29. Una hada

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Capítulo 29

Aceleró el paso, y una vez voy bastante adelantada corro rápido dirigiéndome por el camino por dónde aquellos hombres se han llevado a mis amigas y al fijarme en varias personas que caminan por allí, frenó una poco mi velocidad y disimulando agacho mi cabeza. Y sin detener mis pasos, echó un vistazo hacia todas las direcciones posibles para asegurarme de que nadie me siga.

Después de tanta corrida, llegó a unas escaleras de piedra las cuales bajo de prisa. Posterior a eso, entró a un sitio escondido algo parecido a una cueva y conforme me voy adentrando es inevitable no sentir escalofríos, y por ello me abrazo a mi misma. Todo el lugar es horrible, las paredes son rocosas, el piso de tierra, y no hay luz.

Una vez, llegó más al fondo, escuchó varios gritos ahogados en pena, y sin esperar mucho tiempo corro mientras arrastró mis manos por las paredes. Me detengo cuando visualizo un candelabro situado en una columna justo en una esquina y gracias a su luz percibo que este sitio se trata de un calabozo.

Llamó suavemente los nombres de mis amigas para verificar que se encuentren ahí y después de dar tantas vueltas buscando a las chicas, frenó mis pasos cuando las diviso de largo abrazando fuertemente las rejas de metal.

Un vacío se instala en mi estómago. Es horrible verlas ahí encerradas. Sus rostros reflejaban pánico y desesperación.

—¡Taimy! que bueno que estás bien —exclama Luna aliviada. Identificó una pequeña emoción en su rostro—.¿Qué haces aquí?

De inmediato, corro hacia ellas.

—Jordan me trajo a este lugar, y no tengo idea de cómo se llama.

Ella apreta con fuerza los barrotes.

—Estamos en el Valle Floral vinimos a buscarte, pero la bruja Ágata nos mandó aquí —habla Emily golpeando un poco la reja con la palma de su mano—. Y para lo peor, nuestros poderes no sirven aquí.

Tenía la intuición de que esa mujer era bruja y veo que no me equivoqué.

Llevó mi mirada al fondo del calabozo y me extraña ver a Sam tirada en el suelo con una expresión de dolor en su rostro.

—¿Qué le pasa a Sam? —preguntó preocupada señalándola.

—Está mal Taimy —dice Luna con tristeza—. Estás rejas están hechas de plata y a Sam le afectan muchísimo.

¡Diablos si!

Sam no es Sangre Heredera.

Se ve realmente mal, no puedo dejar que se quede aquí por mucho tiempo. Podría morir.

—Les prometo que las voy a sacar de aquí —aseguró tratando de buscar algo con que poder ayudarlas, y en un intento al inclinarme hacia atrás siento una presencia detrás de mí que me hace brincar del susto.

Miró por encima de mi hombro y ahí está Jordan observándome muy molesto.

¡Mierda!

—Me puedes explicar, ¿Qué diablos haces aquí? ¿Cómo saliste? —cuestiona enojado mientras me zarandea del brazo de manera brusca.

—Explícame tú —le clavo mi dedo índice en el pecho —. ¿por qué mis amigas siguen aquí?, se supone que tú y yo tenemos un acuerdo, así que te exijo que las liberes ¡AHORA! —enfatizó la última palabra provocando un fuerte eco por toda la cueva.

Él me apreta muy fuerte del brazo y con su mano libre se agarra el puente de la nariz.

—Okey, pero antes te voy a sacar de aquí —me conduce hacia la salida jaloneándome detrás de él y antes de desaparecer por el pasillo, giró mi cabeza hacia atrás para echarle un último vistazo a las chicas y les gritó: «pronto saldrán de aquí»

Sangre Heredera [#1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora