Capítulo 32
Una vez en el Instituto lo primero que hacemos yo Adrián y Taimy es ir al comedor. Dávina al ver a Taimy se alegra muchísimo y con gran ánimo le prepara algo para comer. Miró a Taimy de reojo y a simple vista se nota lo cansada y débil que está, deseó quedarme para acompañarla, tengo unas malditas ganas de hacerlo, pero decido que lo mejor es irme. No puedo seguir estando cerca de ella por más que quiera no puedo. Le hice una promesa a Adrián y la voy a cumplir.
Mierda, jamás me imagine que esto me afectara tanto, al punto de deplorar el hecho de no contar más con su cercanía. Ella se ha vuelto mi costumbre, mi rutina diaria y saber que ya no va a ser así, realmente me conmociona.
Sin más, me marchó sin decir una sola palabra y emprendo mi rumbo otra vez a la Casa Presidencial para hablar con Lilith. No quiero seguir pensando porque eso me revienta la cabeza, así que lo ideal es terminar con esto de una vez por todas.
Cuando la presidenta me observa su rostro se contrae en extrañeza y se acerca a mí con rapidez preguntando que si algo ha pasado con Taimy, pero yo niego. Le comentó que el motivo de mi presencia es porque ocupó hablar con ella.
Lilith asiente y amablemente me señala con su mano el camino para que la siga y nos dirigimos al salón del Consejo.
No estoy muy seguro de lo que voy a hacer a continuación, pero creo que es lo mejor. Al menos es lo que trató de convencerme.
—¿Qué pasa Damián? —pregunta ella después de sentarse en su silla oficial en la mesa del Consejo.
Bajo mi vista al suelo y meto mis manos en los bolsillos. Yo me mantengo en pie a un lado de ella a una prudente distancia.
—Ya no puedo seguir siendo el guardián de Taimy.
—¿Qué estás diciendo?, ¿por qué? —ella se levanta de la silla y frunce el ceño.
—Tengo motivos muy personales.
—Amm... —su rostro se contrae en extrañeza negando con la cabeza mientras se coloca frente a mí—. Damián no comprendo tu decisión, has sido un excelente guardián para Taimy.
—Quiero concentrarme mejor en la guarida real, como el protector de los cuatro elementos, como solía hacerlo antes.
Ella me mira chocante y se cruza de brazos.
—Sinceramente Damián no entiendo tus motivos personales —se queda callada unos segundos—. Pero... si esa es tu decisión está bien la respetaré, aunque si te pido que estés al pendiente de ella.
—Eso ni lo dudes —afirmó.
—¿Taimy sabe sobre tu decisión?
—No, pero hablaré con ella —me despido de ella haciendo una pequeña reverencia, inclinando mi cabeza al frente y después avanzó hacia la puerta.
—¡Damián! —me llama Lilith, y yo me giró—. Aunque ya no sea tu deber, cuida de ella por favor —es lo último que me dice antes de salir de ahí.
No sé si tome la mejor decisión, sin embargo, era algo que tenía que hacer.
Me marchó de la Casa Presidencial y vuelvo al Instituto, una vez allí transitó por todos los pasillos como si nada me importara. Muchas personas que pasan por mi lado me saludan y yo ni siquiera les contestó, mi mente se encuentra perdida, hasta que mi abuela me sobresalta. Ella se coloca frente a mí y me ordena que la acompañe a su oficina, no me deja ni siquiera negarme.
—¿Qué mierda pasa? —preguntó con hastío una vez entramos a su oficina.
—¡A mí no me hables así! —establece molesta.
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Sangre Heredera [#1] ✔️
Fantasy¿Qué pasaría si un día te das cuenta que toda tu vida ha sido una mentira? Por ordenes del Gobierno Estudiantil del Estado me tuve que ir de mi pueblo, y me enviaron a un lugar llamado «Valle Luna» a estudiar al Instituto Internacional más importa...