintiendo que hablaba a la pared cuando su jefe besaba la mano de aquella mujer como hipnotizado)
V: gracias... (Entrando al consultorio tomada del brazo de su esposo)
H: ¿Por qué no me avisaste que vendrías?? (Manteniéndola abrazada con un beso tras otro)
V: Quería darte una sorpresa, ¿no te gustó?? (Con ambas manos sobre el pecho de él)
H: me fascinó... (Desviando su boca hacia el cuello sin soltarla del abrazo)
V: Vine a invitarte a comer... (Estirando sus brazos para rodearle el cuello) ¿Puedes??
H: ni se pregunta eso... (Apresurándose a quitarse la bata y reemplazándola con el saco) ¿Vamos?
V: si mi amor... (Al terminar de acomodarle las solapas del traje)
H: adelante... (Cediéndole el paso caballerosamente)

Sec: Doctor... Señora... Les ofrezco una disculpa, desconocía que ustedes...
H: no te preocupes, ya lo sabes...
Sec: reciban mis más sinceras felicitaciones...
V: gracias...
Sec: ahora entiendo porque lo noté más feliz que nunca... Y la alianza...
V: ¿Ah sí...? (Sin poder ocultar una sonrisa)

H: ¿A dónde quieres ir?
V: Pensé en el restaurant donde comimos la primera vez... ¿te acuerdas?
H: ¿Cómo olvidarlo?? Quedé impregnado de tu perfume... (Sintiendo el aroma en su mano para luego besársela) Vas a reírte, pero me costó tanto lavarme las manos después de comer juntos...

Que si colegas de Heriberto, conocidos de Victoria o su familia y hasta clientes, poco a poco el circulo social que rara vez frecuentaban, empezaban a conocer la noticia de que habían contraído matrimonio.

Más tarde...
MANSION RIOS BERNAL

Si de Heriberto hubiera dependido, la casa seguiría como en la mañana, pero como Victoria mas que buen gusto y la ilusión tenía la ayuda de sus 2 hijas, la casa estaba casi lista.

H: Buenas noches... (Con tono alto de voz para que Victoria lo escuchara donde estuviera, pero se sorprendió mucho al ver los muebles del salón principal) Pero si anoche estábamos...
V: Hola mi amor... (Apresurándose a saludarlo porque le daba mucho gusto verlo y porque Fer venía detrás de ella con la niña) ¿Te gusta?
H: si... Como me lo había imaginado...
Vicky: ¡Abuelito!! (Ya en brazos de Heriberto)
H: ¡cuánta energía!

Fer: Te he dicho que no corras, Victoria... Buenas noches, Heriberto... (Dándole un beso de Saludo)
H: ¿Qué tal Fer? 

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