46. Escape

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Capítulo 46

Me dirijo al calabozo junto con mis amigos, esta vez con el propósito de sacarle al imbécil de Slander el paradero de Taimy. Juro que si no me da las respuesta que necesito lo voy a torturar sin piedad hasta que hable.

Antes de llegar a la zona donde se ubica el calabozo visualizó a un montón de guardias en la entrada y la mayoría de los miembros del Consejo se encuentran allí. De manera, que sospecho que algo ha ocurrido.

Al acercarme con los chicos mi querida abuela se atraviesa en mi camino, adoptando esa postura dominante —algo característico en esa mujer— detrás de ella se asoman las chicas.

—Llevan varios días sin asistir al Instituto, así que les exijo que vuelvan de inmediato o de lo contrario me veré obligada a tomar medidas extremas.

JO.DE.RR...

Lo que me faltaba, sus aires de superioridad.

—¿Qué bicho te pico abuela? —inquiere Luna con una ceja arqueada—. Sabes perfectamente todo lo que está pasando con Taimy y a ti lo único que te preocupa es que volvamos al Instituto como si nada estuviera pasando.

Ella rueda los ojos y resopla.

—Hay muchos guardias que se están ocupando de encontrarla así que ustedes no tienen la obligación de hacer nada por ella, dejen de comportarse como si ella fuera la gran cosa —sus palabras son como quemaduras en mi piel y Adrián al instante interviene en defensa de su hermana.

—Mucho cuidado cómo se expresa de mi hermana —Adrián la señaló con el dedo índice, arrugando su frente.

Victoria le dedica una mirada cargada de repulsión.

—¡Me vale una mierda el Instituto! —espetó con rabia—. Así que desde una vez te digo que yo voy a seguir buscando a Taimy cueste lo que me cueste.

—Tú ya no eres su guardián Damián, ¡no tienes ninguna obligación con esa chica! —vocifera ella.

—La voy a encontrar Victoria, así que no me importa tu maldita opinión —manifestó con un tono displicente y eso parece haberle dolido.

—Qué decepción me das abuela, nunca vas a cambiar —Luna se coloca frente a ella y después de decir eso le pasa por un lado y sigue caminando.

Yo hago lo mismo, avanzo hacia adelante dejando atrás a la detestable Señora Cowling.

Bajamos las escaleras de piedra que dan al calabozo y nos aproximamos para saber lo que ocurre porque todo parece un tremendo alboroto, se escuchan muchas voces a la vez y es incomprensible entender algo, hasta que...

Arthur grita:

—¡SILENCIO! —ordena enojado, realizando un ademán con sus dos manos—. ¡Slander está muerto!

Quedo totalmente sorprendido por unos segundos.

En otro momento la noticia me hubiera alegrado hasta el alma, pero ¡maldición! aún no tenía que morir el muy infeliz. Jamás esperé que sucediera tan pronto.

—¡Mierda! —maldice Adrián, seguido de darnos un vistazo a mí y a los chicos.

—¿Cómo que muerto? —preguntó desconcertado, en un tono exaltado.

—¿Qué fue lo qué pasó? —cuestiona Asier, mirando hacia dentro del calabozo como si quisiera indagar a profundidad.

—No lo sabemos, pero hace aproximadamente media hora un guardia fue a su celda y lo encontró con una estaca de acero que contenía plata pura, la cual estaba incrustada en su corazón —el semblante de Arthur es pálido, no parece estar asimilando la situación—. Todo indica que lo mataron porque antes de que él ingresara aquí lo revisamos muy bien y no tenía nada peligroso.

Sangre Heredera [#1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora