Capitulo 23

2.4K 101 3
                                    


Capitulo 23


V: siéntate conmigo... (Jalando de la mano a Heriberto hasta que lo tuvo a su lado)
H: Me saca de casillas fácilmente... (Viendo al hombre en cuestión alejarse)
V: te entiendo... Ya sabes lo que tuve que hacer esta tarde en la casa de modas...
H: si, pero ahora eso no es importante... Tenemos que concentrarnos en la salud de nuestro nieto...
V: tengo tanto miedo... (Ya recostada en él)
H: ¿Por qué...?
V: Si Osvaldito necesitara algo, un trasplante, sangre... No tendría a sus padres biológicos para que lo hagan...
H: hoy en día no es necesario eso mi amor...
V: ¿Crees que la bronquitis se deba a los problemas cardiacos con los que nació el niño?
H: es lo más seguro... Pero la ciencia esta tan avanzada... ¿Por qué no vuelves a casa para que descanses? (Observando la hora)
V: ¿Y tú vienes con nosotras?
H: Confío plenamente en el equipo médico de este hospital... Pero prefiero estar lo que resta de la noche vigilando a Osvaldito...
V: yo estaría más tranquila... Y seguramente María y Max también...
H: Entonces te acompaño a la camioneta... O más bien te pido un taxi...

Por la mañana...

Xx: ¿Victoria?
V: Doctora... Buenos días...
Gi: me sorprende verte aquí a esta hora... ¿Sucede algo con Fer? ¿O es María?
V: no, ellas están bien... Anoche internaron a uno de mis nietos con bronquitis...
Gi: cuánto lo siento... ¿Heriberto lo está atendiendo?
V: si, fue a descansar un rato a la casa, estuvo toda la noche al pendiente...
Gi: entonces viene por la tarde...
V: es probable...
Gi: espero que tu nieto se recupere pronto, no es mi especialidad, pero si se les ofrece algo estaré por aquí...
V: gracias...

Ant: ¿Y si es la doctora que siguió el embarazo de Fer por qué se interesa tanto por tu marido?
V: ¿Tú crees?
Ant: estuvo cerca de disimularlo bien...

Leo: Victoria, Antonieta... Vine apenas me avisaron... ¿Qué saben de Osvaldito?
V: está respondiendo al tratamiento, los medicamentos están haciendo su trabajo, Leonela...
Leo: ¿Los muchachos están con él?
V: María sí, porque Max fue a ver al pequeño Juan Pablo...

Pip: ¡Vitoria! ¿Cómo está el bambino?? (Con el toque de tragedia común en él)
V: mucho mejor Pipino, gracias por venir...
Os: sabes cuánto te apreciamos a ti y tu familia...
V: el sentimiento es mutuo Oscar...
Pip: digo en serio que deberíamos mudarnos al hospital...

H: Serias la última persona que quisiera que se mudase a este lugar... (Pareciendo un galán de telenovelas a los ojos de Victoria y por qué no a los de las mujeres presentes)
V: Heriberto... (Porque lo conocía bien, sabía que había tomado una ducha rápida pero relajante, un cuidadoso afeitado, un café cargado y había vuelto a salir de casa)
Pip: ¿Está seguro dotore??
H: (Pensándolo mejor) Tiene razón, el penúltimo... (Tomando la mano que Victoria le extendió para ponerse en pie) Buenos días...
V: ¿No se suponía que dormirías un par de horas al menos?
H: en la noche, mi amor... Ahora mi paciente favorito me necesita más... Con el permiso de todos... (Alejándose con su esposa)

V: no vayas a negarme que estas cansado... No has dormido nada... (Contemplándolo desde la sonrisa hasta la mirada)
H: Preciso de tu ayuda para que María vaya a descansar un rato... Ella sí que lo necesita...
V: Eres tan atractivo... (Mirando más allá del amor que sentía por él)
H: tú no eres de halagos en lugares públicos, Victoria...
V: hoy quise hacerlo... Y no es un halago como tú dices, es la verdad... Todo tú me encantas, me enamoré tanto de tu interior como de tu físico...
H: señora Ríos Bernal, usted intenta conseguir algo conmigo, ¿Qué es?
V: claro que no doctor... ¿O a poco no lo tengo ya todo?
H: Exactamente eso... (Olvidando por completo que se encontraban en unos de los pasillos principales del hospital al besarla)


La jornada iba a resultar muy larga. El pequeño Osvaldo debía continuar internado aunque evolucionaba favorablemente, y como el grupo unido y cerrado que rodeaba a Victoria y sus hijos, las visitas fueron incrementándose a lo largo del día.

Consultorio de Heriberto

V: (Volteando a ver quien entraba sin esperar respuesta)
Gi: Victoria, perdón... No sabía que estabas aquí...
V: No es tan extraño, es el consultorio de mi marido...
Gi: si, tenía algo que hablar con él, ¿Sabes si tarda?
V: no lo sé... Por eso lo estoy esperando...
Gi: ah, vuelvo después...
V: yo le digo que viniste...
Gi: gracias... (Cerrando la puerta luego de salir)

V: También me está pareciendo exagerado el interés de esa doctora por Heriberto... (Clavando la mirada en un libro sobre el escritorio) "Vientre de Alquiler"... (Tomándolo en sus manos pero volviendo a dejarlo en su lugar cuando escuchó la puerta abrirse)
H: mi amor... (Ataviando con el mandil, los anteojos y varios informes en la mano) Que gran sorpresa, hmm...
V: te esperaba para despedirme, voy por la pequeña Victoria a casa de Fer...
H: Aah, bien... Llévate mi coche... (Buscando las llaves en uno de los cajones)

V: Deberías buscar a tu amiga, la doctora esa...
H: ¿Cuál...? (Ya sentado tras el escritorio)
V: sabes muy bien a quién me refiero...
H: ¿Y por qué debo buscarla?
V: porque necesita hablar contigo...
H: ¿Sobre qué?
V: ¿Y yo que voy a saberlo?? (Cogiendo su bolsa lista para irse)
H: Espera Victoria, espera... (Alcanzándola en la puerta) Durante la mañana y lo que va de la tarde, he tenido un tiempo muy agradable... Viéndote a cada instante aunque estoy trabajando... (Besándole las manos, sin dejar de mirarla a los ojos)


Auto de Heriberto

Ant: ¿Un libro de qué?? (Sin dar crédito a lo que creía oír)
V: "Vientre de alquiler"...
Ant: bueno Victoria, tu marido es médico y no se encasilla en una sola especialidad por lo que he visto... A lo mejor tiene un caso relacionado con eso y está informándose...
V: ¿Y si no??
Ant: ¿Crees que te proponga tener un hijo con una madre de alquiler??
V: no lo sé Antonieta...
Ant: suena a película americana, la verdad... ¿Pero por qué no se lo preguntaste??
V: no pude... Entró con esa gran sonrisa que deslumbra... Se quitó los lentes y me miró profundamente enamorado con esos ojos verdes... Y peor fue cuando me dijo "Mi amor.... Qué gran sorpresa, hmm..."
Ant: y con esa voz mucho peor...
V: ¿Lo ves? Me fue imposible...

Ant: esta noche tienes que hacerlo, pero por favor antes de que suban a la recamara, o te seduce y estas perdida...
V: te aseguro que nunca antes mencionó el tema de tener un hijo...
Ant: sabe perfectamente que no puedes...
V: pero como su esposa tengo el derecho de saber lo que quiere, desea, sueña...
Ant: no sé qué decirte... Pero si tengo una pregunta... ¿Estarías dispuesta a complacerlo? (Poniendo a trabajar la razón y el corazón de Victoria a la velocidad de la luz)

De vuelta a uno de los pasillos en el hospital...

H: ¿Qué querías decirme? (Topándose con la persona que lo buscaba)
Gi: ¿Leíste el libro?
H: ¿Qué libro?
Gi: el que te dejé hoy por la mañana...
H: no, la verdad es que ni lo he visto...
Gi: cuando lo leas, hablamos...
H: claro... (Sin imaginarse de que se trataba dicho libro)


¿Acaso Heriberto presentía que Victoria le tenía preparada una charla muy seria para aquella noche? Pues eso parecía porque casi daban las 10 y todavía no llegaba.

H: ¿Recuerdas cuando te dije que los problemas nunca faltan cuando se es médico? Pues hoy fue el ejemplo perfecto... (Encontrando a Victoria en el sillón)
V: ¿quieres cenar?
H: no mi amor... Gracias pero vengo agotado... (Tomándola de la mano y ayudándola a levantarse para saludarla con un beso) ¿Y Vicky?
V: se durmió ya...
H: espero poder acostarla mañana... Subamos ya...
V: necesito que platiquemos...
H: si, arriba... (Intentando guiarla hacia la escalera)
V: No. Aquí.
H: ¿Y por qué??
V: por favor...
H: Entonces permíteme sentarme... (Casi recostándose en el sofá) Te escucho...


V: quiero que seas sincero...
H: me sorprende que me pidas eso cuando siempre te he hablado con la verdad... (Sentándose mejor ya que al parecer la plática era en serio)
V: ¿Quieres tener un hijo?
H: ¿Qué? (Sin entender la pregunta y empezando a desabotonarse la camisa)
V: ¿Deseas volver a ser padre?
H: ¿Victoria, qué estás pensando? ¿Quieres volver a ser madre??
V: no estamos hablando de mí, se trata de ti.
H: No. Se trata de los 2. (Poniéndose en pie y despojándose de la chaqueta) Victoria, creo perfecto el tiempo en que nos encontramos... Aunque también me hubiera encantado conocerte antes... Pero la historia no nos hubiera resultado como ahora...
V: no me cambies de tema, Heriberto... Te hice una pregunta. Y quiero que me la contestes.
H: me parece absurda tu pregunta.
V: pero respóndeme.

H: No deseo tener hijos. Ya los tuve y si no puedo tenerlos contigo, no quiero.
V: ¿Entonces por qué estas interesado en los vientres de alquiler?
H: ¿Yo?? ¿Interesado en qué?? (Ahora entendiendo menos que antes)
V: no lo niegues. Porque vi un libro en tu consultorio.
H: ¿Y para ti eso significa que renté un vientre para tener un hijo?? Por Dios, Victoria... Si hubiera deseado tener hijos con todo mi corazón, hace años que los tendría ya... Y ya acaba de una buena vez con este tema. (Recogiendo la chaqueta)
V: no te vayas... No hemos terminado.
H: Si hemos terminado. Yo vivo feliz contigo. Y si a ti te falta algo, dímelo Victoria...
V: no... No me hace falta nada... (Fundiéndose con él en un abrazo reconfortante) Nada...


Dos días más tarde...
Afueras de la mansión Sandoval.

Victoria bajó del coche muy indecisa, sin saber si entrar o no...


>>>>>>>>>>>>>>>> FLASHBACK

El Triunfo SigueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora