Capitulo 27

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Capitulo 27


MD: es como si la tierra se los hubiera tragado...
Max: o nuestro hijo...
MD: Maximiliano, por favor...
Max: pues desaparecieron...
MD: ¿Y si le hablamos a Fer para que vea si no se fueron entre los dibujos de la niña?
V: ya es algo tarde... Mejor mañana...

Max: ¿Y qué puede pasar si no los encuentras, Heriberto?
H: Nada grave... Puedo pedir nuevamente esa información...
Max: ¿y de qué se trataba?
H: Algo que me interesa...
Max: ¿Mucho?
H: mucho...
Max: qué misterioso, eh...
H: a su debido tiempo sabrán qué es...


Minutos más tarde...

Victoria y Heriberto salieron a despedir a Max, María y los pequeños. Quedándose a disfrutar un momento de la noche despejada.

H: cuando estás tanto tiempo en una cama, extrañas todo... (Con Victoria abrazada a él) Aún el sonido de esos insectos por la noche...
V: qué exagerado... (Riendo del comentario)
H: de verdad... (Manteniéndose callado a fin de oír los dichosos animalitos)
V: te quedaste muy pensativo... (Luego de unos segundos) Lo que me pidas por tus pensamientos...
H: ¿Si? ¿Lo que yo te pida? (Alzando una ceja)

V: Dime mejor, ¿Por qué son tan importantes esos papeles que perdiste?
H: Ya te lo dije... Es algo muy importante... Que desde siempre soñé... Y que estoy seguro te va a encantar...
V: ¿Algo así como un sueño tuyo?
H: no pasa nada si no lo obtengo, pero ya veremos...
V: me estás dejando muy intrigada...
H: sé paciente, mi amor...
V: ¿Y tú me lo pides???


Al siguiente día...

Cerca del mediodía, Victoria ultimaba los detalles de la comida, y fue ahí cuando Heriberto aprovechó para cambiarse de ropa, con claras intenciones de salir.

V: ¿A dónde vas? (Sorprendiéndolo cuando bajaba la escalera)
H: al hospital... (Jugando con las llaves del coche en sus manos)
V: ¿Te sientes mal?? (Ya frente a él)
H: no, no mi amor...
V: No me digas que estás pensando ir a trabajar...
H: Victoria...
V: hace 2 días que te dieron de alta, Heriberto...
H: voy un momento nada más...
V: yo te conozco...
H: mi vida...
V: me voy a enojar si sales por esa puerta...
H: vuelvo para la comida...
V: Fer me pidió que recojamos a la pequeña Victoria en la escuela... Es su primer día... Estoy segura que le encantará verte... ¿Vas a acompañarme?
H: sabes perfectamente que cuando se trata de la niña, tocas una fibra sensible de mi corazón...
V: ¿Vamos entonces? (Pidiéndole las llaves del coche con mano extendida)
H: (Con aquella expresión que le causaba gracia a Victoria)
V: mi amor, si apresuras las cosas, no te recuperaras como es debido... Tú lo sabes mejor que yo...


Unos minutos más tarde...

En el parking del Colegio de Vicky*

H: (Mirando su reloj de muñequera cuando aparcaban)
V: Si... Parece que llegamos temprano...
H: no hay problema... (Desabrochándose el cinturón de seguridad)
V: cuando Max y Fer empezaron el colegio, era yo quien los traía y los recogía, ¿Sabes?
H: Marcela también se encargaba de eso... (Pareciéndole lo más normal del mundo) Hasta que su enfermedad lo permitió...
V: En mi caso no duró mucho... Pues me dediqué a levantar mi imperio de la moda como muchos le dicen...
H: Victoria... (Tomándole una mano) Yo también lo hacía cuando el trabajo me lo permitía... Y podemos sentirnos culpables, Pero no resolveremos nada con eso... ¿No crees?
V: tienes razón...
H: Tus hijos ya son adultos... Y los míos físicamente no están... Pero tenemos nietos... Y hoy por ejemplo, míranos... Estamos haciendo lo que no hicimos hace años... Esas son las recompensas de la vida...
V: ¿Todo esto lo aprendiste con la algologia?
H: La algologia, el CRIT, mi experiencia de vida... Todo en realidad...

V: Mi amor, no me dijiste cuál fue el motivo de la pelea con Osvaldo aquella noche...
H: ¿No te imaginas...?
V: tú me habías prometido no volver a caer en sus provocaciones... (Ahora siendo ella la que le tomaba las manos)
H: me fue imposible... Victoria, yo entiendo que tengas recuerdos de tu vida pasada con Osvaldo, pero...
V: ¿Pero...? (Sabiendo que no se animaba a decirle algo) Dímelo... Por favor...

H: voy a decírtelo... Los recuerdos que yo tengo de mi primera esposa están guardados... En un lugar especial, no tengo por qué ocultártelo... Pero no hago comparaciones... De ningún tipo... En el presente tú eres mi mujer y únicamente pienso en ti... En tus besos, en tus caricias, en tus palabras...
V: y tú puedes estar seguro que yo también pienso solo en ti... En todo momento... Pero, ¿Qué tiene que ver esto con mi pregunta??
H: esta plática queda pendiente... (Al ver que los niños empezaban a salir por el portón) Vamos por la niña... (Bajando del coche)




Unos días después...

CASA DE MODAS
Uno de los talleres...

Ant: ¡Victoria! Es una sorpresa verte por aquí...
V: lo sé... He tenido que quedarme en casa para que Heriberto descanse...
Ant: ¿Y cómo está?
V: mucho mejor, pero loco por volver a trabajar...
Ant: hombres...
V: estos días se estuvo algo tranquilo porque estamos llevando y recogiendo a la pequeña Victoria del colegio...
Ant: Ay, qué bueno...
V: si... Fer y Cruz aun no se adaptan a los horarios de la bebé...
Ant: y para eso están los abuelos...
V: para todo estamos los abuelos...
Ant: Victoria, ¿Y si te llevas de vacaciones a Heriberto??
V: ¿Vacaciones??
Ant: si... ¿Hace cuánto que no se toman unas?
V: días libres si... Pero vacaciones oficiales nunca...
Ant: pues ya es hora... Se van a un lugar paradisiaco y Heriberto ni siquiera se acordará del trabajo...
V: fíjate que no es mala idea... (Pensando mejor las opciones a elegir)


Mientras que en la Oficina de Victoria...

H: pero qué grande está.... (Sentado con la recién nacida entre sus brazos)
Fer: ya hace un mes que nació... (Contemplándolos con una sonrisa al igual que María Desamparada)
H: Cómo pasa el tiempo, eh...
MD: si... Y pensar que tú la trajiste al mundo...
H: no exageres... Aquí quien hizo todo el trabajo fue Fer... Por cierto, ¿Ya decidieron cómo se va a llamar?
Fer: si...
H: ¿Y cuál es el nombre que eligieron para esta señorita? (Pareciéndole tan pequeñita en comparación a sus manos)

Fer: Heriberto... Es que no sé si te parezca bien...
H: ¿Qué...?
Fer: A Cruz y a mí nos gusta mucho el nombre "Marcela"... ¿Te importa que mi hija lleve el nombre de tu difunta esposa?
H: por supuesto que no, Fer... (Esbozando una leve sonrisa) Marcela... (Hablándole a la niña)

V: ¿"Marcela"?? (Atrayendo las miradas de todos cuando entró y sin comprender nada)

Fer: es el nombre de tu nueva nieta, mamá...
V: es un bonito nombre, hija... (Acercándose con una sonrisa hacia Heriberto y la bebé)
Ant: María, Fer... Las necesitamos pronto en el taller... (Desde la puerta)
MD: vamos...
Fer: yo no pienso probarme ningún vestido así como estoy...
MD: ándale Fer... Vamos a ver que quiere Pipino...
Fer: les encargo a Marcela... (Saliendo casi a rastras por su hermana)

H: ¿Qué piensas...? (Sintiendo el brazo de Victoria por sus hombros y girándose a mirarla)
V: es un precioso gesto...
H: ¿Te molesta...?
V: ¿Cómo crees que va a molestarme?? (Dándole un beso en la mejilla) Me da mucho gusto que Fer haya pensado en ti...
H: jamás lo imaginé...
V: pues ya ves... Te quieren como tú los quieres a ellos...
H: si...

V: Mi amor...
H: ¿Hmm...?
V: estuve pensando...
H: ¿En qué...?
V: necesitamos unas vacaciones, ¿No crees?
H: ¿Vacaciones?
V: Si, un viaje tú y yo solos...

H: ¿Y a dónde quieres ir?
V: no lo pensé todavía... Pero si aceptas, yo me encargo de organizarlo... ¿Qué me dices?
H: adelante... Únicamente tengo que informar en el hospital y en el CRIT que estaré fuera unos días... Bueno, mas de los que me está llevando esta recuperación...
V: ¿Unos días nada más??
H: bien sabes que no, mi vida... Todos los que tú quieras... ¿Cuánto tiempo piensas ausentarte de tu imperio de la moda?
V: déjamelo todo a mí... (Revelando una promesa no nada más en sus palabras, sino también en su sonrisa y en su mirada)


H: ¡El biberón! (Escuchando llorar a la niña) Tiene hambre... (Mostrándose algo nervioso)
V: Cálmate... Vamos a ver que tiene la pequeña Marcela... (Tomándola de sus brazos)
H: Ahora entiendo tanta insistencia de Marcela en que buscara una mujer cuando ella no estuviera... Me estaba perdiendo la maravillosa vida en familia... Con ratos buenos y otros no tanto, pero...
V: y yo me alegro que lo hicieras... Al tiempo perfecto...
H: (Alcanzándole el biberón)

V: mi amor... Necesito decirte algo... (Acomodando la niña para darle de comer)
H: ¿Qué...?
V: Antes de nuestras vacaciones tendré que salir de viaje... Con Antonieta... Para comprar unas telas... (Revelando mas información a medida que la mirada de Heriberto iba cambiando)
H: ¿A dónde?
V: Miami... Serán 2 días a lo mucho... Sé que no estás en estado para viajar...
H: (Pensando en la idea de quedarse solo)
V: y si es un viaje relámpago no tiene caso que te molestes acompañándome...
H: (Tomando asiento junto a ella)
V: pero si no quieres que te deje solo, le digo a Antonieta que no podré ir...
H: no... Si tienes que ir, hazlo... Dices que son únicamente 2 días, ¿No?
V: Si... Pero ten por seguro que los muchachos estarán pendientes de ti...
H: ¿Cuándo te vas?
V: La semana entrante...


Por la noche...

Luego de cenar, Victoria tomó un baño cuando hubo realizado varias llamadas telefónicas a sus hijos y empezar los detalles del viaje.

Cuando salió, se paró en seco al verlo dormido, el simple hecho del subir y bajar del pecho masculino, a un ritmo uniforme, le llenaba el corazón... Estaba respirando normalmente y de a poco empezaba a recuperarse.

Sigilosamente se acercó a la cama y se sentó en el borde... Limitándose a mirarlo unos segundos más hasta decidirse a retirarle el pelo que le caía en la frente.

H: Mmm... (Sonriendo cuando abrió los ojos)
V: no quise despertarte... Perdóname...
H: no tiene importancia... (Tomando la mano que hace un momento lo había despertado)
V: ¿Cómo te sientes mi amor...?
H: En perfecto estado... Ven... Tú y yo tenemos algo pendiente... (Haciendo que se recostara en la cama con él)
V: ¿Qué...?
H: Esto... (Desatándole la bata cuando la tuvo a su lado)

Antes de tenderla sobre su cuerpo, Heriberto se deleitó observándola...

V: por favor, sé cuidadoso...
H: estoy bien, mi amor... (Tranquilizándola con apenas una sonrisa) Hace días que no deseo otra cosa que estar contigo... Besarte durante horas...

Para Victoria no era únicamente el hombre que deseaba, era el hombre del que estaba enamorada. Así que llevó una mano a su camisa y empezó a desabotonarla. Quitándosela cuando hubo terminado.

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