Audrey no es muy bonita, interesante o inteligente. En realidad podría decirse que es una joven bastante común y aburrida lo cual nunca le causó ningún tipo de problema.
Pero detrás de toda esa fachada de tranquilad hay una maraña de problemas que...
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DEMASIADAS VECES HABÍA CREÍDO haber tocado fondo pero siempre me superaba a mi misma y caía un poco más, tanto que se me hacía imposible poder levantarme y escalar hacia la cima de nuevo.
Las fases fueron lentas y paulatinas, un día me levante para darme una ducha, otro día decidí tender mi cama, después comí toda una merienda, luego cruce palabras con Alfred y así poco a poco, iba levantándome, totalmente sola lo cual me hacía sentirme un poco orgullosa de mi misma.
Pero no era auto compasión o motivación, era algo parecido a la ira o a la rabia, quería justicia, ella no le había hecho nada a nadie, ¿entonces por qué esto le pasaba? No era justo, ni para ella o los que la rodeaban. Yo se que en veces pasan cosas malas pero esto era toda una exageración, toda mi vida se iba por la borda y sin querer arrastraba a gente inocente conmigo.
Me preguntaba de donde venían todos esos cambios de emociones tan repentinos, hace una semana me hundía en lágrimas y auto desprecio, y ahora me levantaba llena de rabia e impotencia.
¿Acaso era yo?
No me importaba mucho, prefería sentirme enojada a estar triste y cansada, mis ideas eran tantas que no sabía cual tomar, habían planes fugaces que pasaban por mi cabeza pero las olvidaba con facilidad, pensé en anotarlas pero eso sería dejar evidencia y no podía hacer eso. Aunque podía simplemente deshacerme de los rastros.
Salí de mi habitación con una libreta en mi mano y una pluma en la otra, también tenía puesto una sudadera holgada, una pantalonera y había optado por solo ponerme unos calcetines, mi cabello estaba húmedo y mi cuerpo de sentía fresco.
Era temprano en la mañana, los chicos aún estaban entrenando, Jason no estaba en la casa y Alfred había salido por las compras así que solo quedaba yo.
Una vez en la cocina me prepare unos huevos y me serví un jugo de naranja. Mire por la ventana y observé el patio, Titus estaba recostado de lado profundamente dormido y de no ser por el todo el patio estaría desértico.
Abrí la libreta en un espacio en blanco y con mi mano derecha sostuve la pluma.
Vamos Audrey, piensa piensa piensa. ¿Que puedes hacer para dar con Mamá Meave?
Mi primera opción fue ir directamente a Suecia, ir a mi casa, hablar con testigos, hablar con Ellen pero no era algo muy factible tomando en cuenta que a pesar de todo seguía siendo una niña, no podía irme del país así nomás. No tenía la edad, ni el dinero, ni la independencia para valerme por mi cuenta para hacer un plan así. Quizá si tuviera la ayuda de Jason o Damián, pero no quería relacionarme con ellos por el momento.
