Capítulo Veintiocho

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CAPÍTULO VEINTIOCHO| NIGHTMARE

NO QUERÍA MENOSPRECIAR la ayuda de Bruce claro que no, pero tampoco quería hacerme demasiadas ilusiones

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NO QUERÍA MENOSPRECIAR la ayuda de Bruce claro que no, pero tampoco quería hacerme demasiadas ilusiones.

Mamá Ellen me lo había dicho muchas veces, hacerse ilusiones casi siempre guiaban a decepciones.

Así que no hice ningún gesto más que levantar una ceja levemente.

—Hola, soy Audrey—Hable con una pequeña sonrisa en mi rostro, di unos pasos hasta poderme sentar en uno de los sillones justo enfrente de ella, lo único que nos separaba era una mesita de cristal.

—Raven—replicó la chica, su tono de voz era serio pero no grosero.

Trate de recordar de donde la conocía por que tenía un aire familiar, solo que no podía recordar.

—¿Así que vas a ayudarme?—Pregunté mientras jugaba con mis manos.

La chica me examinó con su mirada poniéndome un poco nerviosa, se veía como una persona bastante fuerte, poderosa, inteligente pero reservada. Emanaba un aura oscura y misteriosa, quizá algunos les daría un poco de miedo pero a mi solo me hacía querer conocerla más, lo cual me sorprendió de mi misma pues no solía ser una persona muy curiosa.

—Trataré de ayudarte.

—Gracias, supongo.

Bruce comenzó a explicar un poco sobre Raven, solo explicó que poseía habilidades especiales y que gracias a estas iba a poder ayudarme a saber cual era la raíz de mi problema. Me asustaba que algo saliera mal pero no estaba en posición de negar ayuda.

Raven se inclino un poco hacia enfrente, sentía como si su mirada pudiera atravesar mi piel y ver todo mi ser, me incomodaba un poco para ser honesta pero no tenía las agallas para decírselo. Luego, en un acto totalmente imprevisto levantó su brazo indicándome que le tendiera mi mano.

Dude un poco en hacerlo.

Pero aún así lo hice.

Con mi espalda recta me acerqué un poco a la mesita de cristal, después con desconfianza le tendí mi mano a la chica.

Nuestras manos estaban a milímetros de encontrarse cuando todo se desvaneció, no fue una sensación desconocida y supe que no había sido ella, lo que sea que estaba en mi cabeza sabía que ella era una amenaza y no quería que me ayudara.

Cuando abrí mis ojos me di cuenta que estaba en la mansión pero no estaba como la recordaba, la luz era tenue, habían varios centímetros de agua cubriendo todo el suelo, algunas ventanas estaban rotas, las paredes y puertas se veían desgastadas, había moho por todos lados además de un tremendo olor a podrido.

Camine por el lugar, en una de las paredes había un espejo roto algunos pedazos de este flotaban en el agua, me acerqué un poco y pude ver mi reflejo, era yo estaba más que claro solo que hace varios meses, aún tenía mi cabello castaño y tenía puesto el uniforme escolar, a pesar de que todo el lugar estaba en ruinas yo me encontraba en perfectas condiciones.

𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓,     damian wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora