You found me - The Fray
—¿Y tus gorilas? —digo con los pelos de punta.
—¿Gorilas?
—O sea tus hombres.
—Eres buenísima para poner apodos, ¿no es así?
—Algo.
Grigory saca su móvil y lo lleva a su oreja después de haber buscado un contacto.
—Oni sleduyut za nami (Nos vienen siguiendo) —observa por el retrovisor.— Dva bronirovannykh furgona (Dos camionetas blindadas).— cuelga la llamada e incrementa más la velocidad.
—Tu abuela por si acaso.
Tiendo a decir cosas incoherentes cuando me encuentro muy nerviosa o asustada. Lo siento, viene en mi sangre.
Aunque, apenas caigo en cuenta que, después de meses, al fin ha vuelto a flotar la verdadera Rebecca Jones que soy. Raro siendo que estoy en un país desconocido, viviendo con un extraño y estando deprimida el noventa por ciento del día.
—¿Qué carajos estás diciendo?
—Es una expresión —ruedo mis ojos.
—Se supone que deberías de tener miedo, no andar bromeando.
—Ah sí, perdón —digo para después comenzar a gritar como histérica—. ¡Nos vamos a morir Grigory!
—Infantil.
Repentinamente, una camioneta que viene manejando en el sentido contrario —y se pudiera interpretar como un civil— nos viene encima, obligando a Grigory perder el control y sacarnos de la carretera hacia el fondo.
—¡Cúbrete! —grita antes de estamparnos contra un árbol.
Siento como el cinturón de seguridad aprieta mi cuerpo contra el asiento tras el impacto, produciendo que me golpee la cabeza y el pecho me duela al ser estrujado.
—¡Auch!
Mis ojos no se pueden enfocar, aun así me esfuerzo por recuperar la estabilidad. Vaya pánico que me entra al voltear hacia Grigory y encontrarlo inconsciente.
Me quito el cinto para acercarme a Grigory e intentar hacerlo reaccionar. No tardan en bajar los asesinos a hacernos todo lo que pueda pasar por sus mentes retorcidas, menos ofrecernos una tacita de café y una mantita.
—Grigory —palmeo su mejilla seguidas veces—. Despierta, carajo.
Giro mi rostro en búsqueda de los asesinos. No se ven aún, lo que me da la oportunidad de cargar a Grigory fuera del auto para buscar un lugar donde ocultarnos. Tanque de guerra que es el hombre, por cierto.
—Oni tam vnizu (Están allí abajo) —escucho decir a uno de ellos.
Dios, como desearía entender lo que acaba de decir.
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Bajo Su Sombra (2º) ©
RomanceEl Rey de las Tinieblas tiene un lema inquebrantable: en su mundo no existe el amor, solo el peligro. Al menos eso creía hasta que conoció a Rebecca Jones. •~•~•~•~•~•~•~• Grigory Dobrovolski, un hombre que las demás personas lo ven como un empresar...