Capítulo Veintiséis

1.1K 187 131
                                    


CAPÍTULO VEINTISÉIS| ESCAPE

ME LEVANTE DE MI CAMA quitando las cobijas que abrigaban mi cuerpo, había estado durmiendo bastante y eso me ayudaba a mantenerme mas activa de lo normal en el día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



ME LEVANTE DE MI CAMA quitando las cobijas que abrigaban mi cuerpo, había estado durmiendo bastante y eso me ayudaba a mantenerme mas activa de lo normal en el día.

El hecho de que hubieran horarios fijos y estrictos me hacían mantenerme ocupada, dejándome sin tiempo para pensar en otras cosas más que cumplir y mantenerme al margen.

Tome una ducha corta de quince minutos, me puse uno de los atuendos simples y anticuados, quizá podía acostumbrarme a ellos pues eran bastante cómodos a pesar de no ser visualmente atractivos.

Después de abrochar mis zapatos y cepillarme cabello salí de la cabaña, el reloj marcaba exactamente las siete en punto de la mañana, cuando estaba enfrente de la puerta oí como Eliena tocaba la puerta, ella era mi encargada y según me habían comentado estaría a la par de mi el primer mes.

—Buenos días, Audrey.

La chica se había portado amable conmigo en todo momento, nuestras conversaciones eran superficiales y carentes de importancia pero aún así me agradaba su compañía, aunque después de todo seguía sin confiar en ella, después de Ava todos se veían sospechosos a mis ojos sin embargo poco a poco aquella barrera de hostilidad se iba derrumbando.

De cierta manera estaba agradecida por haberme topado a una persona como Ava, un lobo disfrazado de borrego, de esa manera al menos me había vuelto una persona un poco más hostil y precavida. Después de todo lo ocurrido por fin comenzaba a cambiar.

Me preguntaba si sería para bien.

—Buenos días, Eliena.

Ambas caminamos por el lugar el cual aún seguía cubierto de nieve pero no tanto como antes, esta vez podía caminar con un poco más de facilidad lo cual nos ayudaba en el camino.

Algo que me gustaba del lugar era el hecho de que las comidas eran servidas en ciertos horarios y todos se reunían, emanaba un aire de comunidad unida, conforme pasaba el tiempo iba acostumbrándome cada vez más pero no por completo.

Aún quedaba una pequeña chispa de duda e incertidumbre que se negaba a morir, lista para atacar y correr pero por ahora estaba en pausa, estaba demasiado cansada de sospechar. Ahora sólo quería mantenerme en paz, ademas el hecho de tener a mi madre Ellen me ayudaba a sentirme segura.

Después de pasar meses en una casa que me hacía sentir fuera de lugar y sola, por fin volvía a sentir una clase de afecto y pertenencia, todos aquí me trababan como una hermana más y eso era algo reconfortante para mi.

𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓,     damian wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora