Capitulo 14

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Capitulo 14


Xx: Doctor Ríos Bernal... (Poniéndose de pie al igual que la dama con quien platicaba) Entonces se llama Victoria... Y vienen juntos... (Entre pregunta y afirmación)
H: así es... ¿No se han presentado??
V: la verdad es que no... Intercambiábamos unas palabras en lo que llegabas...
H: Doctor, le presento a mi esposa...
Xx: mucho gusto señora... Y no sabía que se había casado con una mujer tan hermosa, colega... Mucho menos que se podía traer a las esposas al congreso... (Intentando sonar divertido)
H: (Cruzado de manos mientras sentía que Victoria lo tomaba del brazo)
V: (Sin prestar mucha atención al nombre de aquel doctor por estar pendiente de la actitud de su marido)

H: ¿A dónde quieres ir? (Cuando ya el colega había desaparecido)
V: no pienso ir a ningún lado sin antes hablar...
H: ¿De qué Victoria?
V: estas molesto... Toda la mañana sin vernos y ni siquiera me saludas...
H: (Acercándose a darle un rápido beso en la boca)
V: eso no me explica tu enojo...
H: ¿Sabes con quién estabas hablando??
V: un colega tuyo...
H: el mas mujeriego de todos... Puedes preguntar sobre su fama en el hospital o aquí mismo entre los pasillos...
V: ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
H: Absolutamente todo. ¿Qué crees que dirán ahora que lo vieron platicando con mi mujer, eh?? (Quitándose la corbata y guardándosela en un bolsillo de la chaqueta)
V: no lo sé... Dímelo tú...
H: chismes y habladurías desde luego...
V: entonces te molestó verme hablar con él...
H: Por supuesto.

V: ¿Y quedamos en vernos aquí para discutir o para qué?? Porque tus celos me resultan fuera de lugar...
H: Ah, ahora le das la vuelta a la situación...
V: la situación es la que es y llevamos 10 minutos aquí perdidos... ¿Tienes que volver a qué hora?
H: a las 3...
V: entonces vamos mi amor... (Tomándole una mano) Necesitas despejarte un rato...
H: ¿Y si mejor subimos? (Haciendo aquel gesto con la ceja en una evidente invitación, atrayéndola hacia él para tenerla lo más cerca posible)


MEXICO DF
Vecindad * (Casa de Cruz y Fer)

Osv: no le agradaron los regalos que le traje... (Saliendo con su hija del cuarto de la pequeña Victoria)
Fer: no es eso papa... Está en la edad de las muñecas... Cuando crezca más le encantarán los juegos que le trajiste... Estoy segura...
Osv: Fer, ¿Hablaste con tu madre?
Fer: esta mañana... ¿Pero puedes dejar de preguntar por ella? Se supone que viniste por nosotros...
Osv: vine por mi familia...
Fer: disculpa que te lo diga pero mi hermano, tus nietos y yo somos ahora tu familia...
Osv: y Victoria es la madre de mi hija...
Fer: y Leonela la de tu hijo...
Osv: son diferentes...
Fer: Los hechos dicen que ambas son tus ex esposas...
Osv: hija, ¿Tú no quieres que tu madre y yo volvamos??
Fer: hace un tiempo te hubiera dicho que si... Pero hoy sé que mi mama es feliz con Heriberto...


GUADALAJARA

Presidente InterContinental Hotel *****
En la suite...

La luz del sol se colaba por un pequeño espacio, ya que las cortinas habían sido cerradas.

Aferrada a él, con el cuerpo, el corazón y el alma, abrió su boca sobre la boca anhelante y buscadora de él... Mientras que el toque de sus dedos le estaba produciendo calor y escalofríos a la vez.

Los oídos de Victoria estaban ensordecidos por el estruendo de su propia sangre, incapaz de escuchar qué palabras le estaba susurrando, con esa voz sin igual, la más poética que había oído en su vida.

Aquellos susurros hicieron que su alma volara en picada, haciéndola sobrevolar una zona sobre la que había conocido con Heriberto.

Después del primer sacudón, ella comenzó a ser consciente de sí misma, del deseo de él, y luego también, la agitación de su propio deseo.

Heriberto aprovechaba que tenía a Victoria sobre él, besándolo con mucho deseo, correspondiéndole con otra descarga de pasión y recorriéndole la espalda con caricias ya que las sabanas los cubrían de cintura para abajo.


V: mi amor... Heriberto... Están tocando... (Alcanzando la bata que su marido le dejó en la cama)
H: debe ser la comida... (Acabadito de salir de la ducha)
V: ¿quieres que vaya yo?
H: déjame a mí... (Cambiando la toalla por una bata) No vaya a ser que se trate de un hombre...
V: ¿Y?
H: bajo esa bata no traes nada, mi amor...
V: tampoco tu... (Viéndolo salir hasta abrir la puerta)
H: esta todo servido, Victoria... Puedes venir a comer...


V: mi vida... (Casi cuando terminaban la comida)
H: ¿Hmmm...? (Dando un sorbo a su bebida)
V: quería decirte algo...
H: dime... (Limpiándose con la servilleta en un educado gesto)
V: es sobre... (Siendo Interrumpida por el teléfono)
H: atiende la llamada mientras me visto y me platicas lo que sucede, ¿Eh? (Besándole la mano cuando se levanto y entró a la recamara)

>>>>> En línea
V: bueno... (Frente al ventanal observando la ciudad)
Osv: Victoria... Desde anoche estoy intentando hablar contigo, ¿Tan ocupada te tiene Heriberto o te estás escondiendo de mi??
V: primeramente a mí no me hables así.
Osv: (Esbozando un suspiro) ¿No comprendes que estoy desesperado por verte?
V: Osvaldo, ¿Qué te pasa? Si estás aquí es por tus hijos y tus nietos... No por mí.
Osv: por nuestros hijos y nuestros nietos, Victoria... Aunque a Heriberto se le reviente el hígado...
V: no me parece justo que te expreses así de él, cuando mi marido solamente ha tenido halagos para ti...
Osv: tu marido... (Mofándose de aquella palabra)
V: Eso es lo que es. Y dime ya para que me hablas.
Osv: ¿Cuándo regresas a México?
V: ese no es tu problema...
Osv: pero de nuestros hijos si...
V: Ellos ya están grandes y cada quien con su propia vida hecha. Ahora tengo que colgar... (Escuchando que Heriberto la llamaba)
Osv: Espera Victoria... Cuando vuelvas necesito hablar contigo... A solas...
V: (Poniéndole más atención a lo que le preguntaba Heriberto)

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El Triunfo SigueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora