Heaven- Julia Michaels.
Remuevo mi cuerpo sin abrir los ojos. Duele abrirlos.
De un segundo a otro, caigo al suelo con las sábanas enredándose entre mis brazos y piernas. Ahora, eso sí que ha dolido.
Me quedo unos cuantos segundos tendida antes de levantarme y sentir mi cabeza estallar de dolor.
¿Acaso tomé ayer?
Giro mi rostro alrededor de la habitación y diviso una botella de Vodka y otra de Jack Daniels tiradas en el suelo.
Bueno, ahí está mi respuesta.
Los recuerdos de lo que vi ayer me empiezan a refrescar la memoria y como la típica patética Rebecca que no sabe controlar sus problemas como una persona decente, decidí ahogarme en una botella de alcohol.
Corrección, dos botellas, que una no me fue suficiente.
Adormilada, busco mi celular en la cama para revisar la hora, 6:49 a.m. marca el aparato. Es probable que haya dormido alrededor de tres horas o más. Eso espero, porque no quiero andar bostezando el resto del día.
—Buenos días.
Como puedo, me envuelvo con la sábana pareciendo un huevo, tras escuchar la voz de Grigory. Por supuesto que es él, es el único que no toca y entra como si le perteneciera la recámara. En parte, si es el dueño, aunque eso no le quita que tengo derecho a meterse como Juan por su casa, es más, puedo garantizar que si su madre se entera de su falta de modales, la mujer se avergüenza.
—¿Acaso no sabes tocar la puerta, Grigory? —gruño.
—No, y no tiene caso que te cubras, no es la primera vez que te veo así.
—Grigory, salte.
Esconde las manos en sus bolsillos y entrecierra los ojos.
—Te ves de la mierda.
—Gracias. Ahora vete.
Su vista pasa a fijarse en las botellas de licor.
—¿Estuviste tomando? —frunce su ceño.
—No. En realidad, no sé cómo llegaron a mi habitación.
—¿Cuántas veces te tengo que decir que no debes tomar de esa manera? —refunfuña.
—Vete con tu novia y déjame en paz.
—Te he dicho que ella solo es mi amiga.
—Ajá, seguramente.
—¿De qué hablas? —enarca una ceja, confundido.
—No sé, dímelo tú a mí.
—Si supiera, te diría, así que comienza a hablar.
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Bajo Su Sombra (2º) ©
RomanceEl Rey de las Tinieblas tiene un lema inquebrantable: en su mundo no existe el amor, solo el peligro. Al menos eso creía hasta que conoció a Rebecca Jones. •~•~•~•~•~•~•~• Grigory Dobrovolski, un hombre que las demás personas lo ven como un empresar...