12. Verdades que duelen

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Capítulo 12

~Damián Cowling~

Hoy es el día perfecto para visitar a mi nana Cándida, ya que hace mucho tiempo que no la veo. Ella cuando me ve llegar se sorprende bastante y pues claro, no esperaba verme.

—Mi príncipe hermoso, que linda sorpresa —su expresión es de pura felicidad y me enrolla en un rico abrazo apenas abre la puerta.

—Es lindo volver a verte nana, ya te extrañaba —le plantó un pequeño beso en la frente.

Su pelo platinado recogido en un moño es algo normal en ella y sus lindos ojos avellana hacen qué esta mujer luzca cada vez más hermosa.

Desde que Luna y yo nacimos, ella es la que siempre ha estado para nosotros, por eso la adoramos.

—¿Dónde está mi niña? —pregunta mirando detrás de mí.

—Ella está en el Instituto, tuvo unos problemas con la abuela y pues ya sabes, la castigó —notó cómo su rostro se transforma en tristeza, pero trata de disimularlo.

—Victoria se pasa con sus decisiones.

En eso concuerdo con ella. Mi abuela muchas ocaciones es un tanto «especial»

Mi nana me prepara un delicioso almuerzo y confieso que su comida es la mejor del mundo.

Platicó con ella durante un buen rato y después decido volver al Instituto. Me despido de ella y luego me subo a mi auto «Nissan Skyline blanco»

Las calles están súper iluminadas y eso causa que el centro de Valle Luna luzca muy agradable. Pongo un poco de música para relajarme y la primera canción que aparece es «Antidote de Travis Scott» voy manejando de lo más tranquilo hasta que en un instante que me distraigo, en un acto reflejo observó una bicicleta enfrente. De forma rápida frenó de golpe, pero de igual manera se estrella contra el auto.

—¡Maldición! —exclamó golpeando el volante y rápidamente salgo del auto para ayudar a la persona.

¿Quién carajos anda en bicicleta por aquí?

—Lo lamentó —extiendo mis brazos para socorrer a la chica en el suelo la cual agarra su cabeza muy fuerte, y al quitar sus manos detalló ese rostro tan conocido.

Lo que me faltaba.

—¿Me puedes explicar qué diablos estás haciendo aquí con una bicicleta? —mi voz suena un poco fuerte.

Ella entrecierra sus ojos y extiende la vista hacia arriba.

—Esto tiene que ser una broma, ¿Tú? —me mira con disgusto y gira sus ojos—. Para la próxima fíjate por donde manejas —se levanta del suelo y camina hasta la bici para marcharse, pero antes de que lo logre me apresuró y voy hacia ella.

—No me has contestado Taimy —agarró su brazo para detenerla.

—¡Eso a ti no te importa! —espeta molesta jalando bruscamente su brazo. Se da la vuelta y antes de que arranque el pedal me interpongo en su camino con mis brazos cruzados

—Esa bicicleta es la de mi hermana —afirmó una vez terminó de analizarla.

—¡Eres un maldito odioso! —expresa frustrada y después de varios segundos no le queda de otra que calmarse—. Okey, te lo voy a decir —da un fuerte resoplido de derrota.

Me contó todo lo que Luna y ella habían tramado y fue inevitable no molestarme un poco, ya que esa pequeña travesura podría traer problemas.

Mi hermana me va a escuchar.

Sangre Heredera [#1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora