EXTRA II

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Narrando Grigory.

Estoy viendo en mi laptop sobre el viaje de luna de miel que le debo a Rebecca cuando la veo entrar por la puerta, así que cierro rápido la laptop antes de que vea algo de los planes que tengo.

—¿Qué haces?— pregunta sentándose en uno de los asientos que tengo delante de mí.

—Nada.

—¿Nada?

—Sí, nada.

Ella me mira con su ceja derecha enarcada. Es obvio que no me cree lo que le estoy diciendo. Se levanta de la silla y viene hacia mí hasta quedar a un lado mío.

Me da una mirada desconfiada para después acercar su mano a la laptop.

—No— pongo mi mano arriba de la suya—, que diga, ven aquí— tiro de ella hasta sentarla sobre mis piernas.

—Espera, yo quiero ver que estabas viendo— intenta girar pero la detengo colocando mis manos en su cintura.

—Te he extrañado— me acerco a su rostro con intención de besarla.

—¿Qué estás viendo?— presiona un dedo en los labios.

—Nada.

Su ceño se frunce otra vez.

¿Ahora qué haré para distraerla? No va a querer esquivar el tema tan fácil. Ella suelta un bufido y quita mis manos de su cintura para girar y abrir la laptop. Lo cual no tarda en aparecer páginas de hoteles, sitios para visitar una vez estemos allá, restaurantes, todo sobre el viaje básicamente.

Rebecca gira tirándose a mis brazos y chilla de la felicidad, o eso quiero creer. De hecho, casi nos caemos de la silla.

—¡Cancún! ¡¿En serio?! ¡Mi amor, es genial la idea!— me da un beso en los labios—. ¿Por qué no viajamos en un avión comercial? Sé que tienes el avión pero yo quiero que viajemos como toda familia lo hace...

—¿Quién dice que vas a ir tú?

—Grigory— bufa, empujando mis hombros. ¿Qué si me mueve? No mucho, sus manos son tan pequeñas que apenas me logran mover—. Todavía me debes mi luna de miel.

—Lo sé, pero este viaje es de negocios.

—¿Qué? ¿Vas a hacer negocios con mafiosos mexicanos?

—Ya hago negocios con algunos— aclaro.

—Ugh, me emocioné para nada.

En ese momento, entra Adrik hablando sobre el maldito viaje.

—Uh...— articula al ver a Rebecca sentada arriba de mí. Ella me mira con sus mejillas rojas de tan fuerte que sonríe.

—Adrik, la puerta se toca— gruño.

—Perdón mister.

—Iremos de viaje a México— chilla de nuevo levantándose de mis piernas—. ¿Cuándo nos vamos?

—Gracias Adrik por arruinar la sorpresa.

Él me observa avergonzado.

—Creo que vendré en otro momento.

—Sí, Adrik, me parece muy buena idea— digo y él sale dejándome a solas con Rebecca.

—¿Cuándo nos vamos?— repite.

—Todavía falta un mes.

—¡Tanto tiempo!

—Por eso no quería decirte nada pero tú andas de metiche en mis cosas.

Bajo Su Sombra (2º) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora