Capítulo Cuarenta y siete

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CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE| NO GUARANTEES

A VECES TENEMOS QUE estar dispuestos a sacrificar algo para poder ganar

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A VECES TENEMOS QUE estar dispuestos a sacrificar algo para poder ganar.

Yo estaba dispuesta a sacrificarme por el bien de Bambi y sabía que si las cosas estuviesen al revés ella haría lo mismo por mi. Porque a pesar de todo seguíamos siendo amigas, pertenecíamos al mismo equipo y nos apoyábamos mutuamente para mantenernos de pie ante las adversidades que la vida nos ponía enfrente.

—Tenemos que hacerlo—Hablo Kina.

—Esto va más allá de los resentimientos infantiles del pasado, es mucho más que eso—comenzó a explicar Ethan— Audrey tiene razón, la vida de Bambi ahora es la prioridad.

Todos parecíamos estar de acuerdo.

Todos menos Damián quien parecía querer aferrarse a encontrar otra solución que evidentemente ahora no podía hallar, perder a su compañero lo había perturbado y su chispa de ingenio había perdido furor.

—Eres la persona en la que más confió, si te soy honesta no estoy muy segura de porque exactamente pero lo hago y probablemente lo haré siempre—hablé para el chico quien me miraba con sus intensos ojos verdes— Y ahora necesito que tú confíes en mi.

Parecía querer decir algo más, una contradicción para que le diéramos más tiempo para pensar pero justo era el tiempo lo que menos teníamos.

—Por favor—volví a hablar.

Aunque parecía estar reprimiendo toda su ira, asintió dándome la razón y en cambio le correspondí con una pequeña y melancólica sonrisa de labios cerrados.

Si me iba ahora no esta muy segura de si podría regresar, pero esperaba poder volverlo a ver una vez más para agradecerle todo lo que había hecho por mi. A el y a todos los demás.

Giré mi mirada hacia Eloise quien seguía estática justo afuera de la entrada de la casa, tenía una pequeña sonrisa de satisfacción en su rostro salpicado de la sangre de Sagun. Me pregunte si nunca la había conocido en realidad o si había cambiado cuando me fui.

Camine hacia ella y cuando estaba a tan sólo unos cuantos pasos me pidió que me pusiera de espaldas y de rodillas, acate sus órdenes mientras mordía mi cachete por dentro tratando de contener la frustración, al poco tiempo me pateo para que cayera de estómago sobre la gélida nieve.

—¡¿Que haces?!—Grito Jason enojado pero los chicos lo jalaron para que no cometiera alguna tontería que nos pudiera causar más problemas de los que ya cargábamos sobre nuestra espalda.

𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓,     damian wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora