El Triunfo Sigue

Capitulo 37

Capitulo 37


Mientras intentaba calentarle las manos entre las suyas, recordó que cuando regresaron del puerto, Heriberto subió para atender una llamada del Hospital, entonces no fue difícil concluir que se trataba de algún paciente.


>>>>>>>>>>>>>>>>> FLASHBACK

Hace unas semanas...

Victoria ya estaba en casa y Heriberto lo supo porque vio la camioneta aparcada afuera, excelente porque así podrían hablar antes de la cena.

Cuando entró efectivamente ella salió a recibirlo, pero con el pequeño Max en brazos y otros 3 niños detrás de ella que corrieron hacia él a verlo.

V: Max y María fueron a cenar con Fabián y Lucy que están de visita... (Al tener la oportunidad de saludarlo) Y nos dejaron a los niños...
H: ya sabes que me encanta tenerlos aquí... (Con Daniel en sus brazos, además de Osvaldito y Juan Pablo que se peleaban su atención) ¿Hicieron ya todas las tareas??
JP: dejamos 1 para hacerla contigo, abue...
Osv: dijo mi abuelita que la más difícil, porque tú sabes mucho...
H: ¿ah sí?? (Consultando el reloj) Creo que tenemos algo de tiempo antes de cenar...
V: ¿Por qué no subimos para que te cambies?
H: vamos... (Sintiendo los pasos de los pequeños al subir las escaleras)


Habitación Principal*
(Baño)

V: mi amor... ¿Estás bien? (Asustada cuando entró y lo vio cabizbajo frente al espejo del lavamanos)
H: si... (Sintiendo las manos de Victoria por su espalda y en uno de sus brazos) Necesitaba refrescarme un poco... (Salpicándose agua en la cara)
V: ¿Pero qué tienes?? (Realmente sorprendida porque nunca lo había visto así en los 6 años que llevaban juntos)
H: un día difícil en el trabajo... (Aceptando la toallita que ella le ofreció)
V: recuéstate un rato, mi vida... Yo bajo con los niños y les ayudo con la tarea... (Terminando de quitarle la corbata y desabotonándole más la camisa)
H: no Victoria... Ya sabes que tu y ellos son un bálsamo para mi alma... (Dejando la toalla cuando se hubo secado el rostro)
V: dime lo que sucedió, mi amor... Es la primera vez que te veo así... (Enmarcándole el rostro con sus manos)
H: ser médico tiene sus días malos... Y hoy es uno de ellos...
V: pero ven... Cuéntame... (Guiándolo hacia un taburete en el closet)

Si en varias ocasiones anteriores, él la había escuchado con toda la dedicación y el amor del mundo, esta era la oportunidad para ella de hacer lo mismo y demostrarle lo que ambos ya sabían.


>>>>>>>>>>>>>>>>>>> Fin FLASHBACK

H: Victoria... (Cuando pudo pronunciar palabra)
V: mi amor, si no quieres hablar está bien...
H: Me hace mucho bien cuando me escuchas...
V: ven aquí... (Apoyándose en la cabecera de la cama para que Heriberto se recostara en su regazo)
H: sabes cuánto amo mi profesión... Pero hay días en las que desearía no ser médico...
V: ¿Qué pasó...?
H: me acaban de llamar... Por la paciente que te conté... Se puso muy mal...

V: lo siento tanto, mi vida... Yo sé la atención especial que le has dado a esta chica en su tratamiento... Ahora en cada paciente veo a Fer, ¿sabes? Porque recuerdo todo lo que hiciste para que mi hija volviera a caminar... Por eso estoy segura que se pondrá bien, tú la estás atendiendo...
H: ¿Tanta fe tienes en mí?? (Observando pasión y convicción cuando la miró a los ojos)
V: Siempre ha sido así... ¿Por qué te cuesta creerlo? (Pasándole una mano por el cabello)
H: Marcela jamás la tuvo... Empezando porque no me contó que estaba enferma... Tampoco me miró como lo haces tú... (Viéndola con fascinación)
V: todos nos equivocamos, mi amor... (No queriendo más ahondar en el asunto) Podemos regresar mañana a primera hora para que veas a tu paciente lo más rápido posible...
H: no, me mantendrán informado y ya di instrucciones a los médicos de guardia...
V: ¿Seguro? ¿Vas a estar tranquilo??

H: ya te dije que siento una inmensa paz con tus palabras...
V: bueno, pero así fue que empezamos nuestra relación... ¿Te acuerdas? Me encantaba y me encanta platicar contigo, contarte mis cosas, desahogarme... ¿Resulta ahora que te pasa lo mismo conmigo?
H: Pues si...

En pocos segundos ya estaban abrazados y Heriberto la besó en la frente, en la nariz y, por fin, en la boca.

Pero no era sólo algo físico, sino emocional también.
Victoria se inclinó hacia él y Heriberto la abrazó, estrechándola contra su cuerpo.


Al rato en la cocina...

Max: ¿Madre? (Sorprendiendo a Victoria en el refrigerador cuando encendió la luz)
V: si mi vida... Me asustaste...
Max: lo siento... ¿También con hambre a esta hora?
V: una bebida para Heriberto... (Sirviendo en el vaso de cristal) ¿Y tú?
Max: a María se le antojó... No, mejor no te lo digo...
V: ¿Por qué no??
Max: es una mezcla muy extraña... Y luego... No, olvídalo...
V: parece que tú sí te olvidaste que también yo tuve 2 embarazos...
Max: eso pasa, yo con mis hijos me olvido que fui niño alguna vez, ¿Sabes?
V: me lo imagino... (Mirándolo sonriente)
Max: ¿Qué tal les fue? (Tomando asiento frente a un vaso de leche)
V: bien... (>>Mi niño grandote tomando leche...Max: Hace un rato pasé por tu habitación y te escuché platicando con Heriberto...
V: (Esperando a que continuara porque no entendía lo que quería decirle)
Max: y creí que ya dormían...
V: voy a contártelo, Max
Max: no mama, no es necesario...
V: ven y siéntate...