CAPÍTULO TREINTA Y SIETE| BLACK HAIR
NO SE PORQUE A VECES CUANDO la gente se pone ebria parece que sufren de amnesia, es decir, no recordaba todo con certeza pero estaba consiente de muchas de las cosas que había hecho, para ser sincera de la mayoría y estaba avergonzada, demasiado.Después del beso había ido a ponerme la pijama, cuando salí Damián me ayudó a no caer y poder acostarme en mi cama pero cuando estaba apunto de hacerlo me di la vuelta corriendo con dificultad hasta el retrete en donde vomite probablemente lo que había ingerido en la tarde.
El demonio había ido conmigo y me había quitado el cabello de la cara, probablemente había hablado diciéndome que era estupida o algo por el estilo pero no lo recordaba bien. Me ayudo a mantenerme de pie, me sostuvo mientras me lavaba los dientes y la cara hasta que por fin pudo hacer que me acostara en la cama en donde me quedé profundamente dormida.
Y ahora, estaba echada en la cama completamente cubierta por las cobijas, no sabía que hora era o que se suponía que debía hacer. Si fuera por mi me hubiera quedado invernando todo el día pero mi cabeza me estaba matando, así que con pereza y pocas fuerzas quite con lentitud las cobijas que cubrían mi rostro.
Solté un gruñido cuando sentí la luz del día en mi rostro, cerré mis ojos fuerza y volví a taparme.
—Pensé que habías muerto, al menos no tendré que esconder tu cadaver—Hablo Damian, no sabía donde estaba exactamente, no podía verlo pero suponía que estaba en su escritorio.
No respondí nada, solamente me quedé hecha un ovillo cubierta por cobijas de hotel, al menos estaba limpia.
Había comenzado a quedarme dormida de nuevo a pesar del dolor de cabeza hasta que sentí como alguien se sentaba en la orilla de la cama, al poco tiempo mi rostro fue sintiendo la luz del día. Solamente solté quejidos y cubrí mi rostro con mis brazos tratando de cubrir la luz del día.
—Lo se, lo se—escuche como hablaba— Pero tienes que comer algo y tomarte una aspirina.
Me tarde un rato hasta que fui quitando mis brazos, mire el techo iluminado y de nuevo el dolor de cabeza comenzó a golpearme con fuerza, estaba cansada pero no quería dormir más.
Damian me ayudo a incorporarme hasta quedar sentada con la espalda recargada sobre la cabecera de la cama y luego me trajo un vaso con agua junto a la aspirina. No puse mucha atención, solamente puse la pastilla dentro de mi boca y la tragué con ayuda del agua.
—Lo siento.
—¿Por gastarte casi todo el dinero que te deje? ¿Por ponerte ebria? ¿Por intentar golpearme? ¿O quizá por el hecho de que vomitaste y tuve que limpiar el baño?
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𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓, damian wayne
FanfictionAudrey no es muy bonita, interesante o inteligente. En realidad podría decirse que es una joven bastante común y aburrida lo cual nunca le causó ningún tipo de problema. Pero detrás de toda esa fachada de tranquilad hay una maraña de problemas que...