Capitulo 28

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Capitulo 28


La boca la acarició con urgencia. La besó debajo de la oreja y le provocó un leve jadeo, Prosiguió la sutil embestida por el cuello mientras ella se aferraba a él.

Luego sintió el cambio que se produjo cuando los labios de Heriberto encontraron su cuello y comenzó a llenarlo de besos suaves. Él suspiró con placer y comenzó a introducir los dedos en su pelo al tiempo que fue bajando por su cuello hasta llegar al camisón de escote bajo, más y más abajo...

Tanto Heriberto como Victoria se tomaron su tiempo... Los besos, las caricias, las palabras... Todo se convirtió en un delicioso festín...

Suspendidos en el tiempo, perdidos en el placer de su unión.
Unidos como sólo una mujer y un hombre podían estarlo...


Al día siguiente...
Por la noche.

V: mi vida... Los muchachos están aquí para invitarnos a cenar fuera...
H: (Haciendo a un lado los libros que leía) Que se adelanten mientras me cambio...
V: no, dicen que nos esperan... ¿De verdad te sientes bien para ir?
H: No es que me sienta bien. Estoy bien Victoria. (Dirigiéndose al vestidor que conectaba con el baño)

V: paciencia Victoria... (Ya frente al espejo retocándose el maquillaje cuando escuchó la puerta y fue a abrir)
Fer: mamá... ¿Puedo pasar?
V: si hija... Claro... (Muy sorprendida porque nunca había pisado esa recamara, a diferencia de sus otros hijos)
Fer: ¿Y Heriberto? ¿Viene con nosotros?
V: Se está cambiando de ropa... Ya sale...
Fer: perdón que venga a invadir tu intimidad...
V: de ninguna manera mi amor... Comprendo que para ti resulte extraño verme compartir mi vida con otro hombre...
Fer: no mamea... Es cierto que al principio fue difícil... Y tienes que saber que ya me acostumbré...

V: ¿Y ese cofre que traes ahí?? (Con una sonrisa dibujada en su rostro)
Fer: para ti... Pero quiero entregártelo en presencia de Heriberto... Así nos evitamos los malos entendidos...
V: Déjame hablarle...
Fer: aquí espero... (Llamándole la atención los dibujos que la pequeña Victoria había hecho, estaban en la mesita de noche que sin dudas era de Heriberto)


Baño*

V: Heriberto... Fer quiere que vengas porque me va a entregar algo...
H: ¿Eeh?? (Sin comprender nada)
V: eso me dijo...
H: ¿Qué quiere entregarte...? (Terminando de ponerse la loción)
V: no lo sé... (No conteniéndose de acercarse y abrazarlo, embriagándose más con su fragancia)
H: pues vamos... (Deteniéndose antes de salir y haciendo lo mismo con ella) Perdóname por la forma en que te hablé hace un momento...
V: yo te entiendo perfectamente... Despreocúpate... (Borrándole el rastro del carmín luego de besarlo)

De vuelta en la habitación, Victoria y Heriberto se sentaron en el borde de la cama, mientras Fer acercó un taburete para sentarse frente a ellos)

Fer: es esto lo que quería darte... (Dejando al descubierto el interior del cofre)
V: (Tan sorprendida como Heriberto)
Fer: mi papá va en serio con lo de empezar una nueva vida... Y antes quiso devolverte esto... Cartas que nunca envió... Fotografías que dejaste cuando te mudaste con Heriberto... Y el anillo de matrimonio que mi papá te dio... Y que tomó cuando tú te lo quitaste...
V: la verdad es que nunca volví a recordarlo... (Observándolo en manos de su hija pero sin deseos de tocarlo) No es necesario contarles todo lo que sucedió porque ya lo saben...
H: (Mostrándose sin expresión alguna, producto de su madurez)

Fer: Heriberto, no te pedí que estuvieras presente para incomodarte, todo lo contrario... Además de ser el esposo de mi mama, eres un hombre excepcional... Y no me gustaría que creas que estoy trayendo recuerdos del pasado...
H: lo sé Fer... No tienes ni que decírmelo... Y déjame decirte que también yo tengo recuerdos... Victoria y yo estamos de acuerdo con ese tema...
Fer: entonces ustedes tomen la decisión de qué hacer con esto... (Con intensiones de darles la caja)
H: No... La decisión es únicamente de tu mamá...

