Audrey no es muy bonita, interesante o inteligente. En realidad podría decirse que es una joven bastante común y aburrida lo cual nunca le causó ningún tipo de problema.
Pero detrás de toda esa fachada de tranquilad hay una maraña de problemas que...
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NO PODÍA SER cierto lo que mis ojos veían, era como si me hubiesen aventado un balde de agua fría, justo había llegado de nuevo a mi vida pero el cálido sentimiento de nostalgia y seguridad habían durado poco tiempo, mucho menos de lo que había pensado que duraría.
—No creo que sea ella—hablé sin pensar, solté solamente lo primero que había sentido, mi corazonada.
Conocía a Bambi, sabía la clase de persona que era.
Ella, la que le hablaba a los demás sin prejuicios, a quien no le importaba lo que los demás pensaran de alguien, era una buena chica dispuesta a ayudar a los demás. Tenía una buena relación con todos, era amable y bondadosa, inteligente y valiente.
No era una traidora, no a mis ojos al menos.
Pero no podía negar que las pruebas que tenía enfrente de mi eran tan claras como el agua.
—Ambos vimos lo mismo—replicó Damián.
Cerré los ojos por unos segundos y asentí, no podía negar que el balde de sangre derramada apuntaba directamente hacia ella.
—Debe haber algo más, puede ser que alguien la quiera inculpar, quizá haya alguien más con su misma cualidad. Pueden ser demasiadas cosas—traté de sonar lo más convincente posible.
—Se que es tu amiga pero tienes que actuar de manera inteligente en situaciones como estas , entiendo si quieres investigar más a fondo pero ahora tenemos a Bambi en la mira y no puedes fiarte de ella por más que quieras hacerlo—replicó.
¿No había hecho el algo similar conmigo en el pasado?
Debía admitir que había sido una jugada riesgosa y sin garantías de ningún tipo. Ahora que lo pienso, Damián había tenido mucha suerte en estar de mi lado sin haber tenido mucho apoyo.
Pero porque hubiese funcionado una vez no significaba que lo volvería a hacer. Estaba consciente de que por más que mi instinto me dijera que Bambi no era, no podía fiarme. Podía estar equivocada.
—Alguien pudo haber estado cortando los videos, pero por alguna razón justamente se ve ese pequeño pedazo, justo como si quisieran que lo viéramos—solté un bufido— Lo que quiero decir es que la persona que nos ha engañado es inteligente, demasiado y no es posible que hubiera fallado en algo tan sencillo.
—Y si no ha fallado, si hemos visto lo que esa persona quería que viéramos, probablemente ha supuesto que esta sería tu reacción, que te centrarías más en probar una dudosa inocencia en vez de advertir el siguiente paso—replicó.
Postre mis manos sobre mi rostro, estaba demasiado frustrada.
—¿Y cual crees que sea?—pregunte—¿O que sugieres que hagamos?