V: Fer... No lo tomes a mal... Pero yo no puedo quedármelo...
Fer: mama...
V: Escúchame hija, por favor... Todos estuvimos de acuerdo en que tus hermanos se quedaran con la casa que compartí con tu padre... Entonces lo más justo es que tú te quedes con este cofre... A lo mejor no tienen el mismo valor monetario, pero...
Fer: yo me los quedo... No pienso deshacerme de estos recuerdos...
H: Fer... Esa clase de memorias se llevan en el corazón... Y estoy seguro que los mejores recuerdos del pasado de tu mama, son ustedes... Sus hijos...
Fer: lo sé... Gracias por entender la situación...
H: no tienes nada que agradecer, por favor...

Fer: ¿Y tú qué recuerdos guardas de tu familia, Heriberto?
H: la fotografía que ustedes ya conocen y todo lo demás está aquí... (Con una mano sobre el corazón) Seguir adelante con mi vida y ser feliz es el mejor homenaje que puedo rendirles...
V: (Sonriendo y pasándole un brazo por la espalda)
Fer: los dejo solos... Abajo los esperamos... (Llevando con ella la caja)


Un par de minutos más tarde...

H: siempre creí que el anillo de matrimonio para una mujer era algo muy importante...
V: y lo es... Pero cuando se rompe algo dentro del matrimonio... Deja de serlo...
H: desde hace mucho que dejaste de amarlo... Mi corazón me lo decía... Por eso te cortejé... Quizás de una manera disimulada y silenciosa... Y para la mayoría fui el peor de los atrevidos...
V: mi amor...
H: Victoria... Ahora que lo hablamos, no sabes lo difícil que fue todo esto para mí...
V: no más que para mi... Tenlo por seguro....
H: sin lugar a dudas... Es por eso que muchas veces dudo si nuestra historia ya estaba escrita o la estamos escribiendo día a día...


CASA REAL

En una mesa dispuesta para 6 comensales...

V: María, aprovecho que Heriberto esta platicando con su maestro... (Llamando la atención de todos sin querer)
MD: ¿para qué, mamá?
V: para pedirte que estés pendiente de Heriberto, mientras yo estoy fuera...
MD: no era necesario que me lo dijeras, mami...
V: gracias mi amor...
Max: madre, ¿Y por qué se lo pides exclusivamente a María?
Fer: es cierto mama... Me está costando un poco acostumbrarme a ser madre de 2 niñas... Pero puedo sacar un tiempo para cuidar a Heriberto...
Cruz: y como todos tenemos ocupaciones, saldrá mejor turnarnos para visitar al doctor, ¿no creen?


En la entrada del restaurant...

H: gracias por preocuparte, Darío...
MA: estaba fuera del país, pero cuando volví me enteré de lo sucedido...
H: en ese hospital se sabe todo, eh... (Restándole importancia a lo que le pasó)
MA: aunque trates de hacer parecer insignificante tu accidente... Como médicos, ambos sabemos que fue muy grave, Heriberto... Estuviste muy cerca de la muerte...
H: efectivamente...
MA: nuestros colegas hicieron un gran trabajo salvándote la vida...
H: (Muy pensativo con aquellas palabras)
MA: pero bueno, ve a cenar con tu familia... No te quito más tiempo... Que disfruten de la noche...
H: muchas gracias...
MA: me saludas a tu esposa...
H: claro que sí, con mucho gusto...
MA: buenas noches... (Tomando su camino, igual que Heriberto)


H: perdón por la tardanza... (Tomando asiento en la cabecera de la mesa)
Max: no te preocupes, hombre...
H: ¿Ordenamos?
Fer: ya lo hicimos...
V: y yo pedí por ti...
H: ¿Ah sí? ¿Y qué pediste?
V: te va a gustar, mi amor... Ya lo verás...



Una semana después...

MANSION RIOS BERNAL
En el salón...

MD: Heriberto, es una excelente idea... (Rodeada de juguetes en la alfombra con sus hijos)
H: y necesito tu ayuda...
MD: pues son muchos detalles... Y me encantaría decirte que yo me hago cargo de todo, pero ya sabes... (Quitándole a los niños el juguete por el que se peleaban)
H: entiendo... Un marido y dos hijos pequeños...
MD: Pero estoy completamente segura que Fer me ayudará, igual que Max y Cruz... Aun mi papa...
H: si es así, háblales a todos para que vengan a cenar aquí... El viaje de tu mama durará un par de días y hay que actuar pronto...

MD: ¿Seguro quieres que vengan todos?
H: si, claro... ¿Por qué la pregunta?
MD: no se... Es algo extraño... A veces me da la impresión que invadimos mucho tu espacio y el de mi mama...
H: por favor, eso nunca. A ella le encanta tenerlos cerca, y el hecho que Victoria esté fuera no significa que yo no los quiera ver... Al contrario, ¿Sabes desde cuándo que no ceno solo??


En el avión de un vuelo interno...

V: Heriberto estaba muy terco, insistiendo que quería llevarme al aeropuerto... Pero a tiempo llegó Max y le pedi a él que me llevara...
Ant: ahora esperemos que no se le ocurra preguntar nada a Pipino...
V: se quedó tranquilo porque le dije que serán 2 días...
Ant: Victoria ¿Y tú crees que en un par de días alcanzaremos a hacer todo lo que tenemos pensado?
V: Espero que si... O tendré que inventarle algo a Heriberto... Gracias por acompañarme, Antonieta...
Ant: para eso están las amigas...


Horas más tarde...
Al teléfono.

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H: ¿Victoria?
V: si mi amor... ¿Cómo estás?
H: bien... Entrenaste a la perfección a los muchachos, eh... Porque Fer y Max no han dejado de llamar para saber cómo estoy en lo que va del día, y María está aquí desde temprano con los niños...
V: te equivocas, yo no los entrené... Únicamente les pedí que te hablaran 1 vez al día...
H: Si tu lo dices...
V: es la verdad...
H: ¿Cómo estuvo el vuelo?
V: Normal... Cansado, ya sabes... Por eso no te insistí que vinieras...
H: no hay problemas, mi amor.... ¿Y va todo bien por allá?
V: ese es otro de los motivos por el que te llamaba...

H: ¿Qué pasó?
V: hay un retraso con el pedido...
H: ¿Y eso qué quiere decir?
V: que puede retrasarse mi regreso...
H: ¿De cuántos días estamos hablando?
V: esperan que el pedido esté listo para dentro de 4 o 5 días... Y no tiene caso que regresemos a México, para luego tener que volver a Miami, ¿no crees?

H: suena razonable... ¿Te encargas tu siempre de estos asuntos, Victoria?
V: No... Quise hacerlo esta vez porque saldremos de vacaciones por algún tiempo... Pero te prometo que no volverá a suceder, mi vida... ¿De verdad estás bien, Heriberto?
H: te echo de menos, pero si... Te hablo luego mi amor... Me está entrando una llamada de Fer... (Escuchando más bien los coches que aparcaban fuera)
V: si... Te quiero...
H: un beso, mi vida... (Cerrando a tiempo la llamada)


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Pip: ¡Dotore!! ¡Ya me dijo Max lo que está planeando para Vitoria! (Abrazándolo con excesiva efusividad para el gusto de Heriberto) María, voy a mostrarte los diseños que tengo en mente para los trajes... (Casi corriendo donde María Desamparada que salía con un niño de cada mano)

H: (Interrogando a Maximiliano con una mirada)
Max: María me pidió que lo traiga... No me mires así, hombre...
H: ¿Y si se le escapa algo frente a Victoria?
Max: lo matamos...
H: Muy buena idea... (Riendo con el muchacho al ver la expresión de pánico de Pipino)

MD: ¡Papa! (Yendo a recibir a su progenitor)
Max: ¡Suegro! (Tras su esposa ayudándole con los niños)

Pip: ¿De verdad serian capaces de matarme, Dotore??
H: (Haciendo ese gesto de "¿Quién sabe?" para ir a saludar al sacerdote)

Cruz: ¡Buenas noches!! (Arribando con Fer y las niñas)
Vicky: ¡Abuelito!! (Corriendo hacia Heriberto)
Fer: ¡Vicky, con cuidado!
H: Tranquila... No va a lastimarme...
Vicky: Abue, ¿Ya no te duele la panza??


Saludos entre unos y otros, con la pequeña Victoria en brazos aunque no cargar peso era una de las recomendaciones médicas para Heriberto...

H: Antes que nada, debo decirles que acabo de hablar con Victoria... ¡Y tenemos 4 o 5 días más para nuestros planes!
Max: ¡Pues ya la hicimos! Porque 2 días era casi imposible organizar todo esto...
MD: muy bien. Entonces mi papa nos ayuda con los preparativos de la ceremonia. ¿Verdad?
JP: Cuenten con eso...
Fer: yo me encargo de los invitados...
H: Por favor, ten en cuenta que será algo muy intimo...
Fer: lo sé... La familia y los amigos más cercanos...
H: exacto...
Fer: también puedo ocuparme de las flores y la decoración...

Cruz: yo consigo los músicos...
Pip: ¿Y qué músicos piensas llevar, rural?
Cruz: a usted no le importa. La boda es de mis suegros, no suya, metiche.
Max: ya que nadie lo menciona, yo me ocuparé del buffet... Porque en una boda no puede faltar la comida...
H: ¿Qué falta entonces?
Fer: Las flores... El lugar... Los trajes...
MD: yo puedo con eso...
H: ¿Les parece si seguimos con los preparativos luego de cenar?


El salón principal de la Mansión Ríos Bernal se había convertido en la sala de operaciones, no por el médico que ahí vivía, más bien porque al terminar en el trabajo se dirigían allí para continuar con los preparativos.

Fer: (Siguiendo a Heriberto cuando lo vio alejarse con gesto raro en él) ¿Te sientes bien?
H: Me duele un poco la herida... (Sentándose con cuidado y aceptando la ayuda de Fer aunque no la necesitaba)
Fer: ¿Te tomaste las medicinas?
H: no... Estoy dejando los analgésicos a un lado...
Fer: Pero es mejor que te lo tomes hoy... ¿Dónde están para traértelos?
H: en mi recamara...
Fer: ya vuelvo...
H: gracias...

MD: ¿Qué pasó Heriberto??
H: no es nada... Un poco de dolor...
MD: no has descansado mucho que digamos en estos días que mi mama ha estado de viaje... (Tomando asiento a su lado)
H: en un par de días Victoria regresa y tiene que estar todo listo...
MD: pues ya casi lo está... No te preocupes... Va a salir todo bien... Ya se pasó la hora de tus medicinas, voy por ellas....
H: no te preocupes, Fer fue por ellas...


Mientras que en un lugar desconocido...

Ant: Victoria, este sitio es simplemente hermoso... Ahora entiendo el interés del doctor en esta propiedad...
V: hubieras visto la cara que puso cuando le dijeron que estaba vendida... Por poco le cuento toda la verdad...
Ant: qué bueno que no lo hiciste... Victoria, lo que me sorprende es que sin que tu se los pidieras, tus hijos visitan diariamente a Heriberto...
V: Eso quiere decir que ya no soy yo quien los une... Con la tragedia que sucedió cambiaron muchas cosas... Todos valoramos un poco más que antes la vida... Y bueno...

Victoria regresaría el domingo. Un día perfecto, teniendo en cuenta que la primera parte del fin de semana podrían ultimar detalles y tener todo preparado para su regreso.

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Una vez más, el sábado se reunieron en el jardín de la Mansión Ríos Bernal, era increíble ver el entrar y salir de personas, que si con sillas, mesas, carpas, flores y un sinfín de detalles que pasaban bajo la supervisión de María y Fer, que a su vez le informaban a Heriberto, situado con Max y Cruz en la terraza, jugando a las cartas, con los niños revoloteando por ahí.

Por supuesto que Pipino corría de un lado a otro, en ocasiones alterando los nervios de Heriberto, pero fue precisamente él quien anunció la llegada de quien menos esperaban.

Pip: ¡Vitoria!!! (Alertando a absolutamente todo el mundo en aquella casa)
V: ¿Qué pasa aquí???

El Triunfo SigueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora